CAPITULO XXII

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La noche había caído hace una hora aproximadamente junto a un aire gélido. Mis manos estaban congeladas, ni siquiera el calor de la fogata lograba calentarme un poco. Mi chamarra era gruesa pero el aire lo era más. Enserio me arrepiento de no haber traído algo más, no sé. Algunos guantes o incluso un gorro de lana, así como otros de mis compañeros traían.

En estos momentos, como les envidio. Mientras yo me congelo, otros puedes encontrar calor gracias a sus prendas y por ser precavidos, o pueden ser como Tyler y seguir su consejo de estar con otro cuerpo humano para entrar en calor.

Le hecho otra mirada a través de las rendijas que forma mi pelo al estar con la cabeza agachada.

El idiota estaba con Abby. Si no la recuerdan es aquella rubia y ex-compañera de Jane.

Lo intenté enserio que sí. Pero no pude evitar compararme con el resto de las conquistas de Tyler. Todas y no exagero al decirlo son rubias con ojos de color y cuerpo despampanante, yo solo soy una chica con complexión normal, si tengo algo llamativo esos podrían ser mis ojos con su color gris, aunque siempre cambian entre gris y azul dependiendo la luz del entorno en donde me encuentre.

Otra vez mire y vi a Tyler susurrándole algo al oído, antes de levantarse y aprovechar que el profesor estaba hablando (torturando) a algunos compañeros sobre cosas de la sociología.

En serio que no le hallaba sentido a que un maestro de Sociales, llevará a un pequeño grupo de estudiantes a acampar. A mí punto de vista, solo es un castigo por no entregar el trabajo.

Acomode mi pelo hacia un lado y unos minutos después Tyler volvió y un par de metros atrás la chica.

No tuve que pensar demasiado al respecto sobre lo que habían hecho al ver el labial de la chica en los labios de Tyler.

—¿Te encuentras bien? —oigo preguntar en el momento que alguien se sienta junto a mi.

—¿Perdona?

—¿Qué si te encuentras bien? —hace un asentimiento hacia mis manos. Estás estaban rojas y caí en cuenta en el dolor que sentía al estarle encajando las uñas en las palmas, rápidamente las afloje y las guarde en las bolsas de mi chamarra.

Me limito a solo asentir.

—No te preocupes, yo también me pondría así si viera a mi novio con otra chica.

—¿Qué?

—Tranquila no tienes que fingir que no te mueres de celos.

Gire un poco en su dirección para observar al desconocido. Era delgado, y tenía rasgos asiáticos, su cabello color azabache, ademas de que llevaba unas gafas en una de sus manos.

—Lo siento, creo que te estás confundiendo.

—¿Lo estoy?

—Sí...

—¿O sea que no sientes celos por qué esa rubia de allá este sobre tu novio?

El desconocido tenía el ceño fruncido mientras miraba hacia adelante y se colocaba sus gafas, seguí su mirada y entendí a que se refería.

—Él no es mi novio.

—No tengo la mejor vista pero, con o sin mis gafas, noto como te ve.

—Perdona pero, ¿quién eres tú?

Se lleva una mano a la frente como si acabara de recordar algo.

—Que descortés soy. —dice en el momento que extiende su mano libre en mi dirección—. Me llamo Evan.

El mejor amigo de mi novioOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz