Capítulo 20.

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𝄞—Desiluciones recíprocas—𝄞

—¿Qué hace ella aquí?—pregunté. La presentadora titubeó pero después respondió.

—Quiso venir—encogió los hombros.
—Me contactó y yo le dije que ustedes venían hoy.

Por su tono supuse que estaba dolida por lo que le había dicho hace un rato. Pero era lo cierto.

Seguía teniendo a la tal Pilar en frente, quién me repasaba detalladamente la cara y adoptaba una sonrisita burlona en sus labios. Era tan imponente que no podía negar que me sentía insignificante, pero que tuviera el descaro de reírse en mi cara me enojaba.

Y sí, Jacob seguía como un pendejo apreciando la maravilla que se le había aparecido de repente. Como si tuviese una visión del mismísimo cielo frente a él.

—Eres tan simple—dijo la irritable voz. La encaré y vi que fruncía los labios.—Solo un poco bonita, pero un poco.

Rodé mis ojos. Ya tenía espejo en la casa para verlo, ella no necesitaba decirlo para que me diera cuenta.

—En cambio yo te digo que eres preciosa, ¿sabes?—respondí para sorpresa de ella. —Pero desde aquí se ve que tu alma está podrida, que tienes la necesidad de hacer sentir mal a los demás para sentirte bien contigo misma.

No sabía ni de donde estaba sacando esa valentía. Definitivamente esa no era la yo anterior que salía a correr cuando en el colegio se burlaban de su físico o le decían algo burlón.

—Oh querida—sonrió. —¿Acaso qué eres? ¿bruja? Ah sí, tal vez tu nariz lo confirme un poco.

Apreté mis dientes sintiéndome la cosa más asquerosa del mundo. Pero no quería demostrarle, no la iba a dejarme pisotear a su antojo. Gracias por disminuir un poco más mi autoestima.

—¿Lo ves?—me reí sin gracia. Ella era más alta pero aún así hice lo posible para estar a su altura. —Crees que tienes el derecho de opinar sobre un físico, y es que en realidad, nadie lo tiene.

Ella rodó sus ojos.

—No estoy para discursos de psicología o filosofía, da igual—bufó.
—Sigues siendo simple.

Voltee la cabeza dándome cuenta que las cámaras aún seguían grabando y  que la presentadora daba indicaciones de cómo grabar para no perder nada. Rodé mis ojos.

anyway, yo no vine por ti. Vine por mi ¡Broken smile!—se lanzó sobre él y este cayó sobre el espaldar del mueble gracias a su cuerpo.

—Siendo así, no tengo nada qué hacer acá—bufé y empecé a caminar. Pero antes de que pudiera salir, una mano sobre mi brazo me detuvo. Me voltee encontrándome con Jacob, se veía desesperado.

—Aquí hay alguien que se tiene que ir y no eres tú—dijo en un susurro.

—No me importa, yo sobro—aparto su mano de mi brazo con una manoteada suave.

—No sobras, mírame—me levantó el mentón. —Ella me hizo mucho daño, no voy a permitir que vuelva a mi vida. Ahora estas tú. La única chica que me vuelve loco, ¿ok?—las lágrimas amenazaban en salir.

Broken smile. Where stories live. Discover now