CAPITULO XV

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—¿Qué tal las cosas con Bruce? —preguntó Jane una vez que estuvimos sentadas en la cafetería.

Teníamos hora libre por lo que decidimos venir acá.

—Bien. No hemos hablado mucho por teléfono desde que se fue pero nos mandamos mensajes.

Hace dos semanas y media que Bruce había salido de Colorado en dirección a Kansas. Lo extraño mucho, además de que ahora tengo que levantarme más temprano para llegar a clases a tiempo.

—¿Y con Tyler? —preguntó haciéndose la indiferente.

—No empieces con eso otra vez.

—Solo tengo curiosidad.

—Bien, pues con Tyler nada —marque con fuerza la última palabra—. Él está muy ocupado con sus chicas de la semana.

—¿Celos? —preguntó divertida.

La mire mal para que cerrara la boca. —Yo no siento nada hacía tu hermano que no sea repulsión. Métetelo en la cabeza.

—Qué lindo oírte decir eso Clarisa —habló desde atrás el susodicho.

¿Por qué tiene que aparecer por todos lados? No era por exagerar.

Pero es como mirar a la izquierda y ahí está Tyler, miro a la derecha: está Tyler. Miro al suelo y ¡oh vaya! Ahí está Tyler.

Puse los ojos en blanco cuando se sentó a mi lado.

—¿Saben qué? Acabo de recordar que tenía que ir a buscar algo a la biblioteca —soltó Jane y como una exhalación tomó sus cosas y salió por la puerta de la cafetería.

Quise hacer lo mismo pero Tyler me sujeto de la muñeca, impidiéndome cualquier plan de escape.

—Te dije que no me tocaras. —hale de un tirón mi brazo.

—Sé que te encanta que lo haga princesa

—Y dale con princesa.

—Te gusta que te llame así.

—¿Qué es lo que quieres Tyler? Ve y molesta a alguien más.

—Otra vez con ese tono de celos princesa —giró su cuerpo en mi dirección para verme mejor— Entiende que nadie te puede reemplazar.

—Lo que dije no tiene nada que ver con eso.

Él se encogió de hombros como respuesta. Y ninguno de los dos volvió a decir palabra alguna.

Me había alejado unos centímetros de él cuando vi que no había mucha distancia. Miraba hacia el reloj de la cafetería esperando que diera la hora para ir a mi siguiente clase. En todo ese tiempo tuve la sensación de que Tyler no despejaba su mirada de mí, le eche una ojeada para ver que había recargado su cabeza en la mesa, usando sus brazos como almohada.

En una segunda ojeada vi que tenía los ojos cerrados y su respiración era pausada ¿se había quedado dormido?

Mire alrededor en la cafetería y no había nadie más en el lugar, a excepción quizás de las cocineras pues se oía un leve ajetreo. Era mi oportunidad de irme, pero en una tercera ojeada no pude evitar quedarme viendo a Tyler en su estado de paz.

Fue casi de forma automática cuando comencé mirando su cabello: Tyler tenía un cabello color marrón algo deforme, mientras que el inicio de su pelo era lacio las puntas tenían ligeras ondas, podría decir que su cabello era quebradizo; después pase mi mirada a sus ojos cerrados, Tyler era de eso hombres que tenía mejores pestañas que las mujeres, eran largas y abundantes. Mi mirada recorrió el puente de su nariz que era algo pequeña pero... ¿varonil?

El mejor amigo de mi novioWhere stories live. Discover now