Capítulo 18

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Mimi cumplió con todas las cosas que le prometió al joven antes de salir de casa, dejando en claro que era una mujer de palabra y que cumplía con todo aquello que mencionaba.

Para empezar, veremos las caras de nuestros padres cuando entremos juntos. Para seguir, podemos montar alguna escena caliente frente a todos. Para terminar, ¿quien dijo que ibas a meterte entre mis piernas aquí y no en otro lugar?

Sus padres se habían quedado boquiabiertos, ninguno se esperaba tal junte, pero disimularon la sorpresa por los demás invitados, de lo contrario se hablaría mucho del tema en toda la noche e incluso en la mañana del día siguiente. Las desventajas de la gente adinerada era que su vida es un aburrimiento y de todo quieren hacer escándalo, son más chismosos que los vecinos de los protagonistas en las telenovelas mexicanas.

Aprovecharon cada canción que tuviera un ritmo bailable, quizá se pasaron el baile por debajo del ombligo y aprovecharon el momento para frotarse el uno contra el otro y manosearse casi de manera inocente. Llamando de nuevo la atención de los invitados, nadie allí tenía unos pasos similares, todos buscaban la elegancia canción tras canción.

Para finalizar la noche dejaron la pista de baile y se dirigieron a los baños, donde mantuvieron relaciones sexuales de manera desvergonzada. Así lo describiría cualquiera de las personas que lo presenció, ellos simplemente dirían que follaron como cualquier otro día, quizá un poco de manera desvergonzada, pero sentir el morbo de que ciertas señoras comentarían eso en el desayuno de la mañana siguiente, les resultaba más excitante.

—¿Vamos...?

—Yo voy a arrancarme este maldito vestido, ponerme un pantalón de cuero y un top apretado, subirme en la moto y recorrer las calles. No puedo irme así a la cama, Chris, esto ya forma parte de mi vida —besó los labios del chico que estaba acostado en su cama y procedió a hacer lo que acababa de decir—. No te pido que te quedes aquí, niñito, puedes hacer exactamente lo mismo.

—¿Ponerme pantalón de cuero y top apretado? —repitió burlón—. Uhm, creo que paso.

—Tú te lo pierdes —subió la cremallera de su pantalón tras deslizarlo por sus piernas.

—Ese pantalón te hace un culito...

—¿Quieres tocar? —cuestionó divertida mientras fingía hacer algún paso de perreo, de esos que todavía no dominaba.

—Ay, si invitas —estiró su brazo hasta que sus dedos tocaron una de sus nalgas.

Hicieron el tonto un rato, quizá incluso se enrollaron antes de que Mimi saliera de casa y se subiera en su moto, no se molestó en ponerse el casco porque no tenía pensado recorrer la calle a lo loco. Solo necesitaba sentir el viento golpear su cara, la adrenalina recorrer su cuerpo, esa sensación de libertad que solo conseguía encima de la moto... O en los brazos del joven que se había quedado en su cama.

Lo que no tenía en mente era tener compañía por las calles, pero la tuvo, y no compañía de la buena sino todo lo contrario. Se podría decir que eran las personas que ella menos necesitaba ver en esos momentos, ya se había derrumbado suficiente esos días como pasa seguir haciéndolo ahora.

—Mimi, las noticias vuelan muy rápido —saludó en cuanto se detuvieron—. Pensé que no ibas tan en serio con ese chiquillo.

—Cómprate una vida, Roi.

Él se carcajeó, sacando de su bolsillo el material necesario para liarse un porro, Mimi arrugó su nariz al verlo, la marihuana le traía malos recuerdos y en todos ellos estaba el sujeto que la miraba con burla.

—¿Quieres darle una calada, corazón?

—Métetelo por el culo, corazón —respondió de la misma manera, sonriéndole con falsedad.

—¿Recuerdas la vez que nos colocamos y terminamos follando en...?

—No, no quiero recordarlo tampoco —lo detuvo—. Eres parte de mi pasado, de un pasado que no quiero traer al presente. Sé que suena difícil porque te has perdido muchos años, pero acéptalo, tienes futuro y no conmigo.

—¿Y que hay de tu futuro?

—Mi futuro —repitió ella—. Mi futuro está en mis manos, no en las tuyas.

—Él no es tu futuro.

—¡Él es mi presente y tú eres mi pasado! —exclamó—. Él tiene la oportunidad de ser mi futuro, tú no.

—No digas tonterías, métete en la cabeza que él no es como yo, tú estás acostumbrada a lo que yo soy.

Mimi tuvo que reírse, ¿que otra reacción iba a tener?

—¿Crees que has sido el único en mi vida? Estuve con un hombre diferente cada mes que no estuviste —escupió—, menos mal que él no es como tú. Menos mal. Con él no necesito hincharme a marihuana para que terminemos en la cama, ni sentirme menos, ni nada de nada. Él es, tú no.

Roi expulsó el humo en su cara y miró hacia uno de sus costados, a tan sólo unos metros había alguien más que había escuchado a la perfección la conversión.

—Brava.

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