Capítulo 12 | Olive

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Tengo la mirada clavada en el ventanal del frente, viendo las incesantes gotas de lluvia caer e intentando entender toda la retahíla de Mandy.

Estoy intentando asegurarle de que regreso a la ciudad hoy. Que no pienso quedarme aquí, en algún hotel hasta mañana, como lo propuso mi jefe, a pesar de que es muy difícil hacerme creer que hay otra opción. La verdad es que Mandy lo único que ha hecho es confirmarme que el clima está de lo peor y no es recomendable volar.

—...yo que tú, fuera viendo en qué hotel quedarse —termina el palabrerío, y el comentario me hace rodar los ojos.

—No, Mandy. A penas son las dos de la tarde y quizá podamos irnos...

Su pequeña risa de burla, me interrumpe —Será mejor que lo aceptes de una vez, Liv. Entre menos vueltas le des al asunto, será mejor.

—Es que es demasiado complicado, Mandy —ahora la interrumpo yo. —Cómo pretendes que me sienta tan tranquila sabiendo que no me agrada la idea de quedarme a dormir en otra ciudad y con... mi jefe —digo las últimas palabras casi entre dientes.

Ella ríe todavía más —Santo Dios, Liv. Lo dices como si fueses a dormir con él, ¿o eso planeas?

—¡Claro que no!— chilló indignada, poniendo mi mano libre en la cintura.

—Ya relájate. Se quedarán en un mismo hotel, pero es más que obvio que en habitaciones diferentes. A menos que, él quiera compartir cama contigo.

Ruedo los ojos de nuevo —Tus comentarios son fuera de lugar, Mandy.

—Sabes que adoro hacer ese tipo de comentarios y los digo con justa razón —masculla y añade:— ¿Y sabes qué? Si yo estuviera en tu lugar, disfrutaría la estancia al lado del guapísimo jefe. Aprovecha e interactúa un poco más con él y... quién sabe. A lo mejor y la pasan muy bien.

—¿Es en serio, Mandy?— pregunto con fastidio y ella ríe. —¿Se te olvidó que esto es un asunto laboral?

—Era, cariño —me corrige. —El resto de la tarde es para ustedes dos nada más. Ya no hay más asuntos laborales así que quieras o no, tendrán que matar el tiempo con algo y deberías asegurarte que sea con algo bueno.

Ya me la puedo imaginar, mordiéndose el labio con total malicia debido a sus insinuaciones y, aunque quiero reír, finjo molestarme.

—No tienes remedio, mujer. Ya te dije que todavía no es seguro que nos tengamos que quedar, así que deja de inventar historias.

—Ajá, sigue creyendo eso —se burla. —Quisiera ver tu cara cuando el atractivo jefe te diga que definitivamente tienen que quedarse.

—Pues no podrás verla. Lo siento —es mi turno de burlarme. Ella ríe, y yo me quedo un segundo, mordiendo mi labio inferior, dudado si hacer el siguiente comentario, pero de todas maneras lo hago. —Mandy, en serio. ¿Cómo diablos voy a hacer para esperar hasta mañana, con él?

Suelta un largo suspiro —Olive, no te estreses por eso. Deja las cosas fluir por sí solas.

—Lo dices como si realmente fuera a pasar algo ente nosotros.

—¿Y no?

—No.

—Mmm, tengo mis dudas.

—Estás loca, Mandy. Es mi jefe. Tus ideas son demasiado ridículas. Ya tienes que ponerle un límite a tu imaginación porque a veces se te va demasiado. Además, yo, tengo novio —la reprendo con el peor argumento posible, y como es de esperarse ella ríe.

—¿Y? Ojos que no ven, corazón que no siente. El idiota de Fred está a varios kilómetros y yo seré una completa tumba. Además, yo creía que ya habías mandado a la mierda a ese hijo de...

¿Cómo ser mi amante? (+18) [COMPLETA]Where stories live. Discover now