Capítulo 12 parte B

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Debido a un gesto de la rubia, el castaño prosiguió:

— Candy, no pretendo convencerte con mis palabras, pero era martirizante amarte y no tenerte; y antes de comenzar a culparte preferí...

— ¿Olvidarme?

Él negó con cabeza mientras decía:

— ... continuar con el destino que se nos trazó; y si le permití a Lucy entrar en mi vida fue, porque tú no ibas a volver a ella ¿o sí?

La joven no lo negó; y por lo mismo, Terry siguió diciendo:

— Es cierto, me dejé envolver en el juego provocativo de la madre de Derek, sin embargo, tú, Candy, caíste en el juego perverso de Susana.

— No; no lo creo —; la rubia se defendería: — Ella verdaderamente te amaba. Arriesgó su físico por salvarte a ti. Así que, una persona con un corazón sacrificado como el de ella no puede ser mala.

— Tienes razón. Susana no era mala. ¡Era extremadamente mefistofélica!

— ¡Terruce!

— Y no la catalogo así sólo por las veces que "celosamente" se interpuso entre tú y yo, o tus cartas, sino por el daño que causó. ¿Sabías que boicoteó mi trabajo? ¿qué todo el mundo me cerró las puertas al no aceptar casarme con ella? ¿y que, de no haber sido por Lucy, ni cuenta me doy que Susana y su familia estaban detrás de todo?

Candy quien había vivido algo similar, volvió a negar con la cabeza escuchando de Terry:

— No, por supuesto que no.

— Entonces... ¿por venganza es que te involucraste con...?

— De algún modo... sí. Ya que ella y yo éramos iguales.

— De ti que te conozco rencoroso, lo puedo entender; pero Lucy, ¿por qué querría vengarse de Susana?

— Porque ella...

Terry aguardó por instantes; luego, revelaría:

— Fue abusada por el abuelo Marlowe.

— ¡¿Qué... dijiste?!

— Aunque esta parte de la historia también es un tanto desagradable, además de que los caballeros no tenemos memoria, a ti, te la contaré en breve. Antes de presentar Romeo y Julieta, nuevo equipo de trabajadores se unió a la compañía. Entre ellos estaba un muchachito, quien, al verlo, me recordó a otro que conocí en el puerto Southampton.

— Cookie — lo llamó Candy; y Terry...

— Efectivamente; y debido a que vestían idéntico, yo comencé a llamarlo así, porque curiosamente también quería mi armónica, además de mis cigarrillos, los cuales, sí, varias veces le encontré fumándoselos en lo que cuidaba de mi vestuario y otras cosas en mi camerino. Entre hombres nuestras conversaciones pasaban de triviales a interesantes; otras ocasiones, me contaba sobre su padrastro el tramoyista, el cual aspiraba alto y también daba a sus hijos malos tratos, no siendo este "Cookie" la excepción al llegar con moretones en la cara. Al estar cercano el día del estreno, yo me concentré en ello y no coincidimos más. Luego, pasó lo que pasó con Susana y tú, y yo desaparecí; así que, cuando lo volví a ver, se presentó a mí como: Lucy, quien me confiara la razón por la que odiaba a Susana.

Candy parecía estar muy atenta a su relato, entonces, Terry continuó diciendo:

— Susana, quien conocía la verdadera identidad de "Cookie", y se decía su amiga, la invitaba a su casa para enseñarle a vestirse, maquillarse y peinarse como una mujer supuestamente debe hacerlo y así agradarle, a los hombres. Y como en su casa habitaba uno, Susana llevaba a Lucy frente a su abuelo para que la complementara. Cuando se dedicaban a la repostería era lo mismo o cualquier otra actividad, hasta que un día, Lucy llegó a casa de Marlowe, porque ésta le había citado ahí. El abuelo la recibió argumentando que su nieta no tardaría y le ofreció una bebida que después de ingerirla... le cambiaría la vida. Al revelar, Lucy lo sucedido, Susana no le creyó y la acusó de mentirosa. El abuelo para cubrir su falta cometida además de que sí le gustaba la niña, la pidió en matrimonio; y los que fungían como padres de Lucy, ambiciosos no sólo autorizaron, sino que le pusieron precio a su hija que quedaría en excelente status social y les garantizaría a ellos una larga y buena vida.

