XXVII

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Los ruidos en el exterior comenzaron a intensificarse, el suelo aún se mostraba mojado por los sucesos pasados y las grietas en las paredes le daban un aspecto muy deprimente a lo poco que quedaba de la enfermería. Los materiales quirúrgicos descansaban en el suelo y varios otros objetos estaban tumbados. La escena era digna de un apocalipsis, pero en vez de haber monstruos externos al planeta tierra, mutaciones intencionales o fallos de químicos en el laboratorio, eran los mismos humanos peleando por sobrevivir en el mundo que ellos crearon; una paradoja en su plenitud.

Minho estuvo unos minutos hasta recomponerse con ayuda aún de Félix, quién ya comenzaba a cansarse luego de usar todas sus fuerzas en mantener el ambiente en la habitación completamente estable y libre de ira. Changbin aún no había vuelto y el resto de los presentes se limitó a esperar que Minho pudiera ser capaz de volver por completo en sí.

Jeongin se sentó en una de las camillas con las manos en la cabeza, buscando al cerrar los ojos alguna señal de que allí afuera realmente estaba Hyunjin despierto y no era solo su propia cabeza jugándole en contra luego de tantos meses en desesperada búsqueda. Tardó varios minutos en concentrarse, pero había muchas mentes encendidas llamativamente en el espacio, todas igual de enojadas.

Un suspiro se escapó de sus labios, bajando las manos en un acto frustrante.

—No puedo hallarlo. Hay muchas mentes activas, me cuesta seguirle. —La voz de Jeongin sonó débil, había perdido la facilidad de encontrar a Hyunjin por el simple hecho de estar conectados.

—Seguro también te está buscando —afirmó Seungmin.

—Deberíamos salir —soltó Chris, aún cruzado de brazos y mirando un punto fijo de la pared, perdido en pensamientos.

—Sería una locura —atacó Felix, mirando al mayor con un ceño fruncido en preocupación—. Allá afuera la gente está destrozando muros. No sabes lo rápido que laten sus corazones y lo deseosos que están por venganza. Las auras en este momento no presentan ningún buen color.

Lacey llevó las manos a sus ojos y refregó la zona con cautela. Su mente funcionaba a una velocidad que nunca antes tuvo la necesidad de funcionar. Jeongin ni siquiera se atrevió a meterse ahí dentro, era como explorar el infierno sin ninguna clase de guía.

—Si no salimos, no sabremos a qué nos estamos enfrentando —aclaró el mayor del grupo, alzándose en la pared para mirar con decisión al resto del equipo—. Sé que la vida últimamente nos ha dado las peores patadas en el culo, pero sentarnos no va a ayudarnos a sanar el dolor, va a empeorarlo.

—¿Qué clase de metáfora es esa? —se burló Lacey, con una sonrisa ladina que ocultó aún en las palmas de sus manos.

—Tú cierra la boca —atacó Chris, alzando el dedo en acusación al menor. Lacey subió y bajo los hombros sin darle importancia con el mismo tono burlón.

—Pues él podría ayudarnos a saber que hay afuera sin sacar un solo pelo al exterior —soltó Lacey, señalando a Minho con su mano. El mayor levantó una ceja en respuesta, como de costumbre.

—¿Y yo por qué?

—Porque tienes el poder de proyección de alma, por supuesto —contestó sin más el menor, recibiendo una mirada desconfiada por parte de Minho, quién se levantó de la camilla ante ese comentario.

—¿Y tú cómo sabes eso? —El tono amenazante y desconfiado de Minho, hizo soltar una mueca de desagrado a Lacey.

—¿Qué pasó en ese búnker que todos actúan igual de defensivos a lo nuevo? —soltó el menor, con clara impaciencia a la misma actitud siempre. Minho siguió esperando la respuesta—. Tengo el poder de reconocer poderes, Poseidón. Confía en mí, ¿si? Solo trato de ayudar.

In My Veins - [Hyunin] [2] [✓]Where stories live. Discover now