dioses y semidioses

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CINCUENTA Y DOS

L.A.I.K.A, ESPACIO




Tarquín estaba harto de Eros, era un vanidoso, narcisista, egocéntrico y un engreído de primera. Tener que estar sentado con él en la cafetería era una tortura.

—¿Podrías dejar de hacer eso? —Le pregunto a Eros fastidiado.

—¿Hacer qué? —Le respondió Eros con otra pregunta, mientras seguía viéndose en un espejo mágico con forma de corazón que aparecía sobre su mano.

—Eso, te la pasas viéndote una y otra vez como si no hubieras visto tu cara miles de veces antes.

—Bueno, durante un tiempo no tuve esta cara, sino una de un verdadero monstruo; fue una venganza de parte de Atenea, estaba molesta con mi padre, Ares, por algo...

Tarquín volteó a ver a Eros, había oído del conflicto, pero jamás supo la historia completa, tal vez era su oportunidad de recibir toda la información de una fuente directa.

—¿Qué cosa?

—Nada, olvídalo.

—Bien —Respondió Tarquín, mientras se situaba un silencio incómodo. ¿Tan rápido se había rendido?

Tarquín miraba en todas direcciones, mientras Eros jugaba con sus manos.

—Así que... ¿Por qué me odias? —Se atrevió a preguntar Eros, con las manos entre las piernas.

—No te odio, solo no tolero la relación que tienen Martha y tú —Confesó Tarquín —Odio que a ti si te deje entrar a su cuarto, que te cuente todo lo que le sucede, mientras que conmigo solo es más y más distante.

—Oye, si piensas que estoy interesado en Martha estas equivocado, yo conocí al primer King desde que nació, hasta que envejeció, he sido amigo cercano de la familia generación tras generación, soy inmortal después de todo —Soltó un suspiro mientras se iban abriendo flores azules en su cabeza, formando una corona —Odio ver como mueren, mientras yo solo sigo viviendo, el caso es que veo a Martha como una hermana menor. Nada más.

Tarquín asintió.

—¿Sabes en quien si estoy interesado? —Lo ánimo a adivinar.

—Hmmm en realidad, no tengo idea ¿Centella? —Apuntó Tarquín a la chica que permanecía en su cama mirando el techo.

—No, estoy interesado en ti —Respondió con una pequeña risa.

—¿Y qué? —Pregunto Tarquín al ver que Eros no decía nada —. ¿Esperas que nos acostemos o algo?

∆ ∆ ∆

Tarquín se tumbó sobre el pecho de Eros, mientras este respiraba agitadamente.

—¿Y que era esa cosa por la que Atenea y tu padre pelaron?

—¿Ahora si te gusta escucharme hablar?

—Cierra la boca —Reprochó Tarquín dándole un zape, para después proseguir —Solo cuéntame porque estaba molesta con tu padre

—Por una tontería —Se agarró la cabeza evitando la mirada de Tarquín—. Bien, fue solo porque mi madre presagio que yo sería el ser más bello jamás creado, lo que puso celosa a Atenea, como si ella siempre tuviera que ser la primera en todo —Suspiro — total, me maldijo cuando tenía tres años; cuando aprendía a volar, mando a una mariposa que al tocarme provocó que mis alas se desintegrarán.

GUARDIANES | LA OSCURIDAD: FASE 1, PLUTONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora