Capítulo 49 | Olive

17K 1.3K 601
                                    

Apago la luz de la habitación, camino hacia la cama y me meto bajo el suave edredón haciéndome un ovillo. Un largo suspiro abandona mis labios.

Sin que pueda evitarlo mis ojos viajan hacia la mesita de noche donde descansa mi teléfono. No debería, pero estiro mi mano para alcanzarlo y volver a leer el dichoso mensaje que recibí hace unos minutos.

«Malas noticias, Olive. No podré quedarme en tu apartamento ahora. Te veré mañana temprano en la oficina y te explicaré toda la mierda que pasó en la cena.

Lo siento. Buenas noches, preciosa.»

Y ahí está de nuevo la odiosa decepción. Es la misma que cuando leí el mensaje por primera vez y la odio, pero es que ya me había hecho demasiadas ilusiones para esta noche y al final, no pasará nada.

Me cubro hasta la cabeza con el edredón, soltando un gruñido frustrado. Creo que también me siento un poco molesta con Elliot, por eso le he dejado en visto. Estoy decepcionada y molesta, pero, también sé que no es su culpa. Algo malo debe haber pasado seguramente.

Resoplo y termino quitándome el edredón de nuevo. Esto es basura. Ni yo me entiendo cómo me siento.

Al final decido responder su mensaje.

«Okay. Nos vemos mañana. Buenas noches.»

¿Va a notar que estoy molesta? Lo más probable es que sí.

Vuelvo a dejar el teléfono sobre la mesita y me acomodo en la cama, abrazando una de las almohadas. Desearía que fuera él. Más allá de que me he quedado solo con las ganas de follar, me hubiese gustado dormir abrazada con él. Sentirlo cerca y su calor y su perfume y...

Ruedo los ojos con fastidio. Por eso es que odio acostumbrarme a ese tipo de cosas. Es malo acostumbrarse a dormir en compañía de alguien porque cuando ese alguien no está hasta la cama se siente diferente. No puede ser así.

Me giro para cambiar de posición y quedarme sobre mi costado derecho, pero a un par de minutos después, vuelvo a moverme para quedar boca arriba. Y me muevo de nuevo sobre mi costado izquierdo. Y otra vez hasta quedar boca abajo. 

—No sabes cuánto te detesto, Elliot Reynolds —gruño contra la almohada. —Deberías estar aquí.

Y me siento todavía más molesta conmigo misma por estar diciendo esas estupideces. Es ridículo tener problemas para dormir solo porque él no está.

Entorno los ojos, vuelvo a darme la vuelta para quedar boca arriba nuevamente y cruzo las manos sobre mi estómago. Me quedo con la mirada perdida en algún punto del techo. Todo es un completo silencio hasta que el sonido de mi teléfono me saca un susto de muerte.

—¡Carajo!

Reniego un par de veces mientras de mala gana me estiro para volver a alcanzar el dicho aparato que no deja de sonar. La llamada entrante es de Elliot y debo decir que me sorprende y me disgusta por igual; sin embargo, respondo antes que cuelgue.

—Hola.

Escucho un largo suspiro —¿Estás molesta?

—No —niego de inmediato pero ni yo misma me convenzo.

—Yo creo que sí lo estás.

—¿Eso crees? —Pregunto con desinterés.

—Sí —responde con firmeza. —Apuesto que lo que en realidad querías decirme en ese mensaje era: vete al carajo, Elliot.

Su voz tiene un ligero toque divertido lo cual, inevitablemente, me provoca sonreír un poco.

—Qué bueno que leíste el mensaje oculto detrás de lo que escribí.

¿Cómo ser mi amante? (+18) [COMPLETA]Where stories live. Discover now