La princesa que amo la oscuridad.

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Chess Valley, Queendom of Roses, quinientos años atrás.

Un chico de trece años entrenaba con un sable de luz verde, este era observado por un hombre mayor de unos cincuenta años que estaba sentado en un tronco, —Controla tu respiración Benoni— indicaba el hombre a su pupilo.

—Si tío— respondía respetuoso el chico, sin embargo sintió un pequeño golpe en su nuca, —Mientras entrenamos soy tu maestro— le llamo la atención su tío, —Viejo cascarrabias— dijo por lo bajo Benoni, sin embargo su tío lo escucho perfectamente.

El hombre sin moverse de su asiento hizo levitar a su sobrino por una pierna y lo zarandeó de un lado a otro como lombriz, —Viejo tu papádecía enojado su tío mientras seguía agitándolo, Benoni solo se disculpaba con el estómago revuelto.

"Yo provenía de un clan de guerreros, mi tío junto con mis padres habían fundado la orden del ajedrez, una fuerza cuyo objetivo era proteger al Queendom of Roses y sus gobernantes. Usando la sabiduría mágica que nuestros ancestros nos habían heredado, traíamos paz a nuestro hogar"

Benoni estaba de regreso en su cuarto en el castillo real, estaba guardando su sable de luz cuando alguien toco a su ventana, temeroso se acercó con su sable a esta. La ventana se abrió de un golpe y alguien le callo encima. —¡Benoni!— una niña de diez  años lo abrazaba fuertemente.

—¿Princesa?— dijo el chico al identificar a su "atacante".

—¡Que no me digas así!, somos amigos ¿no?— con un puchero le decía la niña mientras se hacía aún lado. Ambos chicos se levantaron del piso, antes de que Benoni pudiera reclamarle la niña lo tomo y salió corriendo del cuarto. Terminaron en una de las torres del castillo.

—Sabes que no podemos estar aquí, ¿qué dirían si ven a un aprendiz de caballero y a la princesa a solas?— Benoni trataba de sonar maduro.

—Que hacemos bonita pareja— contesto con simpleza la niña, cosa que hizo que el alma del chico casi se le escapara del cuerpo, la niña rio por la reacción de su amigo. Ambos observaron el cielo estrellado en silencio.

—Oye Benoni, ¿te quedarás conmigo cuando me vuelva la reina?— pregunto con timidez la princesa, el pelinegro vio a la niña, aunque tímido tomo su mano con gentileza, —Tú y yo nos volveremos los reyes del tablero— dijo con firmeza Benoni.

"Tenía una buena vida, pero mi destino no era estar a su lado. Todo cambio el día que el carruaje negro se presentó para llevarme al colegio"

Tres años después.

Sus padres junto con algunos miembros de la orden preparaban todo para su cumpleaños dieciséis en la mansión de sus padres, esta fiesta sería especial, ya que no solo sería oficialmente admitido a la orden, también el tutor real junto con su nieta, la princesa del reinado irían a su fiesta.

—Cuanto me alegro que por fin ese fósil dejara el trono, únicamente una reina debería sentarse en él— se quejaba su papá en voz alta, —Cálmate cariño, solamente un año más y la princesa tendrá la edad suficiente para asumir el cargo— lo tranquilizaba la madre de Benoni.

Este solamente iba de un lugar a otro acomodando cosas, aunque coincidía en que el abuelo de su amiga no le agradaba no creía que fuera mala persona, después de todo había criado a la niña cuando sus padres murieron misteriosamente.

Todo estaba listo, solamente faltaba que los invitados llegaran. Llamaron ala puerta, Benoni y su tío se ofrecieron a atender a los recién llegados, pero cuando abrieron la puerta un hombre elegantemente vestido de negro y con máscara de calavera estaba en el umbral.

Los otros siete (Dark Route)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz