El Rey que vino de otro Valle (pt. 2)

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Diasomnia, cuatro y media de la mañana.

La única persona que podía ayudarlos en ese momento había sido convertida en piedra, por primera vez en mucho tiempo los tres se sentían perdidos sin la guía de su tutor. Lilia no solo sabría qué hacer en un problema así, sino que también seria quien los calmaría y les diría que todo estaría bien.

Malleus junto a su guardia habían pasado los últimos veinte minutos en el cuarto del vice líder tratando encontrar algo que pudiera ayudarlos sin éxito, solo quedaba un lugar donde no habían buscado...

—No estoy seguro...
—Por la bruja de las espinas Silver, ¿vas a dudar ahora?— exasperado Sebek trato de abrir uno de los cofres de Lilia, uno donde sabían que el mayor guardaba cosas que no quería que otros vieran.

El peli verde puso el cofre sobre la cama, sin embargo Silver puso una mano sobre este para que no fuera abierto.

—¿Qué haces?, ¿No quieres rescatar a Lilia-sama?— alzaba la voz el de primero.
—Por supuesto que quiero que el viejo regresé, pero indagar en su pasado...

—Es necesario— hablo Malleus, haciendo que los otros dos guardaran silencio.

Malleus hizo flotar el cofre, sin embargo antes de abrirlo se dirigió gentil a Silver.

—Entiendo que quieras respetar su derecho a no hablar del pasado, pero el enemigo que enfrentamos es parte de este, traer a Lilia de vuelta es suficiente justificación para violar ese derecho.

El peli plata suspiro, no le agradaba aquello, pero Jareth Sahira no les había dejado otra opción. Malleus abrió finalmente el cofre, esparciendo los objetos del interior de este con cuidado en el piso.

La mayoría era a los ojos de los chicos cosas sin relevancia, algunas piedras preciosas, varias dagas y cuchillos rústicos así como puntas de flechas, a Sebek le sorprendió ver lo que parecía el mango y parte de una espada rota, en tanto que Silver se entretuvo con un peluche de un fauno.

Malleus por su parte revisaba una pila de papeles cuando un cuaderno negro llamo su atención. Al hojearlo se dio cuenta por la letra y las fechas que este había sido escrito durante la infancia de su tutor.

Pasando las hojas, se sorprendió de un dibujo hecho al carboncillo donde Jareth junto a una versión aún más chica de Lilia estaban sentados en un trono, era imposible no otar la admiración con la que el infantil Lilia miraba al mayor. Pensar en cuál podrida ser la razón por la que ellos dos se conocían hizo que la sangre de Malleus hirviera de ira contra el elfo.

Siguió hojeando el cuaderno, cerca de las últimas hojas hallo una carta dirigida a alguien de nombre Lilly. Guardo el cuaderno entre sus ropas antes de leer la carta, daba varios detalles para detener a Jareth, pero había un punto en particular que llamo su atención.

—Lo encontré.

...

—¿Y qué te hace creer que voy a ayudarte solo porque si?— preguntaba Leona al chico frente a él.

Después de que Malleus les leyera la carta, el líder de Diasomnia dispuso que Silver fura a reunir los otros materiales que requerían y a Sebek a cuidar de Yuu, sabiendo lo imprudente que podía ser Sebek en ocasiones era mejor no darle motivos a Leona para que los rechazara.

Malleus miro frustrado al león, sabía que no sería sencillo convencerlo, pero dada la situación actual esperaba que el segundo principie fuera más flexible.

—Solo te estoy pidiendo que me regales un rugido para salvar a Lilia...
—¿Y como rayos espera que te dé algo así? A veces eres demasiado raro...

Los otros siete (Dark Route)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora