El Dios de las Mentiras (pt. 2)

258 23 54
                                    

¿?

—Una vez, la humanidad acepto una simple verdad, que no estaba sola en el universo— decía Luke dándoles la espalda, los hermanos Shroud estaban inmovilizados en hielo, si no se liberaban pronto, no solo Twisted Wonderland estaría en peligro.

—Dominios Walter, liberaste a alguien peor que tú...— maldecía por lo bajo Idia.

...

Cuarto de Idia, Cuatro y media de la mañana.

Mientras Ortho esperaba a que su batería estuviera completamente llena, Idia descargaba en su memoria varios sistemas de defensa. Ninguno de los hermanos había hablado, desde que salieron de la reunión, Idia sentía que Ortho estaba enojado con él, y el menor a su vez no sabía como decirle a su hermano que estaba equivocado sobre Luke.

A pesar de que todas las acciones hechas por el exlíder de Ignihyde daban a entender que no era su enemigo, el androide no confiaba en él, si había algo que lo estaba frustrando más que esto, era sentir que por alguna razón estaba perdiendo a su hermano.

El pitido de una videollamada saco a ambos de sus pensamientos, creyendo que podía ser alguno de los líderes Idia abrió la ventana.

—Esto me llevo más tiempo del que supuse— decía Luke, su imagen estaba desenfocada y miraba a todos lados menos a la cámara. —¿¡Luke!?— gritaron ambos hermanos.

—Silencio, Walter no se ha dado cuenta de que robe su celular.
—¿Cómo encontraste en número de Niisan?— preguntaba escéptico Ortho desde su lugar.
—Utilice mi magia única, pero no hay tiempo para explicar eso. Idia, tienes que venir aquí, tengo un plan para parar a los falsos fantasmas.

Ambos líderes hablaban animadamente, Ortho no pudo más. Con brusquedad desconecto el sistema de carga y se dirigió a la puerta. —¿Ortho...?
—Iré a checar a los demás— grito el menor azotando la puerta.

El androide solo quería estar lejos de ese par, —Si tanto lo prefiere... que se quede con él— decía el menor de los Shroud sin poner atención a donde iba... o a la velocidad a la que iba. 

—¡CUIDADO!

Ortho apenas alcanzo a frenar, pero ni así evito chocar contra el presidente del club de cine. —Vil Schoenheit sempai, ¡lo lamento!— se disculpaba el androide mientras ayudaba al rubio a ponerse de pie.

Este se sacudió la ropa, acto seguido lo miro detenidamente. —Ara, ¿por qué estás llorando?— pregunto el mayor cruzado de brazos, —¿Llorar?, yo no puedo hacer eso...— decía el menor sin comprender por qué su sempai decía aquello.

—Puede que tu hermano no te haya dado esa función, pero tus ojos me dicen que estás pasando un muy mal momento.

Sintiendo seguridad de poder contarle sus preocupaciones a alguien, Ortho le contó su mal presentimiento y su frustración, Vil escucho a su compañero de club atentamente. —Dime, ¿cuál es el objetivo principal de un buen actor? 

Ortho se sintió confundido, ¿a qué venía esa pregunta?

—Pues... reflejar emociones y...
—Convencerte de que lo que dice y hace es real, un gran actor será capaz de hacer que lo odies o... — Vil dejaba la frase al aire para que Ortho entendiera a que se refería.

—O crear empatía— respondía el androide, —¿Entonces, podría ser posible que, efectivamente, Luke Laufey está manipulando a Niisan?— aunque confirmaba su sospecha, hacerlo le daba miedo. Agradeció fugazmente su ayuda a Vil y regreso volando a su habitación.

Los otros siete (Dark Route)Onde histórias criam vida. Descubra agora