Linda conoce el secreto

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Linda revoloteaba por la cocina de la casa Granger en Londres, llevaba varios días tejiendo un plan para quedarse a solas con Harry y poder intentar seducirle. Aquel día sus tíos darían una cena para despedir a su hija, su novio y sus dos mejores amigos que partían a unas a temporales pero merecidas vacaciones. Ginny y Hermione se encontraban realizando unas compras de ultimo minuto en los centros comerciales muggles; las dos parejas habían decidido realizar su viaje por el continente al estilo tradicional muggle, en tren. Habían decidido no usar la magia a no ser que fuera estrictamente necesario, por aquella razón, las chicas se estaban encargando de comprar todas las provisiones que pudieran necesitar pues ademas del viaje en tren, su plan incluía campar en las zonas determinadas y dormir donde les alcanzara la noche. Los chicos por su parte se encontraban en Grimmauld Place reunidos con Allisson que por el tiempo de la ausencia de Harry sería la encargada del departamento de Aurores. Ron llevaba ya una semana de haber entregado su cargo pero como habían decidido desde un principio, el seguiría ayudando en las labores logísticas y estratégicas cuando fuera necesario. El sabía que Harry agradecería su ayuda. Harry por su parte sabia que necesitaba de la compañía de su inseparable amigo así ahora trabajara en el negocio familiar.

Jane y Hugo Granger acababan de salir de su consultorio, aun debían recorrer al rededor de una hora antes de llegar a casa, Hermione y Ginny habían pasado por allí para anunciarles que tardarían en llegar y estos a su vez habían llamado a su sobrina para indicarle que debía atender a los dos chicos mientras todos los demás llegaban, era su oportunidad para intentar su movida. En días pasados mientras ojeaba a escondidas los libros que encontraba en el cuarto de su prima, Linda había encontrado un libro cuyo titulo le había llamado mucho la atención y después de hojearlo con mucho recelo decidió que nada perdía con intentar esa descabellada idea de fabricar una poción de amor. Ella sabía que su prima tenia unos gusto literarios extraños en algunos casos y no le extrañaría que estuviera leyendo libros sobre mitología y magia europea; no había ninguna otra razón para que Hermione tuviera un libro que se llamara "Las pociones más comunes entre las brujas europeas, un recuento desde lo medieval hasta el siglo XIX". Aquel libro tenia las instrucciones para realizar una poción de amor que increíblemente se veía fácil de preparar y todos los ingredientes eran comunes en el mercado de Londres, el único inconveniente era que las instrucciones hablaban de movimientos de varita y pronunciación de hechizos que obviamente eran parte del mito según pensaba la hermosa chica.

Harry y Ron llegaron caminando hasta la casa de Hermione como era su costumbre. Una vez allí fueron atendidos por Linda que muy amablemente les ofreció unas bebidas que había preparado. Después de conversar durante algunos minutos el pelirrojo comenzó a sentirse somnoliento y decidió irse a recostar un poco a la cama de su novia mientras Harry seguía riendo con la prima de su mejor amiga a la vez que tomaba de la bebida que amablemente le traía la chica y que le hacía beber de manera insistente. Para Harry, gracias a su entrenamiento de auror era evidente de que algo raro sucedía, primero no era normal que Ron se durmiera tan pronto, segundo, aunque no era un experto en pociones, Kingsley le había enseñado a distinguir ciertos olores en las comidas que indicarían el uso de pociones y aunque en este caso estaba seguro que hablaba con la verdadera Linda y que era imposible que le estuviera dando una poción estaba también seguro que esa bebida tenia todos los síntomas de contener poción de amor aunque no le estuviera haciendo efecto.

Pasó mas de una hora antes que Hermione y Ginny regresaran a casa. Cuando entraron, los señores Granger se encontraban sonriendo y hablando con Harry, haciendo bromas sobre un dormiente Ron que aun no despertaba de su extraña siesta. Harry saludo a su prometida y le pidió a su mejor amiga que le permitiera unas palabras a solas un momento. Hermione invitó a ese chico a quien consideraba su hermano para que le siguiera hasta su habitación mientras Ginny se ofrecía a ayudar con la servida de la cena.

- ¿por que tanto misterio Harry? - preguntó la castaña apenas entró en su habitación.

- Muffliato. - Harry insonorizó la habitación justo después de cerrar la puerta y antes de responder cualquier cosa.

- No estoy muy seguro pero si no supiera que Linda es una muggle diría que intentaba darme alguna poción de amor.

- ¿por que dices eso? - Preguntó Hermione

- Pude sentir un raro almizcle en la bebida que Linda me servía, además Ron no me manifestó que tuviera sueño y solo dijo que se tomaría una siesta después de que tomó algunos sorbos de una bebida que Linda le trajo y que curiosamente le vi botar al desagüe de la cocina. - Hermione quedó pensativa, después de un momento recordó el libro, lo buscó en su habitación y fue incapaz de encontrarlo, utilizo un encantamiento para despertar a Ron y con una sonrisa salieron de la habitación. La castaña se dirigió a la cocina donde afortunadamente solo estaban su madre y su prima en aquel momento.

- Linda, tu tomaste un libro de mi habitación ¿podrías entregármelo?.

- ¿De que hablas prima? - Respondió la aludida asiéndose la desentendida.

- No te hagas la que no sabes de que te hablo. - contestó firmemente Hermione mientras su madre miraba atónita.

- insisto Herms, no se de que me hablas.

- hija ¿podrías decirme exactamente que pasa?

- por supuesto mamá. Que acabo de darme cuenta que Linda ha estado mirando cosas de mi habitación y casualmente me falta un libro de pociones que he estado leyendo.

- Definitivamente no se de que hablas Hermione, yo no he entrado a tu habitación.

- Esta bien, no quería que lo supieras así pero no me dejas otra opción. Accio libro. - Hermione había tomado su varita y sin que su madre o su prima pudieran terminar una exhalación el libro en cuestión salió volando desde el morral de una sorprendida Linda hasta las manos de Hermione.

- No vuelvas a meter tus narices en mi habitación o mis cosas, puedes hacerte daño.

Las siguientes dos horas las pasaron explicándole a Linda que ellos eran magos, que a ella era lo que ellos llamaban muggle o no maj en algunos otros países y que debía guardar el secreto por el bien de su propia familia, que de ahora en adelante debía tener cuidado con lo que dijera y que si le parecía muy difícil el tema con un rápido movimiento de Varita Hermione podría hacerle olvidar las ultimas tres horas del día.

Al terminar la cena, Linda se había comprometido a guardar el secreto con tal de que su prima querida después le siguiera explicando cosas satisfaciendo su curiosidad. Era hora de partir a la madriguera para despedirse y salir de vacaciones, por primera vez en muchos meses los cuatro chicos usaron la chimenea delante de la Linda Granger.

Harry Potter aprendiendo a vivir, después de la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora