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Tiempo Después...

Después de tanta insistencia de Ryū todo este tiempo, Chūya y Dazai se dieron el sí en el altar. Ahora eran un matrimonio feliz, una familia.

Chūya aprendía de Dazai sobre medicina luego de recibir estudios necesarios sobre la profesión. Ahora era un recién graduado, que jamás tuvo problemas con su celo ni con los Alfas. Pues ya era un Omega marcado.

Salían juntos de trabajar, tomados de la mano, como la pareja feliz que eran. Iban sin los niños, no podían llevarlos al Hospital dónde trabajaban, aún cuando el dueño del Hospital era Dazai.

- Karma-kun es un niño muy obediente, ¿no lo crees Chūya? Apenas tiene dos años y es bastante tranquilo como paciente.

Dijo Dazai, sonriendo con ternura. Chūya también sonrió.

- Me recuerda mucho a nuestro Atsushi.

Comentó el pelirrojo, también con suavidad en su voz. Recordar a sus hijos camino a casa y hablar de ellos era el mejor pasatiempo.

¿La razón por la que teniendo tanto dinero no iban en auto? Preferían caminar y pasar tiempo juntos a solas en el transcurso del trayecto.

- Mi Atsushito es una persona hermosa, Chūya. Ryū también. Y no olvidemos a los trillizos.

Chūya se sonrojó. Los trillizos: Sakunosuke, Poe y Lucy eran los hijos biológicos de Dazai, por lo que sentía cosquillas en su estómago cada vez que pensaba en ellos.

- C-Cierto...

Avergonzado.

- Jamás pensé que contigo podría tener una niña...

Añadió. El sonrojo en sus mejillas lo decía todo, estaba nervioso. El castaño le sonrió y se situó frente a él, sujetando sus manos y acariciándolas ligeramente.

- Lucy es una niña hermosa, Chūya. Se parece mucho a tí. ¿Sabes? Amo que el destino me haya llevado a tí y a Ryūnosuke aquel día. Soy muy feliz.

- Y-Yo también...

+++

En la escuela elemental...

Ryūnosuke cursaba la último grado, y recientemente les habían hecho la prueba de condiciones: Omega, Beta y Alfa.
Estaba conforme con su resultado. Después de todo, tenía a alguien que podría aconsejarlo en el futuro.

Caminaba de regreso a casa después de las clases, cuando chocó en una esquina contra un hombre de piel pálida y cabello negro. Portaba un gorro afelpado. Pudo reconocerlo.

- ¿P-Papá?

Su mirada se llenó de miedo. Sabía que ese hombre era malo, sólo quería correr, pero el callejón era sin salida, de repente.

- Cuanto tiempo, Ryū-kun. Has crecido mucho. Dime, ¿Ya cumpliste los doce? Supe que les hicieron la prueba. ¿Eres un Alfa, Beta, o quizás...un dulce Omega?

Ryū se llevó su mochila al frente para protegerse de cualquier cosa. Retrocedía con lentitud.

- ¡Vete!

- Tranquilo, hijo mío. Sólo quiero saber de tí. Y pedirte perdón.

- Fuiste muy malo con mi mamá y conmigo. No puedo perdonarte.

- Anda, en verdad estoy arrepentido.

Se puso de rodillas, para demostrar más su arrepentimiento, pero Ryūnosuke no confiaba mucho.

- Estás actuando.

- No, niño. Soy sincero. No voy a intervenir en la relación de tu madre y mi primo, pero necesito tu perdón. Por favor. Estoy solo en el mundo... Nadie quiere estar conmigo, y mi único hijo... Quisiera que al menos estuviera bien conmigo...

Sus lágrimas salían por sí solas. Parecía sincero, y lo era. Cayó sentado sobre sus piernas luego de soportar estar de rodillas. Estaba derrotado por el destino que él mismo creó. Temía del futuro solitario que seguramente le esperaba. Buscaba maneras de arreglar una pequeña parte de su devastado mundo.

Ryū empezó a llorar en silencio. Se acercó al adulto y lo abrazó, siendo correspondido por un triste Fyodor.

- Aunque te perdone, mamá nunca lo hará. Y tú nunca serás un mejor padre que Dazai-san. Te perdono.

+++

Horas más tarde, en la mansión...

Dazai jugaba con los pequeños Sakunosuke, Lucy, Poe de un año de edad, y el pequeño Atsushi de tres. Debía entretenemos mientras que Chūya platicaba de los resultados de condición con Ryū.

- ¿Y bien? ¿Cómo te sientes con esa condición, Ryū? ¿Estás conforme?

- Sí, mamá.

Respondió serio, con una sonrisa forzada.

- ¿Qué pasa, cariño?

- Miré a ese señor que es mi papá...

- Ryū, ya te dije que esa rata no merece ser llamada pa...

- Lo perdoné.

El Final Está Cerca.

El Cupido Azabache Where stories live. Discover now