"No directamente, pero Susana me robó mi virginidad. Y antes de que ella conozca los placeres que tú, su elegido, sé puedes brindarle, yo ocuparé su lugar en lo que sería su "luna de miel" y si es posible que nunca llegues a tocarle, mucho mejor para mí" — así se lo había dicho Lucy en uno de sus encuentros, y por supuesto Terry no pudo decírselo a Candy quien por instantes se perdió en sus pensamientos; de pronto, cuestionaba:

— ¿Te quiso?

— No lo sé.

— ¿La extrañas?

— No niego que pasé gratos momentos con ella.

— ¿Alguna vez le hablaste de mí?

— Nunca.

— ¿Por qué?

— Porque tú eres lo único bueno con que me he topado en la vida, y después de nuestra separación, sólo y pura maldad conocí.

— ¿Tanto así?

— No tendría por qué inventar.

— Y yo de verdad, lo siento, Terry. Yo no...

— Está bien. Ahora todo ha terminado. Ya no hay de qué o por qué lamentarse.

— ¿No guardarás resentimientos?

— Ni aún para la señora Marlowe, que a pesar de haberme acusado como el principal responsable de la muerte de su hija, lo que no hicieron con Lucy, las empleadas declararon que fue ella quien mató a Susana.

— ¡¿Cómo?!

— Cuando nació Derek, Lucy murió y Susana sufrió un accidente. Los médicos encontraron la falla y la resolvieron, pero aún así, ella misma se imposibilitó y su berrinche la llevó a la tumba, porque nunca quiso dejar la cama, sino era yo quien debía cargarla adonde ella mandara. Como yo no me presté más a sus chantajes, al estar todo el tiempo así, en su cuerpo poco a poco comenzaron a aparecer llagas y con ellas, el dolor que se mitigaba con morfina que su madre le había conseguido. Una sobredosis acabó con su vida, y por supuesto, yo fui su chivo expiatorio; pero como lo mencioné, las empleadas declararon a mi favor y hoy la señora cumple su condena en la cárcel.

Sorprendida de la información proporcionada, Candy se puso de pie; y calculando un tiempo diría:

— Debo ir a ver a Derek.

— Me parece bien —. Terry la imitó; y yaciendo de frente, ella le pediría:

— Antes de que te lo lleves contigo, quisiera llevarlo al hogar para que se despida.

— Por supuesto, sí. ¿Cuándo sería?

— Dependiendo de su evolución que espero sea pronto.

— Bien.

— Gracias — dijo Candy; y lo invitaría: — ¿Vienes?

— Adelante. Yo... voy a salir a caminar un rato.

Y porque lo vio tomar asiento...

— Terry —; él la miró para escuchar: — Necesito tiempo.

— Claro, Candy. Tómate el que sea requerido.

Al tomar una cabizbaja pose, la rubia preocupada le preguntaba:

— ¿Estás bien?

El actor se puso de pie; y con la más natural de sus sonrisas expresaría:

— ¡Mejor qué nunca! —. En seguida se despedía: — Nos vemos más tarde.

Candy lo vio marcharse sintiendo ella el deseo de ir tras él, pero se acordó que ella misma había pedido tiempo.

Por lo mismo, la rubia también se giró y tomó el camino hacia Derek quien había pasado un excelente rato en la compañía de Eleanor.

Ésta, además de cuentos, terminaba de compartirle una historia de amor de la cual se quiso saber:

— ¿Y se quedarán juntos?

— Eso no lo sé.

Ambos vieron llegar a Candy y acercarse a ellos; y la actriz finalizaba así:

— Dependerá de ella si quiere darle una nueva oportunidad al amor y sabe perdonar los errores de los demás.

CAPRICHOSO ES EL DESTINOWhere stories live. Discover now