Capítulo 9.

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  𝄞—Hueles tan bien —𝄞

Jodidos días y ya no los aguanto más.

No soporto estar de mal humor, ni siquiera me quiero en estos momentos. Se suponía que debía establecer mi autoestima y seguridad cada día, pero creo que después de haber sido rechazada por él hace una semana ya, no he podido mirarme al espejo a decirme lo bonita que soy.

La universidad me ha tenido bastante ocupada y aunque en el fondo me disguste un poco creo que me ayuda mucho. Ya que tengo la mente ocupada y no estoy pensando en él.
Cuando le conté a Brenda casi estalla de rabia y su cara se puso muy roja, pero después de que se calmó me soltó sus palabras que me reconfortan la vida.

—Igual, nunca dudes de lo preciosa que puedes llegar a ser. No solo por tu físico, también por lo que llevas aquí adentro—señaló mi corazón.
—Siempre serás arte en los ojos de la persona correcta, así que si él tuvo el valor de rechazar esos ricos labios, pues se arrepentirá cuando te vea con alguien que si los supo apreciar como se debía.

Suspiro. ¿Será que algún día llegará mi persona correcta?

Me sobresalto cuando veo el celular vibrar sobre mi cuaderno. Lo agarro rápidamente y frunzo los labios al ver quién es.

Debería dejar mi juego de inmadurez y contestarle pero es que simplemente siento que solo tiraré a la mierda todo y no soportaré si quiera verlo a la cara. Relamo mi labio nerviosa y lo descuelgo, pegando el celular a mi oído.

—¿Alana?—pregunta. Ya he dicho antes que eso me produce cosquilleos por... allá, ¿no?

—Hola.

—¿Cómo has estado?—ante su pregunta solo ruedo los ojos. ¡Jodidamente feliz porque me rechazaste! De hecho, si es bueno experimentar de todo un poco, hasta del rechazo.

—Super—miento. Él suspira sobre su teléfono mandándome escalofríos por todo el cuerpo. Eso lo sentí como si estuviese a mi lado.

—¿Qué te parece si nos vemos ahora?—abro los ojos e inmediatamente miro mis fachas. —Debemos conversar.

—Ehj... no, gracias—rio nerviosa rascando mi cabeza. —Es que...

—Estás sacando excusas—me pilla, haciéndome reír.

—Bueno sí—hablo con total sinceridad. —¿Mañana mejor?

—¿Por qué no hoy?

Muerdo mi labio.

¡Hoy me siento fea!

Eso no es muy "cuidaré de mi autoestima y me amaré" de mi parte.

—Vale, ven por mí en media hora—me rindo.

—Ahí estaré.

Cuelgo. Me levanto rápidamente de la cama y voy hacia la habitación de Brenda. Frunzo mis cejas al verla en su cama en una no muy buena posición.

—¿Qué haces?—arrugo mis cejas cuando la veo parar más su culo.

—Estoy ensayando cómo ser más flexible al ponerme en cuatro—ruedo los ojos al escuchar eso.

—No puedo contigo, me traumas.

Esta se ríe. Al ver que no piensa detenerse, bufo.

—Bueno, vengo porque, ¡¿adivina quién me llamó para que nos viéramos hoy?!

Ella se tumba sobre la cama y me mira con una ceja arqueada y sonriente.

—Se había demorado.

Tal vez la que me había demorado en contestar era yo.

Broken smile. Where stories live. Discover now