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Lacey fue el primero en llegar hasta Hyunjin, sosteniendo su cuerpo inconsciente en sus brazos y atentando la estabilidad de sus lágrimas aún retenidas en sus ojos. Keitha no se movió, pero si estaba llorando. Parecía tener al frente la imagen más importante que su mente alguna vez había proyectado; sus dos hijos volviendo a recordarse y cuidarse, pero justo por detrás, Noah sufría de dolor. Podía tener a su familia unida, pero ese hombre era la razón de tener esa imagen en su cabeza y no en su vida hasta ese momento, por ello volvió a alzar el arma y apuntar esta vez a su cabeza.

Jeongin se sentía débil, el humo Aeris atentaba a sus pulmones sin piedad y el momento anterior donde creyó que perdería a Hyunjin por siempre, le había destrozado el alma casi por completo. Se acercó a paso lento, cayendo de rodillas al otro costado del mayor y estirando su mano para colocarla en su mejilla. Las lágrimas también se deslizaron desde sus ojos, no sería esa la primera vez que lloraba por Hyunjin, pero una sonrisa también iluminaba sus labios, irónicamente. Había dolor en su pecho, pero también una paz inmensa.

De pronto, unos ruidos hicieron tambalear el edificio y de las paredes comenzaron a generarse grietas. No tenían mucho tiempo, ya habían pasado más de veinte minutos y aquellos humanos envueltos en su propia sed de venganza no parecían estar jugando cuando dijeron que lo querían todo abajo. Chris se acercó a los chicos y a Hyunjin, guardando su arma en su bolsillo y mirando atentamente a Keitha.

—Acabemos con esto rápido, tenemos que sacar a Hyunjin del edificio antes de que todos caigamos con él —pidió el mayor, sabiendo que sus palabras iban más bien dirigidas a la mujer con el arma y la mirada perdida en Noah. Tenían que matarlo o dejarlo morir ahí, pero no podían darse el lujo de torturarlo cuando el mundo afuera era una masacre.

Minho se acercó a Hyunjin y ayudó a los dos menores a cargar con su cuerpo, mientras que Chris seguía insistiendo con la mirada a Keitha. No tenían afinidad, pero odiaría ver despertar a Hyunjin y contarle que su madre había enloquecido antes de siquiera poder volver a verla.

—Keitha —insistió, pero la mujer seguía mirando a Noah como si fuera una enorme llama capaz de encenderlo todo fuego.

—¿Estás sufriendo lo suficiente? —preguntó en un susurro, acercándose a Noah, quién agonizaba en el suelo con una mano en el orificio de la bala y jadeos de dolor rasgando su garganta.

—¿Crees que matándome detendrás la guerra que se viene por su maldita incapacidad de extinguirse de una vez, monstruos? —soltó el mayor, respirando entrecortado pero con una sonrisa irónica en su rostro.

Keitha apretó la mandíbula. Chris no volvió a insistir, pero se mantuvo en su lugar, mientras por detrás, Minho, Jeongin y Lacey eran los encargados de no volver a dejar caer a Hyunjin.

—¿Cuál es tu maldito problema? ¿Creíste que ganarías? ¿De verdad te creíste ese cuento? —Keitha se acercó a Noah y golpeó al mayor con su arma, sacándole otro jadeo de dolor y mirándolo con asco—. Arruinaste todo, nos convertiste en monstruos y nos hiciste creernos eso, pero somos tan humanos como tú. ¿Qué te hizo pensar que tenías el derecho de prender fuego el mundo y ser el único que no ardería en él?

Noah la miró con la misma mirada que tuvo Jun antes de morir aquel día final en los interiores de Wolfgang, aferrándose a sus principios hasta el último suspiro, creyendo que si realmente moría ese día, no lo haría cayendo en súplicas.
Afuera, el griterío aumentó; la gente estaba cerca del edificio y solo faltaban unos pocos minutos para ver todas las paredes desmoronarse sin más piedad ni tiempo. No existía la posibilidad de una bandera blanca cuando hasta la mismísima tierra se estaba consumiendo en llamas.

—Ellos quieren actuar sin consecuencias y realmente ese es el verdadero chiste —se burló Noah, soltando sus palabras con sangre entre sus dientes; todos se giraron a verlo—. Cuando tiren el edificio abajo... no quedará más que cenizas en sus cabezas, pues se olvidaron que los circuitos aún están adentro, funcionen o no, tienen un buen sistema de autodestrucción.

In My Veins - [Hyunin] [2] [✓]Where stories live. Discover now