Capítulo 7.

15 0 0
                                    

𝄞—Cantas como los dioses, Alana—𝄞

Un estrepitoso sonido hace presencia en la habitación, arrugo las cejas y abro los ojos completamente desorientada. Es mi celular, me sorprendo al ver que es mi mamá la que llama.

—¿Mamá?—pregunto con una somnolienta voz.

—Hija mía, ¿te desperté?—paso una mano por mi cabeza y me siento en la cama. —¿Cómo así, Alana Usme Gutiérrez? ¡Son las seis y media! ¡¿No entras a las seis!?

Un gran susto combinando con adrenalina se apodera de mí.

—No mamá, hoy no tengo universidad—miento.

Después de que ella hiciera preguntas que toda madre hace, sobre cómo estaba, como me estaba yendo, si comía bien, y me dijera unas bonitas palabras reconfortantes de sobreproteccion, colgó.

¿Y adivinen quién no fue hoy a la universad porque se quedó dormida?
Exacto, yo. Gruño al ver que empecé el día con el pie izquierdo, debo hacer una carta excusándome y presentarla tanto con el director como con la profesora. Vaya caca.

Desayuno con hartera, creo que me pasé de la raya. Ayer estuve toda la noche con esa canción pegada, la cantaba así supiera que no la pronunciaba bien.

Recibí una llamada de Brenda pidiéndome perdón por haberme dejado sola, a lo que yo respondí que no importaba. A mí me gustaría estar así como ella, con mi mamá al lado.

Empiezo a hacer oficio, barro y trapeo con música suave y melancólica. Al menos ya lo experimenté para no volver a hacerlo, casi me tomo un vaso de clorox con las deprimentes canciones.

Me baño y me dejo caer en la cama. Ya las hora han pasado y debo preparar algo para almorzar.

La tarde se me va en escuchar canciones, leer y dormir, ahora es de noche. Creo que me pondré la pijama. Que día tan poco productivo hoy. Me dormiré temprano para ir mañana así sea el último día a la semana, no puedo faltar de nuevo.

Gruño cuando no puedo dormir, no concilio sueño así que prendo el celular y abro Whatsapp, busco en los chats y alcanzo a ver a aquel chico. ¿Qué estará haciendo?

Abro su chat y mi corazón brinca cuando lo veo en linea. Santo Dios,¿estará interesante su tema de conversación con alguien más? ¿Hablará con la chica que rompió su corazón? No creo, ¿por qué lo haría? ¡A mí qué me importa! Bufo y veo que no tiene foto de perfil, hasta ni me habrá agregado.

Me quedo por un rato viendo su chat vacío hasta que siento algo vibrar en mis manos. Me sobresalto cuando veo un mensaje por parte de él. Abro los ojos, oh mierda, supongo que vio que de una lo leí porque estaba en su chat. Trágame tierra.

Es un enlace, ni siquiera un saludo o un emoji, simplemente manda un link.

Dirigo la mirada hacia el nombre del link y estoy a punto de hundirlo cuando se ilumina la pantalla y aparece su nombre. ¡Me llama!

Contesto y espero a que hable.

—Hola—pego el celular a mi oído cuando escucho su tranquila y severa voz.

—Hola, qué tal—contesto acostándome.

—¿Cómo estás?

—Muy bien—lo escucho suspirar.
—¿Y tú?

—Bien—contesta seco. La línea se queda callada por un momento.
—¿viste el enlace que te envié?

Asiento pero recuerdo que no me ve, así que contesto. —Sí.

Broken smile. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora