Extra de la infancia de Crono

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Faulkner dijo: «No te molestes en ser mejor que tus contemporáneos o predecesores, intenta ser mejor que tú mismo»

INFANCIA DE CRONO.

Crono

Narrador Omnisciente

Crono Fairchild siempre pensó que moriría joven.

Oh, pero no hay que alarmarse, tampoco es que ahora, a sus diecisiete años, casi dieciocho, iba a intentar hacerlo, porque Crono era muchas cosas, menos un drástico y dramático hombre que buscaba la atención para él.

Ya la tenía, de nacimiento, no era necesario esforzarse. Dónde él pasaba, se le quedaban mirando. Dónde él respiraba, quedaba una huella de que había estado ahí. Dónde él llegaba, nada volvería a ser igual, porque Crono Fairchild había estado ahí.

Pero...

Él sabía, muy en el fondo, que no estaba de acuerdo con las reglas de su familia, ya que algunas le parecían estúpidas. De niño, muchas veces intentó que su padre lo mirara, así como miraba a su hermano mayor, pero fueron simples y banales sueños que se desvanecieron, cuando se dio cuenta de que inclusive en su sólida y rígida familia, también había mentiras y secretos.

Crono sabía lo que significaba su apellido, también sabía el deber que era para cada persona que lo llevará, el privilegio que le daba no solo en su vida, sino después de su muerte, ya que su existencia quedaría marcada de por vida solo por ser uno de ellos, pero a él... francamente poco le interesaba.

Se consideraba un hombre simple, sin muchos talentos, pero pensaba mucho, demasiado, incluso era él, qué más le daba vueltas a los asuntos, le gustaba hacer planes en su cabeza, planes que jamás saldrían de ella por obvias razones, ya que cada uno de sus hermanos era algo así como un miembro del cuerpo de una persona y no podía alterar el orden.

Tenía que aceptar que Consus era el silencioso y observador, Cristian el explosivo, Caelus es calculador, Caebrán el pasional y él... bueno, él era el adicto de su familia, él podría vivir con ello, podría vivir con muchas cosas menos...

Que sus sentimientos se salieran de su control, porque estar regido por reglas y haber crecido en una familia de seres muy excepcionales, no significaba que no tenía corazón o dejará de ser un humano, porque él lo era, tan humano como cualquier otro, solo que había aprendido a controlarlo, porque ser un Fairchild iba más de tener una cara bonita y un aura misteriosa para atraer posibles y tontas presas.

Ellos, tenían algo especial, solamente que Crono no era el tipo de hombre que iba a ponerse a pensar sobre ello hasta buscar una respuesta o quizás; pensar sí, mucho, pero buscar una respuesta, jamás.

Él era fiel creyente de que no se debían forzar las cosas, ni tampoco quería admitir que se mataba la cabeza buscando respuestas que no necesitaba encontrar, porque, a decir verdad, todo era un enigma, un enigma muy grande que quizás nadie nunca entendería.

De niño, Crono era un poco delgado, siempre había sido pálido, hasta llegar a parecer que estaba enfermo, con los ojos verdes que heredó de su madre, con el cabello negro de su padre, con los labios un poco gruesos, pero rojísimos, las pestañas abundantes al igual que las cejas.

No recordaba nada de su infancia, en realidad, eran recuerdos borrosos y sin importancia para él.

Su sentido del humor... bueno, siempre fue extraño. Había días dónde solamente quería estar encerrado en su habitación, mirando las paredes sin moverse, ni siquiera para ir al baño, y había otros días dónde salía y estudiaba el comportamiento de cada uno de sus hermanos, queriendo saber qué tenía que hacer y qué no.

Los Secretos de La Élite® [Bloody#2]Where stories live. Discover now