Capítulo 10 parte B

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Terminado el breve relato, ahora la cuestión era extendida hacia el actor:

— ¿Sabes quiénes son los padres de Derek?

Porque así se lo había informado el abuelo de Susana quien falleciera al poco tiempo de suscitado el fatal accidente, Terruce decía:

— Por años creí que estaba muerto, porque según lo habían enterrado a lado de su madre.

— ¡Sí, pero, ¿quiénes son?! — había urgido Archie.

Por haberlo hecho, recibió la mirada y palabras furiosas de Granchester:

— Aunque no acostumbro a dar cuentas a nadie ni mucho menos te las daría a ti de lo que hago con mi vida —, el actor se puso de pie altaneramente para decir: — Yo soy su padre.

Y sólo para sí y su madre, Terruce sacaría conclusión en voz alta al recordar...

Del sofá, Susana había intentado levantarse; y porque su única pierna no le respondió, gritó histérica, impidiendo así que Terry viera a su hijo, y de inmediato fuera a ella como también las visitas se lo estaban pidiendo.

Hay que llevarla al hospital — hubo sido la sugerencia que el actor se vio obligado a tomar, así como días para cuidarle en lo que doctores diagnosticaban...

Según la zona de la que se queja la paciente al tacto, algunos discos de la región lumbar pudieran estar averiados.

¿Es de cuidado?

Me temo que sí; ya que, una intervención sería peligrosa; y aunque fuese exitosa, una pierna no sostiene lo de dos. Ese peso extra, con el tiempo, irá dañando severamente la columna vertebral

... atándose así Terry de por vida a Susana, la cual desde ese día se encargó de martirizarle al hacerlo principal responsable de su parálisis total.

. . .

— ¿Recuerdas a la mujer que te entregaba al niño? — cuestionó el actor a Albert; y éste...

— Sinceramente, Terry... no, porque iba muy sucia y su rostro era casi cubierto por una caperuza; pero su voz denotaba ya alguien mayor.

— ¿Qué tan mayor?

— No lo sé. ¿Cuarenta te parecen bien?

Por el gesto del castaño, Eleanor preguntaba:

— ¿Quién, hijo? ¿de quién estás dudando?

— De mi querida suegra: ¿la señora Marlowe? Precisamente, ella atendió tanto el parto de Lucy como a Lucy misma, así que, no dudo que haya montado todo para desaparecer al niño y también... deshacerse de ella.

— ¡Santo cielo! — expresó la actriz al pensarla una asesina cuando verdaderamente lo hubo sido al no ofrecer la ayuda que Lucy en su momento le hubo pedido.

De las dos jóvenes, la embarazada había rodado más; pero en cada escalón que se estrellaba, su instinto maternal no le permitió perder el conocimiento.

Las mujeres que corrieron a su auxilio, le evitaron llegar hasta piso firme. Más, estaban por llevarle arriba cuando madre Marlowe gritó:

¡No, mi padre está muy enfermo y sólo lo alarmaremos!

Luego, se llamó a las empleadas para solicitarles:

¡Traigan y preparen lo necesario para el parto! ¡Allá, en el despacho! — ordenó a ambas partes, mirando como Susana también era ayudada para ser colocada en el sofá mientras que Lucy sería puesta sobre mantas blancas echadas en el suelo.

CAPRICHOSO ES EL DESTINOWhere stories live. Discover now