Capítulo 24

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—¿Cómo estás, Zabdiel? —Christopher pregunta nada más abrir la puerta, había visto a la pelinegra salir diciendo que iría al baño y supo que era su momento para entrar a ver a su amigo.

Este levantó la mirada al verlo entrar y sonrió como sonríen los niños al ver los regalos bajo el árbol el día después de Reyes.

—Estoy vivo, que ya es mucho, ¿no?

—No seas idiota —habló mientras cerraba la puerta y se acercaba a él—. Veo que sigues con las estupideces de siempre así que apostaré a que estás bien.

—Estoy bien, yo me preocuparía más por Laura —señaló, acomodándose en la camilla mientras hacía un gesto dolorido—. Christopher, tienes que escucharte con atención, alguien cortó los frenos y yo lo vi, de no haberlo visto no le habría pedido que intercambiásemos las motos para correr. Pero me olvidé de ese pequeñísimo detalle cuando estábamos corriendo.

No lo juzgó tal como pensaba que haría. Habría hecho lo mismo en su situación.

Él había preferido llevarse él el golpe, a que se lo llevase Laura. Aún sabiendo que iba a terminar como estaba ahora se subió a esa moto y corrió, brindándole a ella la seguridad que le faltaría a él.

—Alguien quiere hacerle daño.

—Lo sé —admitió en voz baja—, las cosas están complicándose cada vez más... Las muertes no hacen más que incrementar y esto terminará como en una de esas películas americanas que tantas entradas venden en los cines, con la única diferencia que aquí el final si es el final, nadie gritará "corten" después de cada muerte.

—¿Y no vamos a hacer nada? —inquirió incrédulo—. Richard está fatal desde la muerte de Mónica, no quiero imaginarme como estará Mimi con la muerte de sus amigos... ¿Te has parado a pensar en algo que lo seas tú? Estaba notando un cambio en tu actitud increíble, nos estábamos dejando llevar por unas mujeres que nada que ver, de las que nos reíamos el primer día...

—Zabdiel, Zabdiel... Llevanos sin salir a la calle desde tu accidente porque Mimi la ha liado, pero la ha liado muy gorda y ahora está en problemas. A esa chica no se le puede dejar sola.

—Yo creo que todo lo contrario. No te lo tomes a mal, pero esa mujer sola es muy poderosa, ni estando contigo va a cambiar su poderío.

Él sonrió, sabiendo que en realidad nunca había estado con él, que solo era un escape a la realidad. Mimi era de esas mujeres que estaban consigo mismas y que no necesitaban a absolutamente nadie.

Tal vez por eso cayó primero.

Quizá eso fue lo que le incitó a decir "a esta la quiero como mujer, no como enemiga"

Pero una cosa no pasa si las dos personas no ponen de su parte.

—Ha matado, Zabdiel, se ha cargado a la hermana de Roi como este lo hizo con Mónica —susurró—. No sé qué pasará a continuación pero seguro que nada bueno, las muertes nunca traen consigo nada bueno.

—¿No lo sabes? Te juntaste con una pirada, yo creo que deberías de saberlo.

—Cuidado como hablas de ella, eh.

—No te pongas a la defensiva que sabes que tengo razón, joder —bufó llevándose una mano a la cabeza—. Una guerra eso es lo que nos espera y yo no estoy en condiciones, Richard emocionalmente tampoco... Va a ser una derrota segura. Y no es como en las carreras. No se pierde dinero, se pierde la vida. Con esto no se juega... Y no sé tú, pero yo ya estoy acojonado.

—Yo también lo estoy —admitió—. Sin Roi todo habría sido más fácil, ¿sabes? Creo que incluso podría haber tenido mi historia de amor romántico con Mimi. Habíamos tenido nuestros momentos de odio pero íbamos por el buen camino... Hasta bailamos agarrados como los señores mayores en la cena de negocios a la que fuimos por nuestras familias... Y entonces apareció él, quitándome las esperanzas.

—¿Sin él habría historia de amor?

—En mi libro si —respondió con una pequeña sonrisita en los labios—. En el suyo el que sobra soy yo.

—Pues es cuestión de mataros a los dos y que la chica viva libremente sin historia de amor.

—No seas ridículo.

—Si la ponemos a elegir...

—Me elegirá a mi.

—¿Como estás tan seguro? —chasqueó su lengua—. A ver, no es muy difícil que seas mejor que Roi, pero conociendo a Mimi va a preferir estar sola que mal acompañada y tú no eres la mejor compañía para ella... O quizá al revés, ella no es la mejor compañía para ti... ¡O tal vez si! Pero no es el momento. Ya llegará el tiempo de los amoríos, ahora definitivamente no es. Por poner en primer plano el amor es que han pasado tragedia tras tragedia, lo mejor sería usar la cébela y razonar las cosas...

Lo decía él mismo que casi perdía la suya por una pelinegra de la misma banda callejera.

Siempre estuvo muy de moda la frase de que en el amor y en la guerra todo vale, pero poco se dice de que en ambas situaciones también se pierde y mucho. ¿Quienes serían los primeros en perder?

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