El pergamino

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La situación los tenía sumamente contra el tiempo, pero resultaba ser que si existía alguien conocido a quien pedir ayuda.

- ¿Wen RuoHan? – repitió Jiang Cheng

- Así es... - volvió a confirmar MingJue

El heredero de Jiang se puso de pie y se dispuso a salir del lugar

- Espera – Lan XiChen lo detuvo del brazo – no te precipites demasiado, debemos armar un escuadrón, aún no sabemos dónde están los directivos Lan que han huido, claramente podrías ser uno de sus blancos, no deberías exponerte más.

Jiang Cheng se sacudió el brazo con furia y le dedico una mirada atemorizante, su aura alfa hizo presencia y a pesar de que Lan XiChen no retrocedió, sintió el fuerte deseo de hacerlo por aquella presencia.

- La-vida-de-mi-padre-corre-peligro – hablo entrecortadamente demarcando ira en cada silaba y luego alzo la voz – ¡y la persona que amo también está en riesgo, huyendo y no soy yo quien está a su lado! ¡REALMENTE CREES QUE EN ESTE MOMENTO ESTOY PENSANDO EN MI SEGURIDAD!

- ¡MUERTO TAMPOCO PODRAS HACER ALGO POR NINGUNO!

Era impensable el llegar oír alguna vez gritar a Lan XiChen, sin embargo, no pudo reprimirlo. No podía con su propia desesperación, claro que entendía que Jiang Cheng estaba al límite con todo lo que sucedía, que no podía simplemente estar quieto, pero... así como Jiang Cheng sentía angustia por sus seres queridos Lan XiChen también pensaba en los suyos, su tío en Gusu, Lan Wangji y por supuesto... Jiang Cheng, correspondido o no, el heredero Jiang era su persona amada, sentía que era al único que podía cuidar en ese momento.

De pronto alguien más se movió, todos voltearon a ver al general MingJue que era quien se había puesto de pie.

- Un escuadrón llamaría demasiado la atención, yo iré contigo. Sígueme – cortas y resueltas fueron las palabras de Nie MingJue y nadie volvió a abrir la boca hasta que ambos abandonaron el lugar.

En cuanto el general Nie dijo lo que había recordado decidió que iría, sin embargo estaba claro que por ningún motivo Jiang Cheng se quedaría esperando por lo tanto ni siquiera lo mencionó.

Lan XiChen estuvo a punto de seguirlos, si podía al menos servir como escudo... definitivamente lo haría, pero esta vez quien fue detenido fue él.

- No lo hagas – dijo Xiao.

- Pero...

- Todos aquí están tratando con uñas y dientes de proteger a los suyos, y tú debes atender a los tuyos. Ve a Gusu, si ha ocurrido el peor escenario luego de lo que relataste... eres precisamente tu quien debe ir a establecer orden.

El anciano Xiao no quería ser rudo con sus palabras y las eligió lo más cuidadosamente posible, pero en una corta frase lo que quería decir era que, si Lan Qiren había fallecido, ahora Lan XiChen debería asumir como líder.

- ¿Cuánto tardaremos en llegar? – preguntó Jiang Cheng terminando de subirse al caballo prestado por Nie.

- a media noche estaremos allí, y al amanecer de regreso.

- De acuerdo... adelante.

- Espera – lo intercepto MingJue – antes de partir debes tener claro algo, lo que le pediremos seguramente no será gratis.

- Pagaré lo que pida.

MingJue no podía contarle nada de todo lo que sabía con respecto a ese sujeto, FengMian se lo había pedido, sin embargo, podía interceder de otra manera.

Wei WuXian, el omega más deseado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora