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[Este capítulo y el siguiente suceden mientras Tweek está en el inframundo. Lo aclaro por si acaso.]

Craig.

En cuánto Tweek desapareció Craig se levantó deprisa de su cama, avanzó hacia su guardarropa abriendo el cajón donde guardaba sus shorts deportivos, sacó el que siempre se ponía cuando quería estar relajado, le llegaba a la mitad del muslo y que quedaba cómodamente flojo, entonces comenzó a desvestirse. Se quitó el suéter y la camisa sudada que había estado soportando con la poca paciencia que aún guardaba ese día, también se quitó los calcetines. Se puso los shorts y una camisa de Star Wars complementando su atuendo con unos calcetines a la altura del tobillo con estampado de spiderman.

Bajó a la cocina eructando a mitad de las escaleras sólo para escuchar a su hermana gritarle "que asco me das". Soltó una carcajada pasando cerca de ella, que estaba en la sala mirando un directo de Twitch en la televisión; y Craig no podía entender por qué ella no iba a su habitación y veía sus cosas en su laptop o en el celular. De cualquier forma no le servía de nada quejarse porque él ni siquiera podía acercarse a la televisión. Así que daba un poco igual. A veces, cuando los Streamers que veía su hermana hacían algo que le llamaba la atención él se sentaba en las escaleras y lo veía desde ahí hasta que la espalda comenzaba a molestarle y decidía irse a su habitación para ver sus propias cosas.

Esta vez ella no veía nada que fuera de su interés, así que la pasó de largo con una mueca hasta llegar a la cocina. Tomó una botella de dos litros llenándola de agua, recogió dos naranjas moviendo los hombros en un baile un tanto extraño. Quizá demasiado extraño. Eran las últimas dos naranjas y seguramente su hermana al verlo le gritaría que le diera una, y él podría reírse en su cara todo lo que le diera la gana. Cómo si él fuera tan amable. Además él las vio primero y hoy le daba igual si su madre le daba otra vez un sermón sobre la importancia de compartir, porque de todas formas no lo estaba en sus planes hacerlo. En fin, ahora la misión era llegar hasta su habitación sin que tricia lo viera. Pero ¡oh! ella estaba mirando justo en su dirección evaluándolo con ojos entrecerrados cuando él salió de la cocina.

— Eres un maldito cerdo. Dame una.- Demandó ella. Craig escondió las naranjas en su costado.

— Una mierda es lo que te voy a dar.- le dijo

Tricia frunció el entrecejo y amenazó con lazarle un cojín, Craig se encogió en sí mismo sin saber muy bien cómo defenderse. 

— ¡Craig, esa boca!.- Gritó su madre desde el piso superior. Tricia se carcajeó.

— ¡Pero ella también me dijo cosas!.- Alegó haciendo un puchero.

— Los dos. Ya basta.- Ordenó su madre.

Craig rodó los ojos y miró a su hermana con advertencia, una promesa silenciosa de una posible venganza. Sólo se encaminó a las escaleras sin ganas de seguir peleando.

— Craig, dame una naranja.- le gritó Tricia.

Craig supuso que ella esperaba que su madre los escuchara y bajara para ver qué era lo que ocurría, así que antes de eso él se acomodó las cosas como pudo debajo de un solo brazo y con su mano libre le levantó el dedo medio a su hermana menor. Ella solo rodó los ojos dejándolo tranquilo y devolviendo su atención a lo que ocurría en la pantalla. Él siguió hasta su habitación cerrando la puerta con el pie a sus espaldas. Se sentó en el piso cerca de su cama, puso un video en YouTube de algo relacionado con Minecraft  para distraerse mientras comía de sus naranjas. Básicamente estaba haciendo todas las cosas que no se atrevía a hacer cuando tenía a Tweek cerca.

Se estiró para alcanzar un lápiz de su mesa y apuñaló la naranja para poder pelarla con mayor facilidad. Se metió un gajo de naranja en la boca, masticando con suavidad. Estar con Tweek era un tanto... complicado. Le avergonzaba hacer cualquier cosa que pudiera evidenciar lo raro que Craig es, y Craig realmente no quería que el demonio tuviera una mala impresión de él; por lo menos no más de lo normal.  Bastante tenía ya con que sus compañeros de clase, o por lo menos la mayoría, consideraban que muchas de sus actitudes eran extrañas. Como por ejemplo este gustillo extraño, casi obsesivo, que tiene con ponerse todo deep y reflexivo en clases de filosofía, biología o historia.

Alma Brillante ~Creek~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora