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Despertó quince minutos antes de que saliera el sol, con un humano apestoso a un costado. En varias ocasiones durante la noche intentó dormir en otro lugar, pero ninguno era tan cómodo como aquella cama, no se parecía en nada a su propia cama, sin embargo con algo tenía que conformarse. Ya que no podía regresar a su casa, sabía que lo bombardearían con preguntas que no sabría responder.

Su humano apestaba a hormonas, desprendía demasiado calor corporal, y se removía mucho al dormir. Al despertar se talló los ojos con pereza, estuvo vagando por la casa durante un rato hasta que encontró la cocina. Se materializó para poder abrir el refrigerador. Cada vez tardaba menos pero le costaba un poco de trabajo acostumbrarse a la gravedad. Esta era la primera vez que alguien lo invocaba y no tenía idea de como reaccionar al respecto.

Abrió el refrigerador encontrando un montón de cosas. Nunca había probado comida humana, y ni siquiera sabía que era la mitad de las cosas que había ahí pero cómo tenía demasiada hambre se dedicó a buscar algo que fuera fácil de comer. En el último cajón encontró las mismas frutas que daban aquel extraño árbol que Lilith tenía fuera de su casa, del cual nadie podía comer salvo ella.

Tomó una de aquellas cosas rojas y la mordió. No sabía mal. No se sorprendía de que aquella mujer envidiosa no quisiera compartir su comida con nadie más. Cerró la puerta y regresó a la habitación de Craig cuando escuchó pasos en el piso de arriba, entró con una mujer rubia casi detrás suyo. Ella entró a la habitación y removió el hombro de su humano, Tweek la observó con una ceja alzada.

— Cielo, vas a llegar tarde si no despiertas ahora.

Tweek rodó los ojos al escuchar la primera palabra. El humano apestoso se levantó de golpe, tomó su celular y salió apresurado de la cama. La mujer rubia sonrió negando con la cabeza , abandonó la habitación cerrando la puerta tras ella. El chico estaba buscando algo entre su ropa cuando se giro para mirar a Tweek con molestia.

— ¿Por que no me despertaste?- reprochó. El demonio lo miró con la cejas arqueadas.

— Perdona, es que no has cambiado la modalidad de demonio a despertador personal.- repuso con sarcasmo.

— Ni siquiera me da tiempo de bañarme.- Tomó el borde de su camisa y se dispuso a quitársela. Claro, hasta que se dio cuenta de que Tweek seguía ahí y se detuvo.- Sal de aquí.- Ordenó.

Tweek lo miró confundido. Cerró los ojos por unos segundo para entrar a la mente de Craig y entender a lo que se refería. Al volver a abrirlos hizo una mueca de fastidio. Se dejó caer en la cama sin prestar atención a la mirada insistente del chico.

— Vete.- éste volvió a ordenar.

— No es que vaya a hacerte algo, de todas formas. De hecho, ni siquiera voy a molestarme en mirarte. Me das pereza.- gruñó.

Aunque en realidad no quería salir porque eso sí le daba pereza. Volvió a materializarse. En realidad daba igual si se quedaba así, porque sólo Craig podía verlo. La única diferencia era que, si se materializaba los humanos a su alrededor sentirían su presencia.

Tweek pudo sentir la incomodidad de Craig al momento de cambiarse la ropa interior. No lo miró en ningún momento, no le interesaba mirar el cuerpo de un humano. Si fuera otro demonio seguramente ya le habría hecho algo malo al azabache, pero siendo él...

En todo el tiempo que tenía existiendo jamás había sentido apetito sexual, como varios de sus compañeros. Él trataba de ser un demonio tranquilo. Eso y que no podía salir del inframundo tan fácil cómo los demás.

— Listo.-anunció.

Tweek lo miró de reojo. Le lanzó las sobras de lo que acababa de comerse.

— Eres un asco.- reprochó Craig.

El demonio volvió a hacer una mueca mirando el techo. Una nueva presencia entró a la habitación.

— ¿Estás hablando solo de nuevo?- dijo una voz con burla.

