CAPÍTULO 11: TODOS NOS ESCONDEMOS

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La adolescencia es la etapa más intensa y oscura para todos los que han pasado por ella. Debes tener diversas obligaciones, pero tu libertad será limitada, incluso aunque sólo tengas las mejores intenciones. Danna no tiene permitido salir a menos que sea a la tienda de la esquina para comprar lo que le encargó su madre o asistir a la escuela para educarse puesto que es su única obligación y es un beneficio para sí misma, a pesar de eso, cuando pide permiso para visitar a su mejor amiga en el hospital este le fue negado con la premisa de <<No debes meterte en los problemas de los demás>> la adolescente furiosa azota la puerta de su habitación para derrumbarse a llorar abrazando a su peluche testigo de sus tristezas.

Por el otro lado tenemos a Sergio añadiendo algo de ropa en su mochila, ya que planea quedarse algunos días con su amiga para cuidarla y hacerle saber que no está sola. Busca a su mamá, pero como siempre no se encuentra en casa por estar trabajando hasta altas horas de la noche. Se dirige a la habitación de su padre, pero lo que ve no le sorprende en lo más mínimo. El padre se encuentra desnudo con una jeringa en su brazo a su lado esta una mujer en ropa interior dormida. El chico limpia sus lágrimas, toma algunos billetes de la cartera de su padre <<Se los gasta en droga, no le molestará que tome dinero para comida>> piensa Sergio para sus adentros convenciéndose a sí mismo que no está haciendo algo indebido. Se dirige a la parada de autobuses lo más rápido que puede, no quiere estar más tiempo en su hogar el cual nunca se ha sentido como tal.

Esmeralda se encuentra cocinando para su pequeño hermano mientras su madre llora en la habitación por la ausencia de su esposo ya que tiene dos años de no verlo pues vive en otro estado debido a su trabajo como militar. La chica deprimida recuerda los momentos felices que ha pasado junto a Jaqui los últimos meses y no comprende la razón de su intento de suicidio, de alguna manera se siente responsable por no hacerla feliz como le gustaría pues su amor por ella no puede ser expuesto. Moviendo algunas cosas de la alacena se encuentra con una cajetilla de cigarros, toma uno a escondidas y se dirige al patio detrás de su casa, se sienta tratando de calmar la enorme adrenalina que siente cuando comienza a quemar las cicatrices de sus brazos <<Eres culpable, eres culpable ¡Siéntelo!>> se repite de manera constante hasta que escucha que su hermanito le habla desde la sala. Se incorpora, tira el cigarro ya apagado al patio de otra casa, se cubre las heridas con sus mangas y regresa a seguir preparando la cena.

Danna despierta en la madrugada para darse una ducha pues lloro hasta quedarse dormida, algo habitual cada vez que discute con su madre, pero al salir de su habitación se encuentra a su padre hablando por teléfono. Él se percata de la presencia de su hija y corta la comunicación al instante.

─ ¿Qué quieres? ─ pregunta el padre con notorio nerviosismo, la chica analiza la situación, pero niega con la cabeza, bebe un poco de agua y regresa a su habitación dudosa del comportamiento tan extraño de su padre.

Al despertar escucha que sus padres tienen una discusión, algo que es normal para la chica teniendo en cuenta el carácter pesado de su madre.

─ ¡Ándale sobre pasa mi autoridad para cumplir los caprichos de la chamaca! ─ grita la madre con enojo en su hablar

─ ¡Yo la voy a llevar y traer ya te dije! ─ dice el padre insistente.

─¿Qué traen ustedes ahora? Se escuchan sus gritos hasta mi habitación

─Que le digo a tu madre que te voy a llevar a ver a tu amiga, no tiene nada de malo y se enoja por eso

─Yo no tengo la culpa que tu no tengas amigos, yo quiero mucho a Jaqui y necesita a todos sus amigos en este momento.

