Recuerdo 4

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Craig.

Cuatro años habían pasado desde su operación, cuatro años soportando a sus padres siendo más exagerados de lo que ya eran de por sí. Entendía que estuvieran preocupados por él y todo eso, pero había días en los que deseaba tener las mismas libertades que su hermana pequeña. En algún momento de su vida había evitado hacer cosas, o mejorar la manera en la que las hacía, para que sus a sus padres no les diera un colapso por estrés.

Por ejemplo, cuando sus amigos (Token y Clyde) querían jugar a imitar algún deporte él se quedaba en la sombra echándoles porras y alentandolos para que no se generará un ambiente incómodo. Agradecería mucho que sus amigos fueran capaces de entender su situación y no lo hicieran sentirse peor de lo que de por sí se sentía. El punto es que así evitaba llegar agitado en casa, o que su estúpido aparato mandará una señal de alerta a sus padres de sobrecarga de adrenalina y lo delatara para posteriormente ser obligado a escuchar el mismo discurso sobre amor propio y autocuidado de siempre.

Amor propio. Suena tan lindo. Tan soñador, tan lejano. Por lo general se mantenía lo suficientemente ocupado para no pensar en ello, prefería hacer cosas productivas antes que comerse la cabeza con ese tema y luego sentirse mal porque creía que era su culpa, creía que lo que le sucedía era producto de no haber escuchado lo suficiente a sus padres cuando le daban las platicas sobre amor hacia uno mismo. Ni siquiera recuerda cuendo fue la primera vez que los pensmientos feos llegaron, perso estaba casi seguro que había sido algo relacionado con su enorme cicatriz a medio pecho. Él sabía que no era algo que pudiera evitar, ni mucho menos cambiar, sabía que esa operación había sido para su bienestar, pero si realmente fuera eso al entender el sentimiento éste hubiera desaparecido, ¿no es verdad?

Entonces no entendía por qué al terminar su cena y subir a su habitación a prepararse para dormir; justo en el único momento del día que podía dedicarse a sí mismo y a pensar en algún pasatiempo para ocupar ese espacio, al cerrar la puerta su sonrisa se esfumaba por completo y evitaba mirarse al espejo para no dedicarse aquella mirada tan despectiva. Había días peores, donde se sentaba frente al espejo para intentar enfrentar aquello que le hacía mal, pero al final terminaba por poner una mano sobre su boca y presionaba con fuerza para el que sonido de sus sollozos no alertara a sus padres. Días horribles en los que tenía obligarse a respirar profundo para que su idiota corazón chismoso no mandara la maldita señal avisando que se había alterado y así sus padres no entraran corriendo a su habitación para ver qué había pasado. Se recordaba que debía tranquilizarse porque no sabría como explicarle a sus padres por qué lloraba, ni estaba dispuesto a cargar también con otra culpa al verlos angustiados por no saber como ayudarlo.

En los momentos que se atrevía a ver por más tiempo su reflejo no podía encontrar nada interesante en el chico que tenía enfrente; lo único que veía era un chico vacío que intenta llenarse con un montón de pasatiempos que hacía parecer natos. No veía nada más que un par de ojos tristes a punto de echarse a llorar, y se preguntaba desesperadamente si los demás veían lo mismo. Rogaba porque no fuera a así, rogaba por que los demás sólo pudieran ver la máscara del chico perfecto que él se había creado.

Y ahí, tirado en el piso de su habitación, con las luces apagadas y el leve destello verde de las estrellas en su techo iluminando de forma suave los objetos de su habitación se preguntaba por qué a él. A él que tenía el amor y protección de sus padres la mayor parte del día, padres que se preocupaban por el sentir y el pensar de sus hijos, a él que tenía dos mascotas que le hacían pasar momentos agradables, iba a clases de dibujo, estaba aprendiendo a cantar, hacía yoga dos veces a la semana con su madre y su hermana, todos los domingos jugaban juegos de mesa o veían alguna serie o película, realmente se la pasaba de maravilla, entonces ¿por qué?

Alma Brillante ~Creek~Where stories live. Discover now