Sentimientos primitivos, parte 2

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Sentimientos primitivos, parte 2

LUCY

Los ojos se me abren lentamente y veo al hombre cubierto de tatuajes a mi lado. Le beso la espalda y me levanto, caminando desnuda al baño, para ducharme y hacer mis necesidades. Cuando salgo del baño con una toalla cubriendo mi cuerpo desnudo, lo consigo acostado en la misma posición.

Parece que está sumido en un sueño profundo y me quito la toalla, viendo el reloj en la pared. Camino hasta el closet y me coloco un vestido holgado como los que he estado utilizando últimamente, este es de color negro y estoy haciéndome una coleta alta en el cabello cuando le dan unos pequeños toques a mi puerta.

Caebrán se tapa la cara con el brazo y al ver que no respondo, vuelven a tocar la puerta.

—¿Quién es? — pregunto aunque sé la respuesta y cuando responde, le digo que puede entrar.

El cuerpo de Caebrán está cubierto con la sabana, pero su torso está desnudo y a la vista. Azul aprieta el botiquín de enfermería y cierra con rapidez la puerta detrás de sí.

—¿Llegué en un mal momento? — pregunta sin dejar de mirar a Caebrán y me siento frente al tocador.

—Te estaba esperando. — es lo único que digo y ella se acerca, en silencio.

Soy consciente de que hay una posibilidad de que Caebrán pueda escuchar lo que estamos hablando, así que miro mi reflejo a través del vidrio y me quedo callada.

Azul mide mi tensión y me coloca las respectivas inyecciones. Ni me inmuto cuando la aguja me pincha y frunzo mis cejas cuando Azul saca una muestra de mi sangre.

—Hay que hacerte exámenes rutinarios. — dice, como si me leyera la mente.

—¿Mi cuerpo está rechazando algún medicamento?

—Solo es chequeo de rutina.

—¿Hasta cuándo seguiré medicándome?

—Hasta que sea necesario, pero tu cuerpo está muy bien. — sonríe y mira a Caebrán que sigue "durmiendo". —Trata de no hacer mucho esfuerzo físico, le avisaré a tu médico de cabecera los resultados de los exámenes de sangre, pero según mi opinión personal, todo va de maravilla. — dice, extendiéndome la pastilla que tomo y coloco debajo de mi lengua sin responderle.

El sabor amargo me molesta, pero no digo nada y ella guarda todo en su botiquín. Ignoro las miraditas que me manda y me levanto, ignorándola y caminando hasta mi cama.

—Retírate. — le ordeno cuando se me queda mirando y ella baja la cabeza como hacen todos los empleados de la mansión, cuando nota que Caebrán ya abrió los ojos y nos está mirando.

Le sonrío a mi novio y de pronto siento unas inmensas ganas de besarlo. Se desordena el cabello mirándome de arriba abajo y escucho como Azul se aleja y luego cómo cierra la puerta con seguro cuando se marcha.

Caebrán se relame los labios y sonríe de manera coqueta, pero no me siento en la cama, ya que sé que si lo hago terminaré de uno jadeando su nombre y no es que me moleste, sino que es que hay cosas de las que tengo que encargarme y es por eso que le dejo claro mi deseo expresándoselo en voz alta:

—Quiero ir a ver a Jake.

Asiente, sentándose en la cama, estirando su brazo hacia mí.

—Dame un beso.

—¿Qué?

—Dame un beso y te llevo a verla.

Entrecierro mis ojos.

Los Secretos de La Élite® [Bloody#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora