CAPÍTULO 14: LOS NIÑOS SOLO QUIEREN DIVERTIRSE

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Danna está sentada afuera de su salón comiendo un helado junto a su novio conversando en lo que llegan sus amigos. Rogelio cuelga la llamada en la que se encontraba para acercarse a ellos, la chica se percata de ello y su gesto cambia por completo.

─Hola Danna no quiero interrumpir tu platica─ dice el chico, pero ella no lo deja hablar.

─ ¡¿Qué chingados quieres Rogelio?! ¡Quieres molestarme frente a mi novio!

─No, es que no me dejaste terminar

─ ¡No quiero escucharte! Bastante tengo con aguantar tus pendejadas todos los días en el salón, como para que ahora quieras joderme fuera de él─ Yahir toma la mano de su novia para tratar de calmarla.

─Amor tranquila, él no te hará nada mientras esté contigo─ dice el chico mientras mira a Rogelio amenazante.

─Yo solo quería invitarlos a la playa ya que hoy haremos falta grupal, nos obligan a venir para no hacer nada ya nos están evaluando y mi carnal nos hará el paro de llevarnos

─No te entiendo Rogelio, primero me molestas durante el curso ¿y ahora me invitas a la playa? ¡Como si nada hubiera pasado!

─Si...─ dice el chico sintiéndose culpable

─Me parece una buena manera de pedir disculpas, ¿no crees Danna? ─ dice Yahir abrazando a su enfadada novia.

─Igual no me darán permiso─ dice la chica negando con la cabeza, de lejos escuchan los gritos de Jaqui, Sergio y Esme que cada vez están más cerca.

─ ¡Danna vamos a la playa! ─ dice Sergio sacudiendo a Danna por los hombros.

─Si, vamos ándale hasta yo iré sin permiso, una vez no pasará nada─ dice Esmeralda tratando de convencer a su amiga.

─Yo tampoco avisaré ¡Que se jodan! Nunca hemos salido los tres, por fa Danna vamos─ dice Jaqui mientras le da un pellizco en una mejilla a su amiga, la chica solo hace una mueca de dolor. La adolescente presionada por la mirada insistente de sus amigos y su novio siente que los nervios la van a consumir, pero decide no darle vueltas al asunto.

─Si, iré solo si dejan que Yahir vaya─ dice la joven viendo cómo se sorprende su novio por la respuesta.

─Claro, dejo mis cosas y vengo por ti ¿te parece? ─ la muchacha asiente un poco insegura de su respuesta, pero ya no hay marcha atrás.

CRECER AGRIDULCE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora