La toma de la escuela (pt.3)

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Dormitorio de Ignihyde, noche.

—Nii-san tenemos que salir— trataba de convencer el pequeño Ortho al mayor de los Shroud, quien aunque ya se había encargado de coordinar la evacuación de su dormitorio por medio de las cámaras y los altavoces del edificio ni siquiera había salvado sus partidas para salir de su cuarto.

—No, no lo creo— respondía Idia aun jugando en su computador, Ortho suspiro, no quería hacerlo, pero a veces la forma de ser de su hermano requería ciertas "negociaciones hostiles". El cíborg fue a una parte de la cómoda donde ahora guardaba sus propias cosas, quito algunas películas y del fondo saco una caja.

Era algo que había pedido semanas atrás por si una emergencia que requería dejar el cuarto se presentaba, no creyó que el día se presentaría de esta forma. —Nii-san— la voz cantarina del pequeño llamo la atención de Idia, quien al voltear al verlo se llenó de una gran ternura.

Ortho sostenía en sus brazos un peluche del Caballero de la Calabaza, era toda una ternura, con acabados bien hechos y detalles metálicos y por la etiqueta que se asomaba del costado de este parecía ser una pieza de colección. Idia iba a extender sus manos para recibirlo cuando vio como el cíborg tomaba al muñeco con una mano y en la otra activaba un cañón.

—¡KYAAAA!, ¿Ortho que haces?— veía horrorizado el mayor como su pequeño hermano acercaba lentamente el muñeco al cañón, —No quería hacer esto Nii-san, pero si no salvas esa partida y salimos con los demás en menos de un minuto, destruiré esta pieza de colección—.

El peli-fuego estaba en un apuro, por un lado no creía que dicha alarma fuera para tanto y por lo tanto evacuar era algo innecesario, pero por otro lado vio como lentamente el brazo del muñeco estaba a menos de cinco milimetro de tocar él...

—A AAA de acuerdo, de acuerdo, ¡de acuerdo!— gritaba resignado Idia, —Tú lo entregas, los dos salimos, nada se quema— farfullaba Idia mientras cerraba sus partidas y desconectaba la computadora del internet, no se fiaba de dejar desprotegida su información.

Ambos hermanos salieron del cuarto rumbo al longe, no sin que antes Idia tomara una mochila donde puso su tableta, un disco de memoria externo, algunas herramientas y el peluche que le "regalo" su hermanito. Al llegar al longe vieron al resto de los estudiantes ya reunidos pero con su atención en las diferentes pantallas.

Algunos alumnos habían hackeado el sistema de vigilancia y veían al resto de los dormitorios caer uno a uno en las manos de aquellos misteriosos enemigos. Los murmullos de como había sido invadida la escuela no paraban, y muchos ya estaban teorizando lo que había pasado.

Los hermanos también quedaron atónitos al ver aquello, al menos la gente ya no los verían mal por haber destruido algunas partes de la escuela y secuestrado a los líderes. —Chicos— llamo Ortho a los demás, quienes inmediatamente apagaron las pantallas y rodearon al líder del dormitorio esperando noticias.

Idia suspiro, como odiaba tener que lidiar con este tipo de cosas. —Ok... como ya vieron, la escuela está en peligro, así que tendremos que ir a ayudar a esos normies— 

—¡Nii-san!— le regaño Ortho.

Mientras los hermanos discutían una sombra se colaban en el longe y tomando forma. Un estudiante peli verde, quien era el más alejado de todos escucho un ruido provenir del pasillo, creyendo que era un estudiante rezagado volteo a verle solo para llevarse tremendo susto.

—AAAAA— el grito asusto a los demás quienes voltearon a verle, —Z... Zo... ¡Zombi!— señalaba al intruso que se acercaba lentamente por el pasillo. Todos los estudiantes comenzaron a gritar, Idia solo volvió a suspirar y avanzo a donde estaba el supuesto muerto viviente. 

Los otros siete (Dark Route)Where stories live. Discover now