Capítulo 13

347 39 11
                                    


Mimi se sintió aliviada cuando no se encontró a nadie en su cama por la mañana. Era una adulta y no necesitaba escenitas nada más levantarse, lo único que conseguiría sería incomodarse con la presencia de alguien más.

Salió a correr para empezar el día de buen humor, hacía bastante tiempo que no entrenaba y el deporte era necesario en su vida. No por nada, pero un cuerpazo como el suyo no estaba así gracias a Dios. Había sudado para poder tenerlo de tal forma y no estaba para nada dispuesta a perderlo así por así.

—¿Y tú desde cuando haces ejercicio?

La rubia lo miró con mala cara e intentó no hacer un comentario estúpido del que pudiera arrepentirse más tarde.

—Desde siempre, Roi —respondió con calma, a pesar de encontrarse jadeante. Dar la vuelta a la ciudad corriendo tenía sus consecuencias.

—Nunca te vi haciéndolo —se encogió de hombros de forma desinteresada—. He venido para informarte de que esta noche correré contra tu querido Christopher.

—¿Ya tienes a tus callejeros?— preguntó con curiosidad. Ella había formado parte de ese grupo durante años, pero en cuanto Roi "murió" todo se fue a la mierda. No había vuelto a saber nada de ellos desde aquel entonces.

—Por supuesto que los tengo, apostarán miles por mi —afirmó con una sonrisa de autosuficiencia—, ¿tú también la harás?

—Apostaré por él —dejó en claro.

—¿Crees que un niñato va a ganarme, Mimi?

—¿Crees que apostaría por él si no lo creyera?

Roi tensó su mandíbula y se mordió la lengua, no quería soltar algo que Mimi no aprobase. En esos momentos estaba intentado recuperar su confianza y no quería empezar con mal pie por culpa de un joven que se creía de calle.

—¿Eso es todo? Tengo una vida que atender, por si no te has dado cuenta.

—Supongo que nos veremos en la noche... Te haré tragarte tus palabras.

—Igual yo te hago tragarte las tuyas.

—¿Apostamos? — cuestionó él con burla, estando seguro de sí mismo al cien por ciento.

—Apostemos —asintió Mimi–, si pierdes vas a dejar que CNCO sea la nueva banda callejera, tal como lo fue la tuya hace años, no te interpondrás.

—Y si gano, tú romperás el intento de banda que has formado —rió negando con la cabeza—, y pasarás la noche en mi cama.

—No voy a acostarme contigo.

—No sería la primera vez que lo haces, Mimi.

La recién nombrada maldijo entre dientes cuando lo vio desaparecer de su vista, tenía sentimientos encontrados con toda la situación que estaba a vivir. Seguir con su vida habría sido más fácil si Roi no volviera. Los muertos debían de quedarse muertos y no volver a la vida así de repente para joder el presente, y probablemente el futuro, de una persona que ya lo tenía todo organizado.

La ducha de agua fría no le ayudó en lo más mínimo a despejarse, solo la puso de mal humor. Empezar el día de mal humor no era una buena señal.

Por la tarde quedó con su grupo para ponerse al tanto de lo sucedido en la noche de ayer. Al final, Mónica había logrado ganarle a Richard en la carrera de moto, aunque este lo relataba con rabia y siseaba que había jugado sucio.

—¿Por qué te quejas? —preguntó Claudia, totalmente confusa—. Has ganado, eso era lo que querías.

—Quería ganarle —recalcó—, no que me dejara ganarle. He visto con claridad como reducía la velocidad cuando estábamos llegando a la meta.

A Mimi le entraron ganas de reír, al parecer era algo común en los miembros de ese grupo.

Exon al darse cuenta la miró con una ceja alzada, él no solía correr, era de calle pero prefería mantenerse alejado de asuntos ilegales. Las carreras clandestinas no eran su punto fuerte.

—No me mires así, muñeco —se quejó la rubia empujando suavemente su hombro—. Tal vez deberías de correr.

—Oh, no... Y mucho menos esta noche, compiten dos de los grandes y no quiero verme involucrado.

—¡Alguien tiene que correr!— exclamó Laura—. Si corren dos de las mejores bandas... Falta alguien de la nuestra, que sin duda es una de las bandas callejeras más destacadas.

—Tampoco tiene que hacerlo, si no quiere, no somos nadie para obligarlo —murmuró Mimi al ver el revuelo que causó su comentario.

—Yo opino que debería de correr.— Ricky se unió a la conversación.

—Todos hemos corrido alguna vez, él ha sido el único que no tocó la pista —el último en unirse fue Juan, quien miró al peligro con las cejas alzadas—, ¿No crees que ya te toca, Exon?

—Bien —apretó sus labios—, correré, pero no apostéis por mí porque es obvio que perderé.

—No tienes que hacerlo, Exon.

—Él ya ha dicho que lo hará, no lo mareéis — dejó en claro Juan, ganándose una mala mirada por parte de la líder del grupo.

—No está preparado —suspiró.

Todos sabían que no lo estaba y aún así lo dejaron subirse a esa moto en cuanto llegó la noche.

A lo lejos, Christopher saludó a la rubia con una sonrisa en los labios, ella trató de devolverle el saludo sin hacer ninguna mueca. No estaba de humor para nadie, mucho menos para él.

La tensión se notó en el ambiente cuando Roi se acercó al joven para darse un apretón de manos, deseándose buena suerte en la carrera. Los demás participantes eran invisibles, como si no existieran, los protagonistas esa noche estaban más que claros.

—Tengo un mal presentimiento — susurró Mimi cuando su mirada conectó con la de Roi, que ya se encontraba encima de su moto, preparado para salir.

Calle Where stories live. Discover now