Nada me hace más feliz

696 28 7
                                    

Ginny se encuentra en la playa tomando el sol. Mientras, recordaba con una sonrisa los momentos más apasionantes de su boda.

El hermoso círculo de lirios adornaba el centro de la carpa. Alrededor las sillas y las mesas tenían el aspecto de pequeñas snitch con sus alas. El cuadro de Sirius se encontraba justo al lado del ministro que oficiaría la ceremonia.
El encargado de cargar los anillos no podía ser otro que Teddy Lupin. Ron y Hermione, vestidos a juego, no paraban de divisar a sus dos mejores amigos mientras se unían para siempre.
La señora Weasley lloriqueaba en la primera fila justo al lado de la tía Petunia.

- Ustedes son la principal muestra de que el amor siempre triunfa. Ustedes dos ponen en evidencia las palabras de Albus Dumbledore. A pesar de todo lo que han vivido están hoy aquí esta noche para unir sus vidas. Con ustedes también se encuentran sus amigos, sus hermanos, su familia. Una muestra de amor incondicional.

El ministro se encontraba describiendo la situación mientras preparaba el momento justo en el que uniría a la pareja.
Las damas de honor suspiraban mientras que los caballeros sonreían. Luna Scamander tenía de la mano a Hermione Granger. En la cara de ambas se notaba la alegría y la próxima llegada de las lágrimas.

- sin más preámbulo creo que ha llegado el momento que tanto ustedes como sus amigos y familiares están esperando. Harry James Potter ¿aceptas a Ginevra Weasley como tu esposa?

- por supuesto, nada me hace más feliz. He esperado este momento durante algunos años.

Harry reía mirando a su novia mientras llegaba el momento de la unión.

- ¿Ginevra aceptas a Harry James Potter como tu esposo?

- lo acepté desde el día en que lo conocí. Nada me hace más feliz.

- Por la jurisdicción que el ministerio de mágia me confiere, a partir de este momento los declaro esposo y esposa. Marido y mujer.

El ministro movió su varita y de la punta salieron unas chispas que formaron un gran corazón dorado que rodeo las manos de los enamorados, se cerró y después estalló en una lluvia de colores. Los lirios del suelo revolotearon por el aire y llenaron la sala con su aroma. Despues desaparecieron.

Toda la familia se acercó para felicitarlos. Había comenzado la fiesta.

Harry miraba como su esposa sonreír mientras tomaba el sol. Y para él, no había una imagen más hermosa. Era su última tarde en San Andrés pues debían regresar a Londres y continuar con la cotidianidad de su vida.

Cómo era esperarse, Ginny no participó en los últimos partidos de las arpías sin embargo fue la principal espectadora en las gradas apoyando a sus compañeras. El día del último partido se entregó la Copa del campeonato que fue levantado por la pelirroja. Si todo salía bien el año próximo podría representar cómo capitana a su país en el campeonato europeo que esta vez se le llevaría acabó en casa.

Harry Potter aprendiendo a vivir, después de la guerraWhere stories live. Discover now