─¡Esta loca! Es una muy mala influencia para ti Danna, nadie que quiera suicidarse vale la pena como amigo─ dice la madre tratando de defender su punto.

─ ¡Tu quisiste suicidarte embarazada de mí! ¿no lo recuerdas verdad? Entonces tú también estás loca y no vale la pena tomar tu opinión en cuenta─ la madre se acerca para abofetearla por su respuesta, pero el padre la detiene.

─¡Ya cálmate a la fregada! Sólo harás que nos separemos de ti por tu actitud─ la madre los mira de manera retadora y se va a su habitación hecha una furia.

─Danna arréglate que te llevaré al hospital, pero apresúrate porque tengo que irme a trabajar─ la chica contenta le da un beso en la mejilla a su padre y se dirige rápidamente a la ducha.

Danna nunca había visitado a nadie en el hospital puesto que le dan miedo, pero esta vez su mejor amiga la necesitaba y haría todo lo que fuera por ella. En el fondo ve a la madre de Jaqui y a Sergio dormido abrazado a su mochila. Esmeralda del habla por detrás asustándola.

─ ¡Esme si te dejaron venir! ─ dice Danna mientras la abraza.

─¡Si! Mi mama me trajo, pero no me dejo por mucho tiempo, quiero ver a Jaqui

─Todos queremos verla, parece que Sergio nos ganó─ ambas chicas se acercan a presentarse con la madre de Jaqueline, conversan por un rato hasta que Esmeralda no puede con la duda que le carcome por dentro.

─ ¿Por qué Jaqui hizo esto?

─Nadie lo sabe, mi esposo y yo discutimos, yo me fui de la casa para aclarar mi mente y cuando regresé entre a su habitación para platicar, pero todo estaba ordenado, salía mucha agua de su baño y al entrar la niña estaba tirada, cubierta de sangre─ se le quiebra la voz─ No sé qué le pasó por la mente para hacer eso, llevamos años luchando con medicamentos, psicólogos, pero no logran dar con su problema─ ambas chicas cruzan miradas.

─ ¿Qué pasó? ¿Ya despertó Jaqui? ─ pregunta Sergio adormecido.

─No, sigue igual, está muy débil por el lavado de estómago que le hicieron a causa de las pastillas.

─ ¿Cuánto tiempo tienes aquí? ─ Pregunta Danna

─En cuanto llegue a casa, hice una maleta y me vine a cuidar a Jaqui hasta que salga.

─ ¿Cómo te dieron permiso para faltar a la escuela?

─Ya saben que no pido permiso para nada

─Yo también quisiera quedarme más tiempo, pero no me dejan igual cualquier cosa por favor avísanos─ dice Esmeralda

─Chicos voy a pedir permiso para ver si pueden entrar a ver a Jaqueline, créanme que les agradezco que a pesar de todo estén aquí apoyando─ dice la madre de Jaqui dirigiéndose con el doctor.

La chica que había tratado de acabar con su vida, despierta después del proceso para salvarla. Observa el techo y esa luz blanca que tanto le ha molestado, suspira con pesar pues sabe que todos estarán ansiosos de saber lo que pasó y su infierno jamás terminará. Entra el doctor con sus amigos sigilosamente, siente sus miradas y las lágrimas no tardan en aparecer. <<Maldita sea ¿Por qué vinieron a verme así?>> piensa la chica.

─Tranquila Jaqui, no necesitas hablar, estamos aquí para ti─ siente el tacto cálido de Esmeralda.

─Jaqueline te amamos, espero no te moleste que hayamos venido─ dice algo insegura Danna, la chica recostada solo niega con la cabeza. Sergio se acerca viendo a sus manos, se hinca para romperse a llorar sobre sus piernas.

─No, nos vuelvas a hacer esto, no somos nada sin ti bebé─ el labio inferior de Jaqui tiembla y al igual que Sergio rompe en llanto. Las chicas la abrazan sin decir más.

CRECER AGRIDULCE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora