CAPÍTULO 28: SOMOS JÓVENES

1 0 0
                                    

Las vacaciones de verano están por terminar, eso significa que Danna tendrá que trabajar algunas horas por la mañana ya que estudia la secundaria en las tardes. Han pasados varias semanas desde que los chicos terminaron su relación, pero han seguido en comunicación, aun hablan sobre lo que hacen en su dia a dia, se recomiendan canciones tristes y se desvelan charlando en las madrugadas, al final de todo ambos se extrañan y el sentimiento no ha desaparecido. Por otro lado Miguel no ha parado de conquistar a su amor platónico en todo este tiempo con sus atenciones, todas las tardes invita a Danna a jugar Nintendo en la tienda de la plaza, han ido al cine y a comer pizzas con todos los compañeros del trabajo.

Danna no ha tenido mucho tiempo para pensar en su ruptura con tantas distracciones, pero en las noches al llegar a casa y recibir los mensajes de su ex novio su corazón vuelve a hacerse añicos y llora hasta quedarse dormida. Los sábados cambiaron al equipo de trabajo al horario matutino ya que ingresara otro equipo de personas de la tercera edad para incorporarlos al ambiente laboral, los chicos no muy convencidos de la idea aceptaron y al terminar su horario se reúnen en la casa de Luis, el jefe de todos para comer frituras y platicar como cualquier adolescente normal.

─¡¿Van a beber alcohol?! ¡Apenas tenemos catorce años! Además es ilegal─ comenta Danna al sorprenderse como el padre de Luis le entrega una hielera llena de latas de cerveza. Todos la miran como bicho raro y ella comienza a sentirse incomoda, tal vez no debió de decir eso en voz alta.

─Tranquila niña, aquí no obligamos a tomar a nadie, prefiero que mi hijo tome en casa con sus amigos que lo haga a escondidas y le pase algún accidente, están a salvo─ los chicos se ríen de Danna por la cara de susto que tiene y Miguel la toma de la mano para tranquilizarla. Luis le pasa una lata al chico, la adolescente lo mira incrédula.

─ ¿Tú también bebes alcohol?

─Si, debes en cuando aquí con Luis y en mi casa en navidad, no es malo si lo haces con medida.

─Pero somos muy jóvenes Miguel, mis papás siempre han dicho que eso está mal

─Lo que está mal es que vayas por la vida prohibiéndole cosas a tus hijos sólo porque tú no estás de acuerdo en algo, entre más cosas nos niegan los padres más las queremos hacer e incluso podemos hacer estupideces a escondidas por el miedo a su regaño, mis papás me dan las libertades que yo quiera porque saben que respetare sus límites, cumplo con mis obligaciones y ellos me premian con la confianza, tenemos muy buena comunicación y eso es lo que importa─ dice Luis mientras le entrega una lata a la chica. Ella lo sostiene insegura con la mano temblorosa, la abre lentamente y le da un trago a la bebida, su rostro se arruga por el amargo sabor y comienza a toser por el ahogo. Todos ríen, pero aplauden por la valentía de la adolescente.

Los chicos comienzan a jugar a "la botella" en donde consiste en colocar un envase en medio del circulo de personas sentadas la cual tiene que girarse y en donde termine de moverse, las personas que apunte los extremos de cada lado de la botella tendrán que hacer un reto. Beatriz gira la dichosa botella Y los extremos a apuntan a Luis y Lupita quien los rumores entre el grupo, afirmaban que eran novios, pero no les gustaba decirlo en el trabajo para que no pensaran que el jefe tenía alguna preferencia, la cual si la tenía.

─Reto o beso─ Los chicos se miran como cómplices para después darse un gran beso apasionado. Todos gritan de la emoción por confirmar las sospechas y Beatriz vuelve a girar la botella. Esta deja de moverse y los extremos apuntan a Danna y Miguel, la chica se ruboriza anhelando que le den a elegir Reto pero para su sorpresa todos gritan que ambos se besen. Miguel lleva días queriendo tener la oportunidad de saber la textura de sus labios.

Ella se niega puesto que tenía días de haber terminado con Yahir y de alguna manera se sentía que le sería infiel. Lupita le dice que ya es una mujer soltera y merece vivir su juventud como ella quisiera, la chica no muy convencida observa el rostro de Miguel quien también se encuentra ruborizado por la situación.

─Ustedes ya me cansaron, ya dile a Danna que te gusta y tu dile a él que te gusta, queremos verlos juntos y felices, ya bésense para ver si en verdad quieren estar juntos o no─ dice Luis enfadado, los ojos color avellana se reflejan en los cafés de ella, se acercan para darse un pequeño beso de cinco segundos, al separarse todos los miraban expectantes. A la adolescente le llegó un ataque de risa por los nervios inesperado y se retira del lugar para dirigirse al baño.

CRECER AGRIDULCE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora