Capítulo 58 | Olive

14K 1.3K 610
                                    

La opresión en el pecho es insoportable. La realidad me hiere y me lastima de la manera más cruel, y una ridícula parte dentro de mí todavía sigue negándose a creer que lo que he escuchado, es cierto. No puede ser cierto.

¿Y qué tal si ella solo está mintiendo? ¿Qué tal si solo está haciendo el trabajo sucio que le pidió alguien más? No sé, quizá alguien la haya mandado con el único fin de joderme. La verdad no me extrañaría si fuese así. Yo más que nadie sé de lo que son capaces las personas cuando buscan dañar a alguien y sin duda alguna, esta sería una buena manera de dañarme a mí. 

No sé si soy una tonta creando teorías ridículas solo porque no soy capaz de creer que Elliot se haya atrevido a mentirme de este modo, pero a menos que no vea pruebas contundentes, no creeré nada.

Alzo el mentón, poniendo la expresión más fría que puedo cuando nuevamente encaro a la mujer frente a mí.

—¿Se pone que debo creer lo que has dicho? —cuestiono retadora—. ¿Cómo sé que esto no se trata de una mentira orquestada por alguien más?

—¿Crees que alguien mentiría en asunto así de delicado? —Me mira incrédula.

—Sí —afirmo de inmediato—. Te sorprenderías si te digo todo lo que le he visto hacer a algunas personas por simple envidia. Cuando a alguien le molesta la felicidad y bienestar de otro, es capaz de lo que sea.

Una risa burlesca se le escapa.

—Ya. ¿Así que crees que estoy haciendo todo esto porque tengo envidia de tu aventura con Elliot?

—No tú precisamente. Quizá haya alguien más detrás de todo esto.

—Me sorprende la imaginación que tienes, o es que quizá simplemente eres tan ingenua como para defender a Elliot. —Niega con su cabeza—. Yo también me negaba a creer que él tuviera una amante, pero, ¿sabes qué? Sí la tiene y no sabes lo horrible que es estar frente a ella.

Mi mandíbula se tensa. Sus palabras se escuchan tan convincentes provocando que la misma sensación de enojo e impotencia comience a aparecer de nuevo. 

—¿Qué pruebas que necesitas para que te muestre lo que digo?— exclama, volviendo a captar mi atención—. Quizá deba mostrarte nuestra acta de matrimonio o quizá las fotos de nuestra boda —añade. 

Un nudo me atenaza el estómago ante la idea de ver algo así. ¿Cómo seguiría negándome a creer todo lo que ella dice, si veo algo de eso? ¿Qué tanto me dolería, si la sola idea de saber que existen esas malditas pruebas está destrozándome?

No tengo más opción que creer. Sintiendo el escozor en el pecho haciéndome trizas por dentro, termino aceptando la realidad. Con la decepción y la rabia consumiéndome lentamente, acepto que Elliot Reynolds es un hombre casado; sin embargo, no tengo para nada ganas de seguir escuchando más de lo que su mujer quiera decirme. Lo que tenía que saber ya lo sé. 

—¿Y cuáles eran tus intenciones al mandarme esos mensajes y citarme aquí? —pregunto molesta.

—Quería enfrentarte —dice abiertamente—. Quería restregarte en la cara tu falta de moral al involucrarte con un hombre casado.

Sus palabras logran enfurecerme casi al instante.

—No me interesa si me crees o no lo que voy a decirte, pero igual lo diré. —Mi mirada se vuelve mucho más intensa—. No tenía ni idea que Elliot era un hombre casado, porque te juro que de haberlo sabido, jamás me habría involucrado con él.

Suelta una pequeña risa sarcástica.

—Sí, claro. Porque eres una mujer correcta, ¿no es así? No vengas a pintarte como una blanca paloma porque tú eres tan cínica como él —escupe en un tono mordaz.

¿Cómo ser mi amante? (+18) [COMPLETA]Kde žijí příběhy. Začni objevovat