Los Secretos de La Élite® [Bloody#2]

Extra de la infancia de Consus

 El filósofo taoísta Lao Tzu, escribió: "El que domina a los otros es fuerte, pero el que se domina a sí mismo es poderoso».

Consus

Infancia de Consus.

Narrador Omnisciente

El embarazo que trajo a Consus Fairchild al mundo no estaba planeado e incluso, una parte de Caleth no estaba preparado para ser padre, pero todo eso cambio, cuando se dio cuenta que tenía que tener una familia numerosa, al igual que su padre había tenido, al igual que su abuelo había hecho y al igual que pensaba hacerlo su hermano.

No era algo que tenía que reflexionar mucho, pero, aunque no lo admitiría nunca, tenía miedo de ser un mal padre y fallar en la crianza de sus futuros hijos.

Así que, cuando Caleth Fairchild sostuvo a Consus por primera vez en sus brazos, siendo él una pequeña bola de grasa y huesos cubierta de sangre y cabello negro, llorando mientras se enfrentaba por primera vez el mundo, supo algo. Un pequeño latido creció dentro de su pecho, así como cuando vio sus ojos y besó su frente, se sorprendió, porque jamás imaginó que sería idéntico a él. Pero, en efecto, sí lo era.

Consus era una copia de su padre y eso él lo sabía. Caleth estudiaba a sus hijos, uno por uno para lograr tener el control de todos y aunque Consus no era su favorito —porque, aunque al patriarca no le gustará admitirlo, sí tenía uno—, sabía que podía confiar en él y veía un gran futuro para él y quizá, solamente quizá, por eso Caleth era más fuerte con él que con el resto o quizá solamente una parte de él tenía miedo de volver a equivocarse con criar a sus hijos.

Consus, a los dos años era un prodigio. Aprendió a leer y a escribir antes que todos y dentro de todo lo que aprendió con una rapidez absolutamente indescriptible, los números eran su cosa favorita y siempre, pero siempre, solía terminar los exámenes y las tareas antes que sus compañeros.

—Terminé, profesora. — soltó como siempre lo hacía, levantando la mano antes que todos y la mujer miró a Caleth que observaba a su hijo de cuatro años desde la puerta dándose cuenta de que tenía una verdadera estrella frente a él. Entonces, mientras Consus crecía y se convertía en la copia exacta de su padre con pequeñas diferencias que lo hacían más peligroso de lo que parecía, su padre en silencio se enorgullecía de la inteligencia de su hijo.

A los seis, comenzó a obsesionarse con su cuerpo y empezó una rutina estricta de ejercicios y una alimentación especial, quizá era porque tenía que ser el más fuerte de todos o porque sentía que era una obligación, pero él tenía algunos problemas, que crecían poco a poco mientras aumentaba su edad.

Llegó un momento donde Caleth no podía controlarlo y fue convocado a visitar a la psicóloga del colegio. A Caleth no le importó, pero él no se imaginó en lo más mínimo, lo que eso ocasionó en su hijo.

—¿Puedes explicarme qué es lo que sucedió?

La voz de la mujer lo hizo fruncir sus cejas.

—No lo entenderías. — contestó él, con tranquilidad y la mujer levantó una ceja porque frente a ella estaba un niño de seis años, no un adulto y al ver que no iba a cooperar, decidió cambiar la táctica esperando encontrar al menos un resultado de su esfuerzo.

—¿Por qué no lo entendería? — pregunto ella con ligera curiosidad y rápidamente añadió: — ¿Podrías explicarme, entonces? Para entender todo lo que sucede.

Consus cruzó sus piernas, la verdad era que dentro de él no le gustaba en lo absoluto la idea de estar ahí, en la oficina de esa señora, pero no podía mostrar su descontento. En general, él nunca podía mostrar lo que verdaderamente sentía.