Por lo que sabía, y por como olía, era una niña. Ni siquiera la miró. Bostezó justo cuando Craig le tiraba su pijama encima.

— Hablaba con Stripe.- repuso el apestoso.

Cuando la niña se fue Tweek lanzó la pijama con una mueca de asco. Craig de nuevo lo miraba con fastidio. Éste chico era demasiado problemático.

— ¿Quién es Stripe?- preguntó. Sin querer vagó por la mente de Craig justo después de preguntarle, así que ya sabía la respuesta, y algunas otras cosas personales del chico.

— Mi mascota.- respondió señalando a un lugar en especifico.

Tweek se bajó de la cama para caminar hasta la jaula, miró fijamente al animal hasta que este le sostuvo la mirada mientras masticaba su heno.

— Es muy lindo.- mencionó sin quitarle la mirada.

— Si, calro. Oye, ¿hay alguna manera de evitar eso?- Tweek no respondió.- Quiero decir, ¿Cómo puedo hablar contigo sin parecer un imbécil?

— Telepatía.

Craig comenzó a sentirse incomodo. Es decir, había un demonio teniendo un concurso de miradas con su mascota. Si fuera un humano ya sería raro de por si, y la procedencia de aquél ser no hacía más que aumentar su preocupación. Suspiró. Se había tomado a broma el comentario de Tweek. Guardó sus cosas con rapidez, se colgó la mochila en la espalda y salió de la habitación. Tendría que correr si quería alcanzar el autobús.

Cuando la mascota finalmente cedió y miró para otro lado con desinterés Tweek sonrió victorioso, se giró para presumirle su logro a Craig, pero él ya no estaba ahí. Frunció el entrecejo cruzándose de brazos. Supuso que el humano no volvería pronto, así que tendría su habitación sólamente para él.

Volvió a bajar a la cocina para buscar algo más que pudiera comer. Había un plato servido sobre la mesa, Tweek sonrió pensando tener la mejor suerte del mundo.

Cuando tocó el objeto unos de sus poderes más molestos se activo sin que pudiera evitarlo. El recuerdo de la última persona que tocó el plato le llegó del golpe. Era la mujer de antes, estaba con una niña, y un hombre. Supuso que era la familia de Craig. Se concentró lo suficiente para poder escuchar la conversación que mantenían.

"— Craig está empeorando.- dijo ella. La niña bajó la mirada.

—No podemos ayudarlo más si él no pone de su parte, amor.- respondió el hombre.

— Lo sé, y es precisamente eso lo que me preocupa.- Craig bajó en ese momento tallándose los ojos.- Cielo, el desayuno.- le dijo.

Craig los miró con una sonrisa de disculpa.

— Gracias, pero ya es tarde. Llevaré una manzana, para el camino.- abrió el refrigerador y sacó aquel objeto que Tweek había comido antes.

Cuando el chico se fue su madre suspiró con tristeza y se presionó el punte de la nariz con fuerza."

Quería vagar en sus mentes con la intención de averiguar que era lo que atormentaba al joven humano. No pudo hacerlo. No sabría decir que fue exactamente lo que se lo impidió. Sólo tomó el plato de comida y subió a la habitación de Craig con aire sombrío.

Una parte de él quería averiguarlo por su propia cuenta, intuía que no sería tan difícil. Es decir, si sus padres siendo humanos pudieron verlo, significaba que no era algo difícil de averiguar. Sin embargo, seguía sin poder quitarse esa sensación de preferir no saberlo.

Durante el tiempo que pasó solo hubo un momento en que sintió la extraña necesidad de estar con Craig. Eso no lo entendió. De cualquier forma no podía dejar la casa; las puertas y ventanas estaban cerradas. Bien podría abrir las ventanas, pero temía que alguien del exterior pudiera verlo y causarle un problema a su humano.

Así que se dedicó a esperar, con el entrecejo fruncido y un sentimiento de molestia. Ni en el inframundo se sentía tan aprisionado como en aquella casa.

Alma Brillante ~Creek~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora