XXXVI [FINAL]

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El sonido de la madera golpear el marco de la puerta hizo que Felix alzara la vista de las flores que había comprado de la misma mujer que unos seis meses atrás le había enrollado el cuerpo con una raíz para asfixiarlo. Jeongin sonrió, metiendo sus manos en los bolsillos de su abrigo y acercándose al pecoso. Felix le extendió una de las flores.

—¿Cómo estás? —preguntó el mayor, caminando con Jeongin por la calle.

—Esa pregunta es una trampa, sabes que no puedo mentirte.

—Tienes razón, me alegra que estés bien.

Jeongin sonrió resignándose y alzando la vista hacia la derecha. Una obra en plena construcción pintaba el escenario proveniente de los ruidos mecánicos. Chris, parado en una esquina, llevaba su mano derecha a su entrecejo con claro cansancio. Una grúa controlada por Lacey levantaba un pedazo de cemento y lo soltaba sin cuidado, rompiéndolo en pedazos. Lacey sonrió con inocencia cuando Chris comenzó a gritarle.

—¡Baja ahora mismo de ahí! —indicó el mayor con su dedo en alto. Lacey se cruzó de brazos aún dentro de la grúa.

—¿Qué has dicho? No logró escucharte.

—Maldito hijo de... —Chris se acercó al menor con paso firme, pero Lacey entre risas salió de la grúa por el otro lado—. Voy a matarte.

—Atrápame primero, hombros de simio —se burló el menor, levantando sus cejas con la misma sonrisa de antes. Chris tomó uno de los cables de la obra y lanzó una corriente eléctrica directa al menor, quién soltó un jadeo y cayó de rodillas al suelo con dolor en su cuerpo—. ¡No es justo!

—¿Sabes que no es justo? Que aún siendo tan imbécil me gustes —acotó el mayor, acercándose a Lacey y tomando su brazo con fuerza para obligarlo a levantarse.

—Eres como un enorme trozo de chocolate rodeado de mierda —soltó el menor, levantándose del suelo con una mueca y sacándole una sonrisa orgullosa al mayor.

Jeongin negó con la cabeza al ver la escena mientras Felix soltaba un pequeño "no los entiendo". Por el frente, Changbin se acercó con los brazos cruzados y clara confusión en su mirada.

—¿Todavía están con la grúa? A este paso, el hospital de atención primaria estará listo para dentro de una eternidad —se quejó el curador, quitando su ceño fruncido cuando vio a Jeongin caminando hacia él—. Hey, chicos. ¿Ustedes han visto a Seungmin? Dijo que iría a la biblioteca hace como dos horas y no ha vuelto desde entonces.

Antes de que alguno de los dos chicos pudiera contestar, un grito se oyó por el final de la calle. Seungmin se acercó a ellos corriendo con una sonrisa y varios libros en sus manos. Felix sintió su emoción y sonrió en respuesta a él.

—¡Acabo de encontrar mi lugar favorito en el mundo! —jadeó el chico en cuanto llegó a los otros tres. Tenía el cabello alborotado y se veía tierno con las mejillas rosadas por la corrida hasta allí.

—¿La biblioteca?

—No se compara en nada a la del búnker. Hay libros para todo, incluso hay un hombre Ferrum que tiene el poder de escribir sin mover su mano. ¡Él solo tiene que ordenarle a la hoja que hacer!

Felix sonrió con demasiada ternura, acercándose a Seungmin y apretando sus mejillas. El chico en cuestión soltó un quejido y se alejó con impaciencia y dolor. Felix aún así no le dio importancia y siguió intentando apretarlas, soltando unas mil frases de amor en el medio.

—Me veo en la obligación de abrazarte —soltó el pecoso, extendiendo sus manos con la mejor de sus sonrisas.

—¿Puedo negarme? —Felix negó en respuesta—. Bien, ven aquí, Lix.

In My Veins - [Hyunin] [2] [✓]Where stories live. Discover now