Capítulo catorce: Sentimientos primitivos

17.8K 1.9K 805
                                    


Sentimientos primitivos parte 1

Cuántos más abiertos estemos a nuestros propios sentimientos, mejor podremos leer los de los demás.

Daniel Goleman

LUCY

No he dormido, estoy demasiado acalorada para eso. La sesión extendida de sexo con Caebrán me tiene los muslos adoloridos y el rostro encendido. 

 Miro el techo mientras escucho cómo cae el agua de la ducha. Este es uno de los momentos donde me doy cuenta de lo afortunada que soy de tener a cinco sementales solamente para mí.

Me acuesto de lado y cierro los ojos al mismo tiempo que mi mente evoca las palabras que me dijo Crono hace unos días.

 «¿Nos amas? ¿En serio nos amas tanto como nosotros a ti o solamente estás jugando con nosotros?».

El estómago se me cierra y abro los ojos cuando escucho cómo la regadera se cierra. La puerta del baño se abre y veo a Caebrán salir con una toalla amarrada a la cintura y el torso cubierto de pequeñas gotas de agua.

Su cabello está pegado a su frente. Me sonríe mientras se sienta en la cama y todas mis angustias desaparecen. De pronto, solamente existe él y es por eso que me acerco y me besa la frente antes de acomodar algunos mechones de mi cabello detrás de mi oreja.

—Tienes el rostro muy sonrojado. — dice, frunciendo sus cejas.

Una sonrisa pícara se extiende por su rostro cuando ruedo mis ojos.

—¿Por qué será? — pregunto con burla y él besa mis labios.

El frío del metal de piercing me provoca escalofríos cuando besa mi cuello.

—No lo sé, pero podemos averiguarlo. — su aliento caliente choca contra mi piel. Me muerde suavemente el cuello antes de pasarme la lengua.

Siento cómo se me eriza la piel.

—Caebrán...— protesto, lentamente.

—¿Qué? — se detiene y me mira con inocencia, pero es imposible, sus ojos cafés irradian lo que es: un demonio peligroso. Un demonio peligroso y muy caliente que me hace sentir la piel en llamas: — ¿Tienes miedo de no soportarme?

No le respondo, pero extiendo mi mano y le deshago el nudo a la toalla.

Su hombría y la «v» que se le marca de una manera deliciosa, se lleva por completo mi atención. El hambre que no sabía que podía tener, me hace relamerme los labios y cuando lo miro a los ojos noto lo mismo que seguramente él debe notar en los míos:

Hambre. Deseo. Amor. Hambre. Deseo. Amor.

Su aliento toca nuevamente mi cara cuando se cierne sobre mí, en verdad puedo sentir el poderío que emanan sus ojos cafés cuando sonríe como un demonio y abro mis piernas porque mi cuerpo ansía su toque, su tacto y es lo que obtengo cuando sus dedos recorren mi entrepierna, abriendo mis labios y rozando ese punto sensible que palpita y me hace sentir mariposas en el estómago.

Esconde su cara en mi cuello. Pequeños gemidos salen de mi boca y él acelera el movimiento, metiéndome dos dedos antes de rozar en círculos.

Comienzo a desesperarme, pero él inmoviliza mis muslos y deja de besarme el cuello, para mirarme con una sonrisa.

—Mis hermanos van a estar celosos. — dice deslizando una de sus manos por mi clavícula, atrapando mi garganta y apretándola.

—¿Por qué? — pregunto en un susurro.

—Porque te estoy devorando, de las distintas maneras que quiero y me estoy desbordando en ti cada vez, llenándote de mí.

—¿Crees que se pongan celosos por eso?

—No lo sé con exactitud, pero lo que sí sé es que soy afortunado de tenerte así, tocándote así, viéndote así, admirándote así —dice antes de meterme sus dedos con rapidez, metiéndolos y sacándolos a la vez que hace movimientos circulares que me hacen perder la cabeza. Arqueo la espalda gimiéndole en la boca. 

Me encanta el juego previo. Me encanta sentir tanta hambre. Me encanta sentir sus dedos, me encanta su olor, su aliento. Me encanta la chispa de sus ojos y...

Amor...— susurro tensando las piernas.

—¿Dime, amor? — pregunta con inocencia sin dejar de penetrarme con sus dedos.

Besa castamente mis labios y me siento desesperada.

—Quiero sentirte. — digo entre jadeos y se detiene, pero antes me manda una sonora palmada a mi vagina que me enloquece.

—Déjame jugar antes con lo que me pertenece. — dice, llevándose los dedos sucios de mí a la boca, los prueba y luego, los lleva a mi abdomen, tocándome para luego empezar a bajar dejando pequeños besos hasta que llega a mi vientre. Posa allí sus labios y...

Abro las piernas para que entierre su cara entre ellas. Acerca la nariz que luego frota en mi clítoris, inhalando el olor femenino que desprendo, consiguiendo que me atragante con la saliva y con la tensión que se apodera de cada centímetro de mi cuerpo. Me escupe dentro y mueve sus dedos, sus yemas comienzan a untarme a la vez que me muevo cuando de nuevo empieza a masturbarme y mis neuronas empiezan a hacer cortocircuito.

—Me lo voy a saborear todo — dice, mientras mis manos se aferran a los mechones de su cabello que jalo con desespero — Me voy a alimentar de ti otra vez, porque no me calmas el hambre, ya que cada vez que te pruebo, empeora mi adicción a ti mi amor.

Esas palabras bastan para que el orgasmo estalle y él se lo traga todo, lamiendo con desespero como un hambriento. Y se levanta al terminar, limpiándose la barbilla y tomando su miembro entre sus manos.

—¿Me quieres sentir dentro de ti? — pregunta, colocándose de rodillas en la cama. — ¿Quieres que te lo meta todo?

—Deja de hablar. — lo silencio, atrayéndolo con mis piernas y cuando me lo entierra no sé por cuánta vez en el día, le entierro las uñas en la espalda y su respuesta es penetrarme con fuerza, haciéndome temblar.

Porque mi coño lo disfruta, lo recibe y se complace de él. Lo contemplo, lo admiro y lo beso hasta que no tengo energías y lo siento derramarse dentro de mí. Mis ojos se cierran por la falta de energía y él me atrae a su pecho, abrazándome con sus fuertes brazos mientras reparte pequeños besos en mi rostro hasta que caigo sumida por completo en el sueño.

Los Secretos de La Élite® [Bloody#2]Where stories live. Discover now