I

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La habitación estaba consumiéndose en llamas, el humo crecía en el aire y dejaba una sensación irrespirable. Los escombros caían alrededor como si fueran un millón de meteoritos viniendo del cielo, pero no, no era la naturaleza o la causa de algo que ellos no controlaban. Era la mismísima creación del hombre y su manía por tenerlo todo, de destruirlo y volverlo a crear, como si las cosas simplemente fueran tan fáciles de hacer y deshacer. Como si no existieran consecuencias y a la hora de poner las cartas sobre la mesa y pedir la paga final, nadie tuviera el suficiente dinero para darle un fin a la mismísima deuda de la vida.

Jeongin giró su cabeza, su cabello se movía de un lado al otro, había pedazos de vidrio y piedra volando por el aire. Había cenizas que golpeaban su piel y le producían un segundo de dolor antes de fundirse en el frío que su cuerpo desprendía en contraste con el infierno que estaba visitando.

Sus manos temblaban, el aire le golpeaba el rostro y apenas se veía visible toda la destrucción que estaba al frente suyo, como las llamas se consumían a si mismas y se peleaban por buscar un lugar en el mundo, peleaban por existir. ¿No era eso lo que hacían todos? Sobrevivir una vida que no pedían. El arte del ser humano; odiar cada segundo y aún así seguir respirando, existiendo y luchando por un lugar en el mundo; por ser alguien más que un extra olvidado en su propia historia.

Jeongin miró sus manos, sintiendo su corazón latir rápidamente en su pecho y viendo la luz en la que se estaba envolviendo todo su cuerpo. Como sus dedos se teñían de blanco y su vista se nublaba a causa de la mismísima luz que su piel desprendía. Quería apagarla, quería que dejara de encenderse cuando se sentía abatido y quería alejarse de si mismo. Sus manos comenzaron a sacudirse de un lado al otro, como si con eso pudiera lanzar su poder lejos. Su cabeza negó rechazando toda la situación mientras alrededor suyo, el fuego y el viento, se unían en un torbellino de terror, aumentando en tamaño por cada segundo que pasaba.

Levantó la vista, miró alrededor buscando ayuda y tratando de localizar a alguien en aquel mundo destruido, mirando cuerpos en el suelo de rostros que no conocía, viendo como las cenizas volaban y pequeños escombros cortaban su piel sin descaro. Comenzando a sentir el miedo a si mismo y a todo lo que podía causar sin control su propio ser.

—¡Basta! ¡Aléjate de mí! —Pidió el menor, moviendo sus manos de un lado al otro. —¡No lo quiero! ¡No quiero este poder, por favor!

Su mirada se elevó de sus manos hasta el enorme ruido que se escuchó al final de aquella oscuridad en la que se estaba envolviendo el mundo, notando como un cuerpo descansaba tirado en el suelo con los ojos cerrados y un hilo de sangre cayendo de su boca entreabierta. Jeongin se acercó a duras penas, pasando por encima algunos escombros y sintiendo una puntada fuerte en sus piernas. Se detuvo al frente del cuerpo y lo giró lentamente hasta ver por completo su rostro. Hyunjin estaba ahí, tirado en el suelo sin un ápice de vida. Jeongin se alejó de golpe, tropezando con una piedra y cayendo al suelo directamente.

—No... No estás muerto. —Susurró el menor, viendo como el fuego comenzaba a acercarse al cuerpo del mayor amenazante. Su corazón comenzó a latir fuertemente y con sus manos intentó alejarlo como si eso sirviera de algo. —¡No! ¡Aún no puedes atraparlo! ¡Aún no puedes irte!

Pero las llamas terminaron por alejar a Jeongin y hacerlo retroceder a duras penas, entre lágrimas y sollozos, con la luz creciendo en constancia y con el fuego consumiendo todo a su paso. Jeongin se quedó en el suelo, rodeado por llamas y con las rodillas en su pecho. Escondió su cara entre sus piernas y dejó que los sollozos se hundieran en ese pequeño lugar que se había creado como refugio. Solo. No había nadie ahí con él. Los había perdido a todos.

Sus lágrimas caían por sus mejillas, las imágenes se presentaban en su mente como una película, recordándole cada una de las caídas, de los fracasos, de lo intentos sin final feliz. ¿A dónde estaba? ¿A dónde quería llegar? ¿Por qué no podía avanzar sin caer de nuevo?

In My Veins - [Hyunin] [2] [✓]Where stories live. Discover now