CAPITULO XLIII

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I'm back.

Clarisa

Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños querida hija, feliz cumpleaños a ti.

Abro los ojos perezosamente cuando comienzo a oír el canto de mi madre y la visualizo entrando con un pequeño pastel en manos.

—Gracias mami —le doy una pequeña sonrisa sincera, aunque sonreír era lo último que me apetecía.

—Sé que tu cumpleaños no es tu fecha favorita, —comienza sentándose en la orilla de la cama— pero agradezco que tan siquiera me permitas cantarte las mañanitas.

—Tú siempre podrás cantarme las mañanitas pero...

—Pero nada de regalos, ni fiestas, o cosas por el estilo.

—Los regalos puedes dármelos después —digo medio en broma, medio enserio.

Ella ríe por mi comentario dejando el pastel sobre la mesita de noche antes de acostarse a mi lado y darme un abrazo.

No era afán de los cumpleaños. No por algo profundo que haya hecho que los odiara; simplemente no le hallaba nada especial a este día, excepto el hecho de que llegue al mundo, fuera de eso, era un día como cualquier otro.

Mi madre siempre me organizó fiestas, pero cuando noto mi falta de entusiasmo e interés no volvió a organizar ninguna. Cosa que agradezco.

Aun así, todos los años seguía entrando a mi habitación cantando el "Feliz cumpleaños" con un pastel hecho por sí misma. Aparte de eso, el resto del día seguía como si nada.

—Ayer no te vi en todo el día después de que llegue, ¿paso algo?

El nombre de él fue lo primero que vino a mi cabeza, y el nudo en la garganta que creí haber dejado de lado anoche, reapareció.

—Nada importante.

Me abrazó aún más fuerte. No hubo falta que se lo dijera, ella sabía que algo sí había pasado, solo que me daba mi espacio.

—Bueno —se apartó de mi poniéndose de pie— Abajo te espera un rico desayuno antes de irte a seguir tu día como cualquier otro.

Ambas reímos ante eso. Me dio un último beso en la frente antes de salir.

Solté un suspiro recostándome otra vez en la cama mirando hacia el techo. El nudo permaneció intacto mientras notaba las llamadas perdidas en mi celular.

"10 llamadas perdidas de M. A."

Jane... aún estaba confundida con respecto a ella.

"2 llamadas perdidas de Bruce"

Esas eran recientes, hace menos de media hora. Seguro eran para felicitarme.

Y aunque no quería tener llamadas perdidas de él, el no ver ninguna, me estrujo el pecho.

Primero, no quieres saber nada de él. Y ahora te duele que no te haya llamado.

Suelto un suspiro dejando de lado –aunque fallidamente– el celular para dejar de pensar en Tyler.

Yo le pedí tiempo, y justo era lo que me estaba dando.

Una vez que termine de alistarme y de arreglar mi cara demacrada, baje a la cocina. Y como me imaginaba, un pequeño festín de mi comida favorita.

—Esta vez te luciste mamá.

—¿Qué puedo decir? No todos los días mi bebe cumple 18 años.

El mejor amigo de mi novioWhere stories live. Discover now