CAPITULO XXIII

6.1K 243 23
                                    

Tyler

Movía el bolígrafo entre mis dedos, creando un jugueteo constante.

Cuando tuve una vaga idea de lo que quería, deje de jugar.

Analice las palabras que habían plasmadas en esa simple hoja de papel.

Una palabras que solo significaban el inicio de algo que no sabia como continuar.

"Querida Clarisa..."

Volví a jugar con el bolígrafo entre mis dedos, buscando las palabras exactas.

Podría iniciar con un "Lo siento, se que fui un imbécil" pero veo innecesario gastar espacio en cosas ya conocidas.

Ni siquiera puedo creer que llevo más de tres horas frente al escritorio con solo una simple oración escrita. En realidad viniendo de mi, es todo un logro.

Deje caer el bolígrafo en el escritorio dándome por vencido antes de retomarlo de nueva cuenta y volver a jugar con él.

Prácticamente es lo único que he estado haciendo desde que desperté en mi cama después de ese horrible viaje.

Al principio me molestaba la idea de tener que viajar, pero luego lo vi como una oportunidad para acercarme a ella y lograr que se decidiera por mi.

Admito que el primer día, antes de irnos, seguía molesto con ella por la manera tan erronea que piensa de mi, pero después de habarse disculpado ya no pude seguir molesto.

No hubo muchos frutos la mañana siguiente después de nuestro beso, peor. Pero creía que después de nuestra charla en el lago, mas bien, deseaba que durante los siguientes días las cosas mejoraran y ella pudiera conocerme realmente, no al Tyler que ella cree conocer; sin embargo, nunca pensé que el friki apareciera.

Mi conciencia repetía las palabras de Clarisa ante que no lo llamara así.

Pero resultaba algo natural, desde que lo conocí lo he llamado friki pero jamás con la intención de ofender y eso Evan lo sabia. Sí, conozco su nombre.

Pero me cuesta creer que morí de celos al ver como él lograba lo que yo llevo intentando desde hace semanas.

No estuvo bien, claro que lo se, pero a veces el orgullo es más fuerte que hacer lo correcto.

Ese mismo orgullo era lo que me impedía hablar con Clarisa de cara a cara y pedirle disculpas por lo que dije. Así que, aquí me encuentro, sentado en mi escritorio jugando con un bolígrafo mientras trato de encontrar las palabras que no soy capaz de decirle oralmente.

¿Quién lo diría? Yo, Tyler Hill, escribiendo una carta de disculpas para la princesa.

Es algo cómico, pero dramático. Es melodramático.

—¡¡TYLER!!

Lo que venia esperando desde que Jane fue al instituto acababa de comenzar.

No tuve que esperar demasiado a que entrara hecha una furia a mi habitación.

—¡En serio que a ti te dejaron caer de chiquito! ¡¿Estas mal de la cabeza o qué?! ¡RESPONDE!

—Primero... —deje caer el bolígrafo, por ahora, y me vuelvo hacia Jane—. Baja la voz, que no estoy sordo.

—¡No la bajo ni madres! ¡Enserio que tienes mierda en la cabeza! ¿Decirle puta ingenua a Clarisa? ¡Te dije que no jugaras con ella!

—¡No estoy jugando con ella! —grito en el mismo tono que ella, levantándome de la silla— Te lo dije la primera vez que hablamos de esto y te lo digo ahora. No estoy jugando con ella.

El mejor amigo de mi novioWhere stories live. Discover now