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Para Dazai, los Alfas que abusan de los Omegas por ser débiles y sumisos, eran lo más detestable del mundo, lo que debía desaparecer.

Sin decir una palabra, sacó a Fyodor de su casa y le pidió no regresar jamás, ni acercarse a Chūya y al niño. Estaba consternado.

Le avergonzaba tener de primo a un maldito Alfa violador como Fyodor. No sabía qué cara poner al estar frente a Chūya y al niño, pero quería verlos otra vez, y si es posible, ser él quien los proteja de toda la maldad del mundo.

+++

Anocheció.

Hacía frío. Chūya y Ryūnosuke apenas podían mantenerse calientitos, bastante juntos y cubiertos con una sola frazada que no les abastecía lo suficiente.

El frío traspasaba la tela. Estaban temblando sobre el futón, sin poder abrigarse más. Chūya abrazaba a Ryū para darle calor, mientras él soportaba las bajas temperaturas en sus brazos.

— Mami... Estás temblando mucho. Puedes usar tú solo el cobertor.

Quería liberarse de la frazada y de los brazos del pelirrojo, pero éste se lo impedía.

— ¿Por quién me tomas, Ryū? No soy un anciano. Soy muy joven. Claro, no soy un niño, pero tampoco un viejo. Anda, deja que te cubra del frío. No puedes dormir descubierto o enfermarás.

Arropaba al niño Azabache quien finalmente accedió.

Después de pocos minutos, Ryū ya estaba durmiendo tranquilamente y bien abrigado. Chūya temblaba en una esquina de la habitación, acostado, derramando lágrimas provocadas por sus malos pensamientos.

— D-Debí existir Beta... L-Los betas no tienen problemas... Si fuera un beta, fuera feliz... Los Omegas sólo nacemos para sufrir...para complacer a los Alfas...y, no me gusta... Ryū está conmigo desde mis catorce años... Apenas a los trece supe de mi condición Omega... ¿Por qué la vida es tan injusta conmigo?

Sollozaba, cuando sintió que alguien cubrió su cuerpo con un cobertor suave y grueso. Levantó la mirada poco a poco y ahí estaba Dazai, sonriéndole y dejando una almohada para cada uno, siendo cuidadoso.

— ¿A-A qué vienes? ¿Tienes las malas costumbres de tu primo? Vete.

Se envolvió en el cobertor, temeroso, por si el Alfa intentara atacarlo de alguna manera.

Dazai se acercó más a él y se sentó en el suelo. Traía un suéter muy abrigador, por lo que no estaba sufriendo de frío.

— Chūya... Me enteré de todo. Ya te dije que jamás haría algo así. Sólo quiero... Que tú y el niño sean felices y no les falte nada. No puedes tener a tu hijo en estas condiciones tan..

— Lo sé. Pero soy pobre, soy un huérfano, me embarazaron siendo un niño, si abortaba había riesgo y casi muero en el parto y tú sabes de eso. ¿Qué quieres que haga? ¿Que abandone a Ryū con los ricos? Nunca. Ryū es solo mío y debe estar conmigo.

Seguía llorando, debajo del cobertor, sin querer ser visto por el castaño.

— Quiero que tú y Ryū vivan en mi casa.

Respondió serio.

— ¿Eh?

Dazai lo abrazó, sin decir nada más.

— O-Oye, sabes que los odio...

— No soy de esos Alfas. Es un abrazo de un doctor a su paciente deprimido.

Ligera narración porque me voy a dormir. Descansen!

¿Cuál es su opinión de esta historia hasta ahora?

¿Sí quieren Soukoku? Ok, eso no va xd ya está definido.

El Cupido Azabache Where stories live. Discover now