Capítulo 3 parte B

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Robert Hathaway y su comprobada frase "Las conexiones significaban y mucho en el mundo del teatro", no le hubo entretenido mucho; y después de recibir una cantidad de instrucciones por parte de él, el exitoso actor finalmente llegó al camerino estelar. Ahí, o, mejor dicho, en el perchero estaba colgando su chaqueta cuando la tapa arqueada de un gran baúl lentamente comenzó a levantarse.

La infantil, pero a la vez ingeniosa Lucy, entre ropas y demás cosas estaba escondida; y a través de una leve rendija lo observaba, no perdiendo detalle de los gallardos movimientos de él, que en ese justo momento, se disponía a encender un cigarrillo, y exactamente sobre el cofre iría a sentarse para disfrutar de su tabaco.

Lucy aguardó por instantes, y al comprender que había sido descubierta por él, empezó a anunciarse; primero, con suaves golpecitos, y ya después:

¡Terruce, ya, sácame de aquí!

Éste, que fuertes carcajadas había soltado, la había bromeado al pasar el seguro y así no permitiéndole salir. Pero al oír la desesperación en ella, el castaño finalmente abrió el baúl y se topó con una linda y llorosa chica, a la cual se le prestó ayuda.

— ¡Qué malo eres! — ella puchereó; y él sosteniéndola de las manos le advertía:

— Eso te pasa, por querer espantarme siempre.

— Sí, pero nunca lo consigo.

Terry, conforme la tomaba de la cintura para sacarla del baúl, sonaba con pretensión:

— Ah, eso es, porque soy más listo que tú.

Lucy, aprovechándose de la cercanía, le dejó un beso en los labios para afirmar lo por él dicho. Luego, el actor cuestionaba:

— ¿Te vieron llegar?

— Me ofende, caballero. Mi disfraz de Julieta — se lo modeló; — siempre funciona.

— No quiero saber qué pasaría si Karen Klaus se entera que la usurpas.

— Pues yo te digo, que si ella se atreviera a reclamarme, ¡simplemente la corro!

— Oh, es verdad, se me olvidaba de tu poder sobre humanos.

— No te burles, Terruce, y mejor dime... ¿cómo está quedando tu traje?

— ¡No bromees así conmigo!

— No te enojes, guapito; sólo lo dije para... ¡entretenerme!

— ¿Por qué mejor no lo haces conmigo?

La excelente sugerencia los hizo callar; y por momentos, sus cómplices miradas se encontraron para inmediatamente después unir sus ansiadas bocas.

A pesar de la edad de Lucy, sus besos no eran para nada los de una chiquilla inexperta, que además sabía dar en el punto exacto para hacerlo reaccionar.

Y aunque el camerino, no era un lugar seguro, siempre encontraban el modo de... ponerse a jugar. Más tarde, en un descanso...

— Me sorprende que, a tu edad, te manejes tan...

— ¿Liberal?

Aunque no era exactamente lo que tenía en mente, Terry asintió; pero como las veces anteriores, Lucy evitó el tema que sabía que él quería tocar al sentenciar:

— Dentro de una semana te casarás.

Terry pujó para ser sarcástico al apreciar:

— Gracias por el recordatorio.

CAPRICHOSO ES EL DESTINOHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin