CAPÍTULO 36: LA SEPARACION

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Danna les ha contado todo lo que paso con Yahir a sus amigos, juntos decidieron no entrar al resto de clases y fueron por un helado a la mini plaza cerca de la secundaria. Esmeralda, Gilberto y Sergio aprovecharon que vivían cerca de su casa para acompañarla mientras la hacían reír para que no recordara el mal trago que tuvo que pasar. Al abrir la puerta de afuera Danna se encontró con unas maletas en el patio, le pareció extraño ya que no se veían en mal estado como para tirarlas a la basura. Al entrar a su cálido hogar se encuentra con una madre envuelta en lágrimas, busca a su hermanito con la mirada y se da cuenta que él se encuentra dormido en la habitación, tira su mochila para tratar de calmarla.

—Mami ¿Qué te pasa? ¿Por qué hay unas maletas en el patio? — pregunta la chica extrañada.

—Porque tu padre se ira de la casa, me fue infiel con otra mujer, diecisiete años de matrimonio tirados a la basura— la nauseas vuelven a aparecer en el estómago de la joven que no logra digerir la separación de sus padres. Observa el cuadro roto tirado en el suelo donde se encontraba una fotografía de los esposos el dia de su boda. Su madre está llorando deshecha en el regazo de la hija cuando unos pasos se acercan a la puerta, esta se abre y hace contacto visual con la adolescente. El —hombre sabe que ha sido descubierto, muerde su labio inferior mientras sostiene una de las maletas. Una carcajada de niño se escucha a los lejos junto a unos pequeños pasos.

—¡Papi que bueno que llegaste! Mi mami esta triste, puso tu ropa en maletas y están afuera ¿verdad que no iras de viaje? — el hombre no sabe que responder al pequeño que lo mira con su inocencia sin saber qué es lo que pasa.

—Hijo estaré fuera por un tiempo, pero te vendré a visitar seguido y te llamaré todos los días ¿está bien?

—No papi, no quiero que te vayas me gusta dormir contigo en la cama— escuchar lo último hace que se quiebre la voz del padre.

—Yo tampoco quiero irme hijo, pero tengo que hacerlo, no te quedaras solito esta tu hermana y tu mami quienes te van a cuidar como yo lo hacía y dormirán contigo todas las noches, te amo viejo— el niño comienza a llorar rogándole al padre que no suba las maletas a su auto, pero es demasiado tarde, la decisión está tomada. Danna lo carga en sus brazos para consolarlo sin dirigirle la palabra a su padre y ambos ven como se aleja de su casa para no volver. 

CRECER AGRIDULCE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora