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Craig

Esperar. Esperar era sencillo la mayor parte del tiempo. Tan sencillo como sentarse en una silla o recostarse en el sofá y dejar el tiempo correr a su ritmo. En ocasiones el tiempo era curioso, entre más rápido necesitas que pase, más lento avanza; cuando esto ocurre es que la espera se vuelve una tortura. Desde que recuperó sus recuerdos todo había sido tan... confuso, tenía tantas preguntas que podría llenar 15 hojas sin ningún problema. Sin embargo, si le pidieran reducirlas todas a una sólo sería, esta sería: "¿Por qué?"

¿Por qué irse así? ¿Por qué hacerle esto? El tipo extraño que fue a verlo, a quién después recordó haberlo visto en el cuadro en casa de Tweek, le dijo que Tweek volvería, que respondería a sus dudas. Pero en el último recuerdo que tiene de Tweek él aseguraba no poder volver. ¿Cuál era la verdad entonces? ¿Tweek realmente volvería? Y si volvía ¿por cuánto tiempo sería?

Craig suspiró, profundo y lento; se dejó caer contra el respaldo de su silla, echó la cabeza  hacia atrás, gruñendo. De cualquier forma, se sentía agradecido de poder recuperar sus recuerdos, y con ello sus sentimientos por Tweek. Era raro; viéndolo desde otra perspectiva era bastante raro, es decir, había conocido a un demonio. ¡A un demonio!, y se había enamorado de él. El día anterior había recordado su confesión, y su cuerpo había estado lleno de vergüenza desde entonces. Se cubrió el rostro con sus manos, después los arrastró lentamente hasta su boca. Miró el techo fijamente.

Tenía tareas para entregar, pero sus pensamientos no lo dejaban concentrarse. Y estaba comenzando a sentirse estresado. Finalmente negó con la cabeza, intentando deshacerse de los pensamientos acumulados, se sentó recto, dispuesto a hacer su tarea por fin.

_________

Tweek

Tocó la puerta de la oficina de Damien con suavidad y esperó una respuesta. Se balanceaba sobre sus talones con tranquilidad.

— Pasa.- habló Damien del otro lado de la puerta. Tweek abrió con lentitud, entró y cerró la puerta detrás de él. Se acercó al escritorio de Damien mirando alrededor, no había rastro de Cayetano, decidió preguntar por él.

— ¿Dónde está Cai?- indagó.

— Arreglando unas cosas de su trabajo.- respondió Damien aún sin mirarlo. Estaba tecleando algo en su computadora.

— ¿Me... tomó asiento mientras te desocupas?- preguntó con calma.

— Uhm...- Damien siguió tecleando por unos segundos, finalmente levantó la vista hacia Tweek, su expresión decía que no se había dado cuenta que estaba ahí. Parecía bastante distraído.- Sí. Toma asiento, por favor.- Le contestó finalmente.

Tweek se dejó caer sobre el sofá, jugueteando con sus pies con aburrimiento. había dejado de lado lo que estaba haciendo cuando Damien lo mandó llamar; realmente no podía imaginarse para qué podría necesitarlo, es decir, no había hecho nada malo. Ni nada excelente tampoco. Por lo que sólo respiró profundo y se acomodó en el respaldo del sofá; miró al techo buscando algo que hacer mientras Damien terminaba su trabajo.

— Tengo una oferta para ti.- mencionó Damien mirándolo finalmente. Tweek lo miró con una ceja alzada.- ¿Quieres ir a vivir con el humano?- preguntó.

Se sintió como si le hubieran tirado agua fría en la espalda. Apretó la mandíbula por inercia.

— ¿Qué?- preguntó con un hilo de voz.

— Estaba pensando que si los dioses se enteran del alma de tu madre no sé cómo van a tomarlo.- murmuró. Tweek no estaba entendiendo nada.- Es probable que debamos destruir tu alma. De hecho tenemos que hacerlo.-  le dijo.

Alma Brillante ~Creek~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora