Capítulo siete: El juego apenas comienza

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El juego apenas comienza

Todos los secretos son profundos, todos se vuelven oscuros. Está en la naturaleza de los secretos

Cory Doctorow

LUCY

Abro los ojos sintiendo escalofríos cuando la claridad de la habitación golpea mis ojos.

Lo primero que hago es mirar mi brazo, la vía intravenosa atraviesa mi piel y luego miro el líquido que me están suministrando.

Me siento en calma a pesar de que debería estar en colapso. Los labios los tengo algo resecos y mi estómago ruge de hambre.

Los recuerdos de todo lo sucedido pasan como una película en cámara rápida frente a mis ojos y escucho el sonido del grifo dentro del baño.

—¿Hay alguien ahí? — pregunto y al no conseguir respuesta me coloco alerta.

La cabeza me pesa un poco cuando intento moverme y me siento, sintiendo el frío de las baldosas cuando coloco mis pies descalzos sobre ellas.

Arranco la vía que me está pasando el suero de mi brazo y me levanto mirando al frente y apretando mis puños.

Camino a pasos lentos que detesto y cuando llego frente a la puerta, la abro de golpe pero está llega hasta la mitad.

Mis ojos se centran en la mitad del cuerpo que me hacen entrar al baño y me quedo quieta observando la escena que se me clava en la mente.

Solamente soy consciente del pitido que hace tiempo no había sentido hace mucho tiempo.

Ese pitido se convierte en una ráfaga de escalofríos que coloca mi cuerpo a temblar.

Me veo por un momento agachándome a abrazar el cuerpo de mi madre solo que ahora no es ella, sino es Crono que se retuerce mientras saliva sale de su boca.

Su tono de piel es enfermizo y mis manos tiemblan cuando tomo su mano y la aprieto negándome no solo a lo que está pasando, sino cómo me siento.

No quiero sentirme así ni sentir esto, pero no puedo controlarlo.

—¡Enfermera! — grito con todas mis fuerzas mientras niego con la cabeza sin saber cómo hacer cesar los espasmos de Crono.

Por un momento en mi cabeza la imagen cambia y...

«—¡Ayuda! — grito con todas mis fuerzas en medio de un bosque frío y vacío sabiendo cómo sería el final de todo esto y todo lo que había pasado, pero aún así sin poder perder esa pequeña esperanza que me hacía mantenerme con firme y cuerda: — ¡Ayuden a mi mami!».

—Vas a estar bien, amor. Vas a estar bien — repito mientras mis ojos se llenan de lágrimas y me aparta no sé quién de su lado, en algún momento, a pesar de que me niego, gritando y clavándole las uñas al que intenta apartarme, mientras se me clava en la mente la imagen de Crono tan débil y herido, haciendo que me quede quieta mirando cómo lo auxilian cuando me cargan entre tres personas y me sientan a la fuerza en la camilla.

Mis oídos solamente captan las palabras «sobredosis» y «desmayo con posible trauma cerebral por el fuerte golpe» mientras me llevan a la cama y me vuelven a colocar la vía intravenosa.

—Necesitas descansar — escucho que dice Azul cuando se atraviesa y me impide mirar cómo se llevan a Crono en una camilla.

—He estado descansado todos estos días. — Digo con la garganta seca — ¿Estará bien?

Los Secretos de La Élite® [Bloody#2]Where stories live. Discover now