¿Cómo ser mi amante? (+18) [COMPLETA]

Capítulo 74 | Olive

No sé cuánto tiempo ha pasado. Seguramente no más de media hora pero yo siento como si fuesen años.

Me siento desesperada. Siento como si ya pasó la hora y Elliot ya debería haber despertado, pero no lo ha hecho. Ya estoy comenzando a crearme escenarios fatalistas en mi mente, y sé que no debo. Pero justo en estos momentos soy la persona más impaciente e insegura del mundo.

Tomo una inspiración profunda y decido ponerme de pie. Al instante siento el dolor en la pierna. Parece que ya está pasando el efecto de los analgésicos que me dieron; no obstante, aún cojeando, comienzo a pasearme de un lado a otro en el mismo espacio frente a la camilla. Me cruzo de brazos y comienzo a hablar conmigo misma.

—Calma, Olive. Piensa positivo. Piensa positivo. —Resoplo—. No debo desesperarme. Elliot despertará.

Repito esas últimas palabras una, dos y tres veces. Muchas veces más. Todas las que sean necesarias para convencerme a mí misma de ello.

Un tiempo después llega una enfermera y me dice que deben hacerme un chequeo para saber cómo están mis lesiones. Me pongo renuente porque no quiero salir de aquí. No quiero apartarme de Elliot ni un solo segundo, y al final, Mandy interviene para que yo termine aceptando salir.

Me llevan a la habitación contigua y el médico comienza una serie de preguntas. Si me duele la cabeza, si tengo mareos o visión borrosa. Revisa mis pupilas con una lámpara de diagnóstico y dice que aparentemente todo está bien. No presento ningún problema a causa de la pequeña contusión en la cabeza. Por otro lado, la lesión en la costilla duele un poco pero es soportable, no así el dolor en mi pierna. Durante los últimos minutos el dolor ha comenzado a intensificarse y el médico dice que es debido al esfuerzo que he hecho intentando caminar, pero gracias al cielo me da otro analgésico para aliviar el dolor. Es muy estricto al decirme que debo permanecer en reposo, pero al darse cuenta de que no pienso acatar es recomendación, termina diciendo que si quiero movilizarme debo hacerlo en silla de ruedas. No puedo negarme, así que me quedo esperando un momento a que una de las enfermeras la traiga.

A todo esto, mis nervios ya están comenzando a alterarse de nuevo porque estoy muy segura que ya pasó la hora que debíamos esperar para ver si Elliot despierta y yo no estoy con él.

¿Qué tal si ya despertó y no recuerda nada? ¿O qué tal si no ha despertado? ¿Y si no hay nadie con él? ¿Y si el médico se ha olvidado de ir a examinarlo? ¿Y si...?

¡Dios! Tengo demasiadas preguntas. Me siento demasiado impaciente, tanto, que juro estoy pensando seriamente en salir de aquí sin esperar que traigan la dichosa silla de ruedas. Creo que lo haré. Después de todo no caminare mucho porque estoy cerca.

Justo cuando estoy casi por bajarme de la cama, Mandy entra a la habitación.

—¿Qué pensabas hacer?

—Nada —miento.

Me dedica una mirada incrédula, pero decide no preguntar más.

—¿Cómo te sientes?

—Físicamente bien, pero emocionalmente desecha.

—Créeme que te entiendo, Liv.

—Te juro que todavía no logro procesar todo lo que ha sucedido.

Ella suspira.

—Ha sido demasiado.

—No entiendo cómo fue que pasó todo. Yo solo quería ir a un concierto con Elliot. Habíamos planeado una noche maravillosa pero al final todo se volvió una pesadilla.

—Lo sé, pero te juro que los culpables de esta pesadilla tendrán su merecido. No descansaremos hasta que paguen.

—Ahora que lo mencionas, ¿cómo van con eso? ¿Ya saben quiénes son los culpables? —pregunto con curiosidad.