La Luna, de miel

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Afuera hacia un sol radiante. En la habitación de ese hermoso hotel en una paradisiaca isla del caribe americano el clima era perfecto gracias al cachivache muggle que mantenía el clima un poco más fresco de lo normal. En la cama de aquel hotel se encontraban dos personas, recién casados, que dormían completamente ajenos a lo que sucedía a su alrededor. Esta pareja de ingleses había llegado dos días atrás a disfrutar de una luna de miel improvisada regalo del profesor Slunghorn y el equipo completo de las Arpías de HolyHead. En un principio, esta pareja de magos pensaba pasar su noche de bodas en su casa. Sin embargo, el regalo que les habían hecho sus amigos no podía ser rechazado y ahora tenían todavía dos días de estadía en San Andrés.

Las conexiones del profesor de pociones de Hogwarts le habían hecho visitar en su juventud algunas islas del caribe centroamericano donde aún existían colonias británicas. En algunos de esos viajes vacacionales tuvo la oportunidad de visitar el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, un territorio insular perteneciente a un país suramericano llamado Colombia y en el cual el pirata Morgan, un mago que vivía como muggle en secreto, tuvo algunos aposentos. Por tal motivo, cuando la ex capitana de las Arpías y el resto del equipo le propusieron regalar en conjunto un corto viaje de luna de miel al estilo muggle para Ginny Weasley y para Harry Potter el no dudo en recomendar aquel paradisiaco sitio donde el mar tiene siete colores diferentes.

Una lechuza tocaba la ventana. Hermione se levantó a recibir el recado. En ese mismo momento apareció la habitual lechuza con el profeta. La lechuza que le despertó le llevaba la edición gratuita que tanto ella como Ginny recibían cada día de El Quisquilloso. Este periódico se había convertido en un diario con mayor seriedad y dejaba las ediciones habituales, como les llamaba Luna, para una separata quincenal. Hermione tomo los dos periódicos de las respectivas lechuzas, bajó a la cocina de su casa y se sirvió un poco del chocolate caliente que ya su madre había dejado allí. Después regresó a su casa.

Una vez en la habitación, la castaña tomó ambos diarios, se recostó en su cama y dejó la tasa de chocolate en la mesa de noche al lado de su cama. Ron se removió un poco. Su novio había pasado la noche con la chica después de despedir a sus dos mejores amigos y hermanos que partían a su inesperada luna de miel.

Ron y Hermione estaban al tanto del regalo que les harían y fueron cómplices para ayudar a hacer el equipaje. Hermione extendió su copia de El Quisquillo y sonrió. En la portada había una copia de su mejor amiga y a quien consideraba su hermano besándose en medio de la carpa. La castaña sabia que esa foto había sido tomada justo en el momento en que el ministro que dirigía la ceremonia había bendecido la unión de los chicos y les pidió que se besaran.

La boda del año marcada por los lirios.

Harry Potter y la nueva señora Potter sellaron su alianza con un beso frente a sus más allegados en una hermosa velada cargada de simbolismos. Alrededor del sitio exacto donde el chico que vivió dos veces y su ahora esposa, la recientemente campeona de la liga de Quidditch Ginny, habían unido sus vidas para siempre había un circulo de lirios en representación de Lili Potter, la madre del novio. Desde este diario queremos extender nuestras mas sinceras felicitaciones a los recién casados y esperamos que el circulo de lirios logre su cometido y traiga la prosperidad y el amor que su magia y fragancia representan. De igual forma, esperamos que de su viaje de bodas puedan traer muchos recuerdos y logren encontrar indicios del arenal, la especie de ballena mágica que dicen las historias ha sido vista en la zona que los muggles conocen como el triángulo de las bermudas.

Nota escrita en especial por Luna Scamander yNeville Longbottom para el Quisquilloso

Como era de esperarse en El Quisquilloso no se encontraba más información acerca de la boda de Harry y Ginny. Ellos no permitieron el acceso de ningún medio y aquella nota solo fue posible solo porque Ginny le había dicho a Luna que era mejor el periódico de su padre publicara algo para que El Profeta y otros intrusos los dejaran en paz. En contraste, El Profeta ante la falta de acceso a la información tenia un articulo de Rita Skeeter creando suspicacias sobre la boda, el campeonato de Quidditch de las Arpías y el inusitado crecimiento de Sortilegios Weasley. Hermione ignoró este periódico y se dispuso a leer algunos de los libros que debía conocer para su curso en la académica de leyes mágicas de Francia.

- Creo que es hora de despertar.

Ginny removía un poco a su esposo y este abría los ojos con una sonrisa.

- Hola pelirroja. Me encantará verte cada mañana con esta sonrisa.

Harry besó a su sonriente esposa y se dispusieron a salir. Ambos chicos estaban encantados con la playa y el sol. El clima era una antítesis completa de su playa en St. Ives.

- Vamos, quiero tomar el sol y bañar en el mar.

Harry sonrió muy a su pesar. Su esposa llevaba dos días disfrutando del sol con los vestidos de baño que Hermione les había empacado. Todos eran pequeños y destacaban el cuerpo de la chica. Sin embargo, en aquel lugar nadie se fijaba en la apariencia de nadie e iban con total tranquilidad mezclándose entre los muggles del lugar. El único problema que tenían era la barrera del idioma.

El día que llegaron habían visitado la playa al final de la tarde. Desde Londres tomaron un traslador internacional que los dejó en una ciudad de Colombia desde donde tomarían un avión hasta la isla. Dado que el sitio al que se dirigían era pequeño y la comunidad mágica no estaba completamente identificada, era imposible aparecerse o usar medio mágicos para llegar hasta ahí. Ginny estaba feliz de probar los métodos muggles. Cuando eran las 4 de la tarde llegaron a su destino, se presentaron en el hotel. Cuando abrieron su equipaje se llevaron la sorpresa. No solo tenían todo lo necesario, sino que Hermione les había jugado algunas bromas dejando prendas de lencería y algunos vestidos sugerentes. Ginny tomó un vestido azul que se anudaba en la espalda y que cubría sus pechos desde la parte baja y solo hasta el centro. La parte baja era un pedazo corto de tela que se anudaba en los dos lados y que por el color contrastaba con la piel de la chica. Salieron a la playa y caminaron. Se sorprendieron por que no hacia frio y el mar era necesario para soportar el calor. La pareja se bañó y se besó en el mar a la luz de la luna. Una vez regresaron a su habitación, tenían servicio al cuarto cortesía del hotel donde les indicaban que disfrutaran de la miel del matrimonio.

La pareja decidida vio la luna que se reflejaba en el mar y con ese paisaje disfrutaron de su miel. Era una luna de miel impensada y su primera noche como esposo. La primera vez que hicieron el amor como marido y mujer.

Ginny era inmensamente feliz. Una vez Harry se durmió comenzó a recordar la noche de su boda.

Harry Potter aprendiendo a vivir, después de la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora