XX

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Los pasos por las cañerías se oyeron con eco mientras Chris y Changbin cerraban la entrada para evitar que los Aeris se dieran cuenta de su escondite. Felix fue lanzado a los brazos de Lacey, y aunque Chris le amenazó con un cuchillo si le pasaba algo, él solo aceptó cargarlo. Seungmin le miraba una herida a Jeongin, pero el menor le apartaba con constantes: "estoy bien".

Los pasos se detuvieron de golpe cuando Keitha apareció en el medio del pasillo con un aire intimidante, frío y enojado, rodeada de cuatro guardias con ese maldito uniforme y armas en posición de defensa. Lacey resopló, sabía que se venía. Jeongin leyó su mente rápidamente, él también supo que se venía.

—Lacey, creí haber sido lo suficientemente clara cuando dije que eres un pequeño lingote de oro enterrado en barro —le reprochó, cruzándose de brazos y mirando con el ceño fruncido la situación de jóvenes que tenía adelante.

—Bueno, quizás esté lingote de oro se siente parte de las rocas ya y le gusta pasar desaparecido en el asqueroso barro —le devolvió el menor, pasando por su lado con Felix en brazos.

Jeongin le leyó la mente rápidamente. Estaba enojado, pero no era un enojo con el mundo, sino consigo mismo. Lacey parecía molesto por haber esperado más de su madre y no una vengativa mujer con problemas de confrontación emocional.

—¿Que es esto? Mínimo deben decirme quienes son. No pueden meterlos así como si nada —Keitha miró a los chicos, sobre todo al que cargaba Lacey. Lo detuvo del brazo antes de que este pudiera seguir caminando—. ¿Que es...? —sus manos tocaron el cabello blanco del pecoso y lo corrieron en la zona del cuello, un suspiro de sorpresa salió de sus labios y se alejó con el arma en alto, apuntando a Felix—. ¡Tiene el circuito!

—Baja eso sí no quieres que convierta tu cerebro en comida de perro —amenazó Chris, alzando el cuchillo de manera ágil y apoyando levemente su punta en el cuello de la mujer.

Uno de los guardias también alzó el arma directo a Chris.

—Puedo aplicar la amenaza también a ti —le amenazó.

Changbin alzó el arma que cargaba con él por robársela al guardia y apuntó también al hombre.

—Aprieta el gatillo y te aseguro que es lo último que harás.

Lacey miró con el ceño fruncido la situación. Seungmin parecía no comprender nada, sobre todo la palabra "circuito", su cabeza comenzó a doler, algo dentro suyo quería recordar lo que no poseía.

—¿Pueden todos calmarse? ¿Qué es esto? ¿Una guardería de niños psicópatas? ¿Acaso nunca les dijeron que existe el diálogo? —soltó cansado Lacey, lanzando sus quejas más infantilmente que todos los demás juntos.

—Tiene el maldito circuito. No pueden traerlo aquí abajo, es peligroso —soltó Keitha, mirando con reproche a Chris.

—Hagamos una maldita cosa porque este Santa Claus con pecas pesa más de lo que creí y tengo muchas ganas de ir al baño hace más de media hora —se quejó Lacey, dando una patada al aire tambaleándose en su lugar y tirando el arma de Keitha con ese débil movimiento—. Llevemos a los que necesitan atención médica a los laboratorios, el chico conejo-cerdo tiene una cosa que hablar contigo y yo voy a estar presente porque soy parte del plan. Hombros de simio también porque ahora somos mejores amigos por siempre y Jeongin sabrá que hacer con este pedazo de nieve gigante. ¿Está bien?

Changbin bajó el arma con el ceño fruncido, el guardia le siguió y por último, con una fiel mirada amenazante, Chris.

—¿Hablar que conmigo?

—Es sobre una posible solución.

—Bien. Hagan lo que dijo. Los esperaré en la sala de camas —soltó Keitha, dándose por vencida ante las órdenes de su hijo y haciendo un ademán al aire para que los guardias vigilarán a los jóvenes.

In My Veins - [Hyunin] [2] [✓]Where stories live. Discover now