Capítulo tres: El demonio dentro

33.4K 3.3K 5K
                                    


El demonio dentro

El que derrame sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada.

Génesis, capítulo 9 versículo 6

LUCY

Podía ver aún el puño de Crono contra el rostro de Ángel que no se defendía, pero ya no estaban uno encima del otro como dos perros a punto de luchar por un pedazo de carne como al principio, ahora la situación era completamente otra distinta: Crono respiraba con fuerza como un animal rabioso, el cabello pegándosele a la frente, las mejillas sonrojadas, la camisa llena de sangre y Ángel estaba irreconocible en el suelo sin que nadie lo ayudara.

¿Cuánto tiempo había pasado desde el primer golpe? ¿Por qué sentía que mi cuerpo estaba flotando y que no podía moverme? La verdad es que no lo sabía, era como si hubiera perdido la noción del tiempo, como si el reloj no corriera para mí al punto que no sabía si habían pasado minutos, horas o días, solamente era consciente de que el puño de Crono chocaba con una fuerza contra el rostro de Ángel además de la mirada fulminante que me lanzaba Caelus.

La sentía sobre mí. Nadie lo miraba ni nadie parecía preocuparse por él mientras sonreía como si hubiese disfrutado la paliza que Crono le estaba propinado. Era tan contradictorio, no entendía cómo era que disfrutaba todo esto y entonces lo vi, lo pude ver en sus dientes llenos de sangre o mejor dicho la sonrisa endemoniada que se formaba en su rostro completamente irreconocible y todo, todos esos pequeños detalles, me llevan a esa pequeña fracción de segundo dónde recuerdo lo que sucedió. Todo lo que llevó a que esto sucediera.

Me congelé, debatiendo mentalmente qué es lo que tendría de hacer, porque de todos los escenarios que había en mi cabeza jamás me imagine que todo se tornaría así.

Los chicos se miraron entre ellos mientras sentía mi corazón retumbar con fuerza contra mi caja torácica y como si todo tuviera que empeorar un poco más, la voz de Caleth erizo los vellos de mi cuerpo y en cámara lenta, lo vi correr hacia nosotros con un pantalón de cuadros de color rojo que le colgaba la cadera y una camisa negra que se pegaba a su cuerpo.

Parecía ser una pijama y ahí en medio del bosque, sintiendo el frío viento chocar contra mi piel, mi mente se nubla nublada, incapaz de procesar lo que acaba de suceder y lo que está sucediendo. Me siento inquieta, escuchando los pequeños quejidos de Ángel como si fueran una radiofrecuencia lejana. Mi labio tiembla como gelatina, mis dedos no paran de sacudirse y simplemente, mi atención se centra en la forma en la que Caleth mueve su boca, las expresiones que se comenzaban a adueñar de su rostro, el desespero de intentar alejar a las dos bestias que estaban en el suelo, sentí su olor, podía sentir su confusión, podía sentir la ira de Crono, el dolor de Ángel, los celos de Consus, Caebrán, Caelus y Cristian, pero a su vez, no podía escuchar nada de lo que decían. Era como si no pudiera procesar absolutamente nada de lo que estuviera pasando, como si hubiera entrado en coma y fuese un espectador de todo lo que ha sucedido, como si no existiera en esta historia, como si de pronto, me hubiera convertido en el narrador omnisciente.

Caí en cuenta entonces, de todo lo que había pasado para que me encontrara así, aquí, en este estado y un montón de imágenes pasaron frente a mis ojos mientras un pitido se adueñaba de mis oídos: me vi a mí, como si estuviera en una realidad alterna, como si estuviera en un viaje astral por la extraña sensación de estar flotando en el aire proyectado fuera de mi cuerpo, por poderme ver a mí misma en otra realidad.

Me veo golpeando a Dove en la cocina de la cabaña, ensuciando mis manos de sangre y comienzo a sentir una extraña punzada en el corazón que me hace llevar mi mano hasta ahí y presionarla sobre mi pecho mientras imagino la sensación que inundó mi cuerpo en ese momento cuando sentí que la cabeza de Dove Bush se desprendía de su cuerpo, mientras su mirada aterrada se grababa como fuego en mi cabeza. Luego, veo a Rose entrando al baño y luego me veo golpeándola, haciéndola llorar, viendo el terror en sus ojos cuando coloco mi pierna encima de su cara y la aplasto. La punzada en mi pecho se convierte en dos y de pronto me veo con mis manos llenas de sangre, con el cuerpo de Daria y Marcus Bundy en medio de charcos de sangre.

Las dos punzadas se convierten en cuatro y un dolor agudo me hace caer de rodillas contra el césped mientras siento que los huesos se me congelan y un sabor metálico en mi boca me hace hacer una mueca y escupo.

Escupo en el césped verde lo que tanto me podría asco y al ver la sangre manchar la vegetación, me quedo muda mientras los gritos de Caleth y el forcejeo de los guardias que aparecieron de un momento a otro contra los cinco que no quieren dejar a ir a Ángel inundan mis oídos con una fuerza que me desestabiliza.

Hace un ventarrón que a ellos no parece inmutarles porque todos están absortos en la pelea mientras yo miro perdida hacia el medio de los árboles que están a unos pasos porque de pronto siento que me están mirando desde ahí.

El sabor metálico persiste en mi boca y mi piel se eriza cuando noto que hay alguien en medio de los árboles. Pestañeo y siento que el sabor metálico en mi boca incrementa cuando veo a una niña de cabello negro hasta los hombros, ojos azules brillantes y sonrisa perturbadora me señala.

—Se avecina más muertes. Se avecina la verdad. Se avecina él. Él va a venir por ti — escucho que grita, me llevo la mano a los oídos como acción automática y meneo la cabeza porque su voz es tan fuerte que me perturba.

La pequeña mano de la niña sube a la altura de su cuello, la aplana y hace el gesto inconfundible de degollar y se da la vuelta. Veo las manchas de sangre en su vestido blanco, manchas que caen de su cabeza y antes de que pueda pestañear otra vez, la veo alejarse corriendo.

Suelto aire de forma ruidosa y despego las manos de mis oídos y...

—¿Qué le pasa a Lucy?

El grito de Sonia me hace pestañear y meneo la cabeza cuando todos se giran a mirarme. Veo cómo la mirada enfurecida de Caleth pasa a una llena de espasmo, las miradas de distintos iris de colores de los cinco deja la ira y los celos para convertirse en pánico y en medio de todo el caos, noto a Ángel tirando en el suelo y un grupo de personas alrededor de él.

Levanto la mirada y la llevo hasta Crono. Su camisa blanca ahora es carmesí y abro la boca para decir algo, pero siento que los labios me cosquillean y me llevo la mano a la nariz cuando siento un líquido salir de mis fosas nasales.

Alejo mis dedos húmedos y veo la sangre entre ellos. Meneo la cabeza otra vez e intento verificar que es real la sangre, pero sí lo es. Las manos me cosquillean y siento un escalofrío recorrer mi espina dorsal.

De nuevo, me siento como si estuviera desconectada de mi cuerpo y cuando Caleth me levanta de suelo y me lleva entre sus brazos, solo puedo ver una chispa en sus ojos grises que jamás había visto.

Mis ojos se van cerrando y cuando los intento abrir otra vez, una luz blanca me ciega y el calor de los brazos de Caleth desaparece. Ahora siento frío e intento moverme. Todo es blanco y entonces, escucho:

—Colóquenle más anestesia, está despertando en medio de la operación.



Instagram: @gabiiamc

Twitter: @gabriamc_


Los Secretos de La Élite® [Bloody#2]Where stories live. Discover now