Capítulo 13.

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𝄞—Rarita—𝄞

—Y entonces...—la pícara mirada de Brenda me tienta a huir.

—Sí—asiento, mordiendo mi labio y escondiendo una disimulada sonrisa.   —Sucedió.

Su garganta deja un grito anormal y sin querer se me escapa una risa baja. Ella da saltos exagerados y sacude sus manos, cuando la miro con la ceja arqueada se tira al mueble dándose aire y haciéndose la desmayada.

—Desde ya me considero fan número uno de tu relación—dice, a lo que arrugo mi nariz.

—¿Relación?—sacudo la cabeza.

Ella arquea una ceja y asiente.

—¿O me vas a decir que solo quieres tener sexo descontrolado con él?—bufa. —Eso dejamelo a mí, tú te mereces más que eso.

Bajo la mirada sin saber qué responder.

—No es que quiera ennoviarme con él o algo parecido...

Ella vuelve a arquear su ceja. Creo que la cara se le va a desconfigurar con tanta pirueta.

—Ok, ok, en parte lo entiendo. Todo ha ido muy rápido—suspira y después me mira. —Pero... ¿Quieres algo más con él o solo quieres vivir el momento?

Su pregunta y su intensa mirada me hace pensar más allá.

—No creo que él sea de relaciones—suelto una risa irónica al pasar unos cuantos segundos. —Y yo quiero vivir el momento, tampoco ser un jodida desordenada pero al menos disfrutar de esto—aclaro. —Como dejar que fluya, por así decirlo.

Ella asiente y se hace a mi lado acercándose un poco.

—Está bien, doña disfrutar el presente—sonríe. —Estoy de acuerdo contigo. Pero cabe aclarar que cuando estés empezando a sentir cosas por él... Será mejor que se lo digas, ¿vale?—me señala, asiento un poco cohíbida.
—No te vayas a poner con la estupidez de callar tus sentimientos y reprimirte lo que sientes.

Trago grueso y una vez más vuelvo a asentir.

—Ahora alza tu precioso culo de ese mueble que estás encima del control—abro la boca al ver que sin darme cuenta, el control del televisor estaba debajo mío. Me levanto y cuando veo que ella me sonríe pícara, bufo.
—¿O pensabas que ese control era tu querido Jacob?—ruedo los ojos y ella ríe.

Hago una mueca cuando veo que en la pantalla del gran televisor aparece Youtube. Es decir, amo la música. Pero la que ella escucha es... Uhm, peculiar.

—Ahora si me disculpas, pondré mi música de locos—me guiña el ojo y cuando menos pienso hace presencia el ruidoso sonido de su rock. —Hacer esa cara no es muy rockstar de tu parte, querida—me acusa y empieza bailar exageradamente con movimientos bruscos y simulando que toca una guitarra eléctrica con sus manos. Río negando con la cabeza y me dispongo a subir por las escaleras para llegar a mi habitación.

Me dejo caer sobre la cama y me dispongo a mirar mi portátil. Iba a mirar el correo para ver el material de clase que dejó la universidad pero... Pero... ¡¿400. 000 personas me han mandado la solicitud en Facebook? Y en... ¡¿Instagram!? Abro la boca sorprendida y a mi celular no demoran en llegar las notifaciones. El sonido me produce temor pero a la vez una sensación cosquillosa.

¡¿Qué!? Hace unos días era una simple chica invisible que no salía al mundo a demostrar su talento por una estúpida inseguridad y ahora... Ahora, bueno, puedo llegar a decir que tan invisible ya no soy.

Broken smile. Where stories live. Discover now