La Diosa del Océano.

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Algún punto en el mar cerca del muelle este, Diez para las seis de la mañana.

Lentamente y sin hacer ruido los miembros de Octavinelle se fueron poniendo de pie, no era por temor a interrumpir a la pareja, más bien temían que su sempai quisiera seguir peleando.

Dovydas se separó un momento, temía que esta fuera nuevamente un intento para distraerlo; sin embargo, la forma en que Keralia lo veía y el cómo se negaba a soltarlo le confirmaban que ella realmente estaba con él, —Mi amor— decía el chico con dulzura.

— Dovydas...— le llamo la Nereida, esta iba a poner una mano en su rostro, pero antes de hacerlo su mirada dulce cambio a una furiosa, tomo impulso y le propino una fuerte cachetada que dejo a todos los hombres congelados.

—... ¿Pues no que se amaban?— soltó Floyd confundido.

El mayor miró a la mujer, antes de que pudiera preguntar que pasaba esta volvió a golpearlo repetidas veces, —¡Eres un tonto Dovydas Krake! ¡Tonto, tonto, TONTO!— gritaba la nereida mientras lo seguía golpeando.

 —¿Por qué me arrojaste a ese lugar?, ¿Sabes lo preocupada que estaba?— sus golpes fueron bajando de intensidad, la nereida oculto su rostro en el pecho de Dovydas mientras sollozaba por la impotencia.

El exlíder la atrajo nuevamente a él, —Yo solo... creí tener la fuerza para detenerlos... — 

Azul intercambio miradas con los gemelos, los tres se sentían muy perdidos, —¿De qué están hablando?— aunque no era su asunto su curiosidad era mayor.

Dovydas miro por primera vez a los chicos y luego a su nereida,  —Es un cuento algo de complejo de relatar...— comenzaba su historia Dovydas.

...

Jack's Town, costa de Sunshine Lands.

En un orfanato un joven Dovydas de unos 13 años estaba trepado en un árbol observando el mar, tenía entre sus manos una brújula, el único objeto que conservaba de sus padres. Una de las matronas lo vio, ¿Cuántas veces se había trepado el niño a ese árbol en la semana?—

—Dovydas cariño, sabes que si quieres ver el mar es mejor hacerlo desde el balcón— era su forma de pedirle que bajara, el chico rodó los ojos y de un salto bajo del árbol, le mostró la brújula a la mujer mayor quien noto que la manecilla apuntaba al océano.

"Yo crecí en el orfanato de mi pueblo, mis padres fallecieron en un accidente, a pesar de eso tuve una niñez buena y tranquila, demasiado tranquila para alguien que soñaba con el mundo bajo el mar, para mi fortuna fui salvado del aburrimiento cuando el carruaje negro llego por mí.

Sabía que esa era la señal de que mi mundo estaba a punto de cambiar, lo que no imaginaba es que ese cambio vendría justo el primer día de clases"

Tres años después, en un a de las playas de la isla de los sabios.

Apenas el líder de Octavinelle término su discurso de bienvenida Dovydas se escapó de la escuela, aún faltaba para el toque de queda por lo que podría estar admirando la playa por un largo rato. Inhaló el aire marino, tres años más y podría cumplir su sueño de explorar el Océano.

Habían pasado unos minutos cuando algo llamo su atención, cerca de unas rocas a unos metros de la orilla vio la figura de una mujer, temiendo que la chica estuviera en problemas se adentró sin importarle mojar sus ropas.

—Oye, ¿Necesitas ayuda?— preguntaba el chico cuando estuvo a un metro de la mujer, sintió que perdía el aliento al ver que a mujer tenía cola de pez. Era la  primera vez que veía a un ser marino en su verdadera forma, en su pueblo conoció a pocas sirenas pero en su forma humana.

Los otros siete (Dark Route)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora