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Al día siguiente, Chūya y Ryūnosuke aún permanecían en casa de Dazai, quien estaba al tanto de sus cuidados.

El niño azabache tenía algunas heridas en sus brazos con el forcejeo al querer defender a Chūya de los Alfas malos. Por otro lado, Chūya debía guardar reposo por su condición de Omega pasando la etapa del celo, y por los ataques de antes.

Pero aún así, se levantó de la cama con la aguja y jeringa con suero y medicamentos hidratantes, para ir a la cocina. Debía hacer desayuno para Ryū, estando en casa ajena.

Chūya, Chūya... ¿Qué haces en la cocina? Te dije que te quedaras en cama.

Regañó Dazai, siendo amable y preparando desayuno con ayuda de Ryūnosuke.

— Pero... Debo hacer desayuno para Ryū. ¿P-Podría usar algunos de tus ingredientes para ha...?

— No. El principito y yo estamos haciendo desayuno para mami Chūya, ¿O no, Ryū?

— ¡Sí! ¡Mami, vete a la habitación! ¡Es sorpresa!

Ryūnosuke tomó la mano sin aguja del pelirrojo, para encaminarlo a la habitación de antes. A Chūya aún le daba un poco de desconfianza, pero habían pasado la noche en casa del desconocido doctor, nada había resultado mal. ¿Por qué no confiar un poco más?

Finalmente se deshicieron de Chūya, y pudieron continuar con la preparación de Hot Cakes de avena.

Era la primera vez que Ryūnosuke ayudaba en la cocina, y estaba emocionado de hacerlo.

— Dazai-san, ¿podrías enseñarme a hacer más comidas para después? ¡Me gustaría ser chef!

El castaño sonrió y se puso a su altura, acariciando la cabellera Azabache del menor y siendo tierno con él.

— Claro que sí. También, tú y Chūya pueden quedarse hasta su recuperación. Así, podré cuidarlos. ¿Te parece?

— Hmm... ¡Mejor quiero ser doctor como tú! Para ayudar a mamá de los Alfas malos.

Dazai se quedó en silencio durante segundos al escuchar aquello. Le dolía que un niño tan pequeño como Ryūnosuke, se diera cuenta de lo terrible que era la vida para los Omegas. Incluso le tenía gran resentimiento a los Alfas por atacar a su padre Omega.

— Ryū. No todos los Alfas somos malos. Ven, vayamos a traer unos licuados para el desayuno.

+++

En el cobini, Dazai se encontró con un primo al cual tenía tiempo sin ver. Un primo Ruso, lejano, llamado Fyodor Dostoyevsky, quien se acercó a saludarlo siendo amigable.

— Vaya... Veo que traes compañía. ¿Cuál es tu nombre, niño?

El Ruso se agachó un poco, queriendo simpatizar con el niño, pero Ryū se ocultaba detrás de las piernas de Dazai, sujetándose bien de su gabardina.

— Príncipe, saluda. Es mi primo Fyodor.

— Se siente malo, Dazai-san. Vámonos... Por favor.

Empezaba a derramar lágrimas y a asustarse. El castaño se percató de ello y no tuvo otra opción más que despedirse de su primo y regresar a casa con los licuados y postres decorativos.

— Ryūnosuke. ¿Qué sucedió? ¿Acaso Fyodor es uno de los Alfas que atacaron a tu madre?

El azabache negó con la cabeza, agachado, aún lloraba.

— No. Ese señor. Me da miedo su sombrero. Trae un rata.

— ¿Eh?

Dazai rió.

El Cupido Azabache